Vacaciones de funcionarios: el Gobierno busca bajarle el tono, pero deja trascender malestar por el costo político

Vacaciones de funcionarios: el Gobierno busca bajarle el tono, pero deja trascender malestar por el costo político

Los viajes de funcionarios al exterior generaron pases de factura, enojos e incomodidad en la Casa Rosada. El martes se conoció que la titular del PAMI Luana Volnovich, está de vacaciones en Cancún. Y este miércoles, que también el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, Jorge Ferraresi, está en el Caribe. Todo esto, pese a un pedido de Alberto Fernández para guardar las formas.

No habrá renuncias, ni mucho menos despidos. En el entorno del Presidente manifestaron malestar y aseguraron que las vacaciones de los funcionarios fuera del país cayeron mal. Pero buscan que el tema se vaya desvaneciendo en la opinión pública.

En el Ejecutivo aseguraron que Jorge Ferraresi estaba dispuesto a cancelar su viaje en función a lo que le dijera Alberto Fernández. “Vino a consultar qué debía hacer. Los pasajes los había comprado hace dos años y si no los usaba los perdía”, aseguraron.

En cambio, las vacaciones de la camporista Luana Volnovich generaron mayor sorpresa. La titular del PAMI se fue al Caribe nada menos que con su segundo en el cargo, Martín Rodríguez, que también es su pareja, y dejaron virtualmente acéfalo al organismo.

Sin embargo, en este caso, aclararon en la Rosada, el episodio tampoco supondrá ninguna consecuencia para la titular del PAMI, si bien advirtieron que fue “una mala decisión”. 

Tras las imágenes, en las que se puede ver a la funcionaria nacional en un bar de una paradisíaca isla junto a su pareja, la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, afirmó que «todos tienen derecho a tomarse vacaciones después de dos años de trabajo muy duro».

No faltaron, sin embargo, los pases de factura internos, tanto entre quienes criticaron a los funcionarios por el costo político que generaron, como quienes culparon a otros miembros del oficialismo por, en lenguaje coloquial, “vigilantes”, como señalaban ayer cerca de un ministro.

A fines de diciembre, desde la Casa Rosada hicieron trascender que Alberto Fernández le había pedido a sus ministros y funcionarios vacacionar en el país.

El argumento fue, en su momento, la delicada situación económica, el nuevo avance del coronavirus y el hecho de que el Gobierno nacional prohibió la venta de pasajes en cuotas al exterior, reduciendo enormemente el número de personas con capacidad salarial para pagarse un viaje.

Ahora, junto con el anuncio de que no habrá “sanciones” para los funcionarios viajeros, el Ejecutivo salió a bajarle el precio a la orden presidencial. Se convirtió, finalmente, en una simple “recomendación”. El problema ya no era sólo los viajes, sino evitar el desgaste de la imagen presidencial.