10 datos sobre los espumantes para saber antes de las fiestas
Esta época del año es la estación perfecta para los amantes de las burbujas. Tanto el clima como las fiestas de fin de año son los momentos en los que más se disfruta de las burbujas.
Aquí, 10 datos clave para entenderlos:
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Existen dos procedimientos para elaborar espumantes: el Charmat y el Champenoise. Si bien ambos comparten gran parte del proceso, difieren en el recipiente en el cual el vino realiza su segunda fermentación (la que origina las burbujas), y por tanto darán estilos de espumantes distintos. En el método Champenoise o tradicional, el vino realiza la segunda fermentación en la botella, en contacto con sus levaduras durante largos meses, lo que da como resultado un espumante más cremoso, con mayor volumen, aromas y sabores que recuerdan desde el pan levemente tostado hasta el turrón y la torta especiada. En el Charmat, en cambio, la segunda fermentación se hace en tanques de acero inoxidable en los que, por ser de mayor volumen, el contacto del vino con las levaduras es menor, lo que determina un estilo de espumante más fresco y frutal.
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Tres cepajes aceptados para elaborar los afamados champagnes franceses son el Pinot Noir, el Pinot Meunier y el Chardonnay. En la Argentina, prácticamente no se usa el Pinot Meunier, pero sí el Malbec o el Chenin.
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Los espumantes se beben bien fríos, pero nunca helados. La temperatura ideal es de 6 a 8°C para los más jóvenes y de 10 a 12°C para los más maduros.
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La copa ideal para beberlos es la de la vino blanco, incluso mejor que la tradicional «tipo flauta». Debe servirse hasta la mitad para evitar que pierda temperatura y gas carbónico.
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Para una limpieza adecuada de las copas nunca debe usarse detergente, ya que impacta sobre la espuma del vino.
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Un espumante de calidad tiene que presentar una efervescencia fina, con burbujas pequeñas y en columnas bien definidas, y una espuma persistente.
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Para apreciar la calidad de un espumante, el consumidor se debe concentrar en el tercer o cuarto trago. Los dos primeros suelen estar dominados por la efervescencia, que suele saturar la capacidad olfativa y gustativa.
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La guarda de un espumante es similar a la de un vino tranquilo: las botellas no pueden estar expuestas a la luz directa; tampoco sufrir cambios abruptos de temperatura, ni descansar en ambientes con vibraciones.
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Los Charmat son para consumir en el año de salida, mientras que los elaborados por el método champenoise pueden conservarse algunos años en estiba.
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Los espumantes elaborados con el método Charmat funcionan mejor como aperitivo o acompañando entradas, mientras que los hechos según el método Champenoise maridan con platos contundentes, como pescados grasos o un magret.
Recomendados
– Alma 4 Chardonnay 2013: un espumante diferente a todo, especialmente por sus cuatro años de vida. Notas de frutas blancas (pera) con toque cítricos y aromas de levaduras y algo de madera. Paladar cremoso y lleno; ancho y complejo. Muy elegante.
– María Codorníu Brut Nature: es el arquetipo perfecto del espumante que todo el mundo quiere beber: fresco, frutal, equilibrado y joven. Con una expresión cítrica pero con notas y sabores que recuerdan al pan brioche con ciertos tostados. Muy versátil; perfecto para beber de aperitivo.
– Los Stradivarius Cabernet Sauvignon 2012: uno de los pocos espumantes elaborados a base de Cabernet Sauvignon. Es de gran cuerpo, aromas a frutos rojos y una estructura compacta equilibrada por una excelente acidez.
– Philippe Caraguel Extra Brut Rosé: impecable el proyecto que lleva adelante el gran enólogo Philippe Caraguel. Uno de los mejores rosados del mercado, corte de Chardonnay y Pinot Noir elaborado por el método champenoise.
– Luigi Bosca Bohéme Brut Nature: único ejemplar que tiene las tres variedades autorizadas en la Champagne francesa: Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Mounier. Aromas elegantes a frutas dulces, flores blancas y sutiles notas de pan tostado se combinan con un paladar amplio y delicado.
