Pese a la politización de la protesta, la fuerte marcha universitaria activa luces de alarma para el Gobierno

Pese a la politización de la protesta, la fuerte marcha universitaria activa luces de alarma para el Gobierno

Sin dudas de que estuvo atravesada por un claro aprovechamiento político de parte de un sector amplio de la oposición -y por momentos bastante heterogéneo-, la Marcha Federal Universitaria a Plaza de Mayo en defensa de la universidad pública fue lo suficientemente multitudinaria y diversa como para activar luces de alarma en el gobierno de Javier Milei que, pese a todo y con dificultades, intentó capitalizarla.

La movilización central tuvo lugar en la Ciudad de Buenos Aires, pero la protesta tuvo réplicas en todo el país, y fue considerablemente fuerte en provincias como Córdoba, uno de los distritos clave en los que Milei recibió mayores niveles de apoyo en las últimas elecciones presidenciales.

Entre los participantes estuvieron el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; el ex ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa; los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, legisladores nacionales del Frente de Todos, la Izquierda y el socialismo, pero también referentes de la UCR, como el presidente del Comité Nacional, Martín Lousteau.

En la Capital Federal, la protesta pasó por el Congreso y luego llegó a las inmediaciones de la Casa Rosada, de donde el presidente Javier Milei ya se había retirado. La presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Piera Fernández de Piccoli, fue la encargada de cerrar la manifestación con la lectura de un documento de consenso entre las universidades y organizaciones adherentes.

“El Gobierno Nacional hasta ahora malversa su participación, imponiendo aumentos paupérrimos de manera unilateral. Rechazamos la política de ajuste y disciplinamiento. La comunidad universitaria se organiza, resiste y se solidariza con todos los sectores que hoy atraviesan una situación similar o peor por afrontar despidos masivos», señaló un tramo del duro documento.

En la previa de la movilización y antes de abandonar la Casa Rosada, el presidente Milei estuvo activo en las redes sociales, donde replicó una gran cantidad de mensajes, sobre todo los que hacían referencia a la «politización» de la marcha y la presencia de dirigentes opositores en las calles porteñas.

La posición del Gobierno nacional ya había sido planteada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, en la mañana de este mismo martes. «Casi un tren fantasma«, opinó al enumerar a dirigentes políticos peronistas o de izquierda y referentes sociales que brindaron su acompañamiento al reclamo. El funcionario aseguró que «el tema presupuestario está resuelto» y que el dinero ya fue «transferido» a las universidades públicas.

Sin embargo, fuera de la dirigencia política K, de la izquierda o del radicalismo más «progresista», la movilización demostró que incluyó a sectores muy amplios y muy diversos, incluso a simpatizantes del propio gobierno, o al menos a muchos que no se identifican como opositores duros al oficialismo. A diferencia de protestas como las que llevó adelante el sindicalismo o las organizaciones sociales en estos poco más de cuatro meses de gestión libertaria, para el Ejecutivo pareció más difícil en este caso capitalizar una manifestación en su contra.

De todos modos, la presencia de referentes K y sindicatos duros, le dio argumentos para diferenciar el tema presupuestario de la jugada política. En diez días, el Gobierno se debería reunir con los integrantes del Consejo Interuniversitario.