Las señales del FMI sostienen las tratativas por la deuda al tope de la agenda, pero en un cuadro político tenso

Las señales del FMI sostienen las tratativas por la deuda al tope de la agenda, pero en un cuadro político tenso

El FMI volvió a enviar señales que reponen la negociación por un acuerdo de facilidades extendidas como principal tema de la agenda económica y política. Alberto Fernández reiteró que llamará al diálogo, pero puso límites sobre los interlocutores -en particular Javier Milei, aunque también volvió a la carga contra Mauricio Macri- y lo hizo además en medio de un discurso del oficialismo que intenta desconocer el impacto de la derrota electoral.

El vocero del Fondo, Gerry Rice, ratificó esta semana el mensaje del organismo internacional: reclama que los compromisos de un acuerdo con la Argentina tengan fuerte apoyo político y social. Dijo además que los contactos con el ministro Martín Guzmán son frecuentes, pero que no existe una estimación de los tiempos que aún demandarían las conversaciones.

Alberto Fernández anunció públicamente que en diciembre enviará al Congreso un proyecto “plurianual”, para ser tratado con los bloques opositores en busca de un acuerdo político. Por ahora, se desconocen los puntos sobre los que sería confeccionado el plan. Y en medios políticos existen dudas sobre los avances concretos en las reuniones con el FMI. Todo indica que debería haber definiciones antes de mediados de diciembre o a más tardar en la semana previa a Navidad.

El tema demanda antes que nada respaldo general en la interna del oficialismo. El Presidente busca mostrarse con aval político y dispuesto a la pulseada con el kirchnerismo duro. Y Cristina Fernández de Kirchner se mantiene a la expectativa, lo cual alimenta la incertidumbre.

En el terreno más amplio, Alberto Fernández no ha dado señales de diálogo político con la oposición más allá del modo en que lo presentó como discurso. Por el contrario, los primeros días posteriores a la elección exponen un mal clima entre los principales espacios políticos.

El trámite acelerado para ratificar más de un centenar de DNU agravó la situación. El oficialismo busca acelerar el trámite en el Congreso antes del recambio de diciembre. La derrota del domingo lo dejó sin quórum propio en el Senado y en una situación de virtual paridad con Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados.

La ratificación de los DNU se logra, de hecho, con la aprobación de una sola Cámara. Y el oficialismo se muestra decidido a imponer su actual mayoría amplia en el Senado. Pero más allá del hecho en sí mismo, la oposición señala que es un gesto que complica en lugar de allanar los caminos para mejorar la relación en el ámbito institucional. Espera además la propuesta concreta del Gobierno, que debe pasar el filtro de la ex presidente.