El Gobierno coloca la Justicia al tope de la agenda: las señales de su propuesta para la Corte Suprema

El Gobierno coloca la Justicia al tope de la agenda: las señales de su propuesta para la Corte Suprema

El Gobierno anunció la decisión de promover dos nombramientos en la Corte Suprema, para cubrir una vacante que ya cumplió más de dos años y otra que se produciría en diciembre. Había versiones sobre la intención de colocar dos nombres en discusión, en lugar de buscar algún tipo de consenso previo, y la confirmación oficial abrió de inmediato especulaciones políticas y judiciales, además de reclamos concretos de al menos un despacho para una mujer.

El comunicado dice concretamente que serán impulsadas las nominaciones del juez federal Ariel Lijo, para ocupar el lugar de Elena Highton de Nolasco -que dejó el tribunal a fines del 2021-, y del jurista Manuel García Mansilla, para reemplazar a Juan Carlos Maqueda, a partir de diciembre, cuando cumpla la edad para jubilarse. Eso indica que no será impulsada su continuidad.

Javier Milei hace una movida que agrega un tema fuerte a la agenda y que, en cualquier caso, deberá abrir algún tipo de conversación con otros espacios, porque no cuenta con poder suficiente en el Senado. La aprobación de pliegos para la Corte requiere una mayoría especial de dos tercios de los senadores al momento de la votación.

El anuncio fue considerado en medios opositores como una jugada para marcar agenda. Plantea, por lo pronto, un tema complejo para el oficialismo legislativo y en particular para Victoria Villarruel, luego de la tensión provocada por el tratamiento y rechazo del DNU en la Cámara alta.

En el terreno judicial, también aparece como un mensaje con lectura interna. Lijo es un juez de peso en Comodoro PY. Tuvo en sus manos procesos resonantes, como el caso Ciccone, que llevo a juicio oral a Amado Boudou, y la causa por las irregularidades en la investigación del atentado contra la AMIA.

Es respetado y también cuestionado por algunos jueces del mismo fuero y estuvo siempre en la mira de Elisa Carrió. Su apellido circuló en el circuito libertario, en tiempos de campaña, cuando su hermano, Freddy Lijo, era mencionado como “operador judicial” de LLA.

Además se especula con que, en caso de ser coronada la movida en el Senado -para lo cual el oficialismo necesitaría votos “dialoguistas” y del peronismo-, la designación impactaría en el cuadro interno de la Corte. En medios políticos y judiciales, se destaca su cercanía con Ricardo Lorenzetti, en minoría frente a Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Maqueda.

El impulso a García Mansilla, en cambio, es explicado por las recomendaciones de allegados al Presidente y, sobre todo, de Rodolfo Barra.