Recelos, juego cruzado y fragmentación política se proyectan sobre el camino hacia el recambio de Gobierno

Las primeras horas de Javier Milei como presidente electo trascurren entre las prevenciones para encarar el camino de la transición y el análisis y las conversaciones reservadas para ir definiendo la integración de su gabinete. En el juego cruzado con el Gobierno que concluye su gestión, predominan los recelos luego de que Sergio Massa, en la noche de la derrota, encendiera las alarmas frente al delicado cuadro económico, y en especial financiero, que se abrirá este martes como primera señal posterior al balotaje.

El equipo de Milei había dado a conocer ayer, lunes, un comunicado en el que se encargaba de destacar que no existía cita formal con Alberto Fernández y que cada medida hasta el 10 de diciembre es responsabilidad directa del Presidente y del ministro y ex candidato. De todos modos, se sucedieron negociaciones y se acordó para este martes temprano el primer encuentro formal , en la residencia de Olivos.

En el oficialismo existen fuertes tensiones luego del golpe que representó la derrota y sobre todo, la diferencia de más de 11 puntos que marcó Milei. Cristina Fernández de Kirchner decidió suspender el viaje a Italia que tenía previsto para esta semana. Habría existido una conversación con Massa, que decidió dar marcha atrás con la intención de dejar el ministerio, aunque designó para los contactos que demande la transición a un equipo encabezado por Gabriel Rubinstein.

Milei, por su parte, mantuvo un nuevo encuentro con Mauricio Macri. Desde las cercanías del presidente electo y del ex presidente aseguraron que no se conversó directamente sobre cargos en el gabinete. La integración de macristas constituye un dato central sobre las características que tendría el nuevo gobierno.

En cualquier caso, además de evitar nombres -y en especial al frente de Economía- para evitar presiones en los primeros días de la transición, lo que está en juego para el líder libertario es la capacidad de negociación para lograr gobernabilidad.

Eso se proyecta también sobre el Congreso, donde circulan nombres sobre posibles propuestas para la presidencia de la Cámara de Diputados y aún no está clara la reconfiguración de los bloques en los actuales espacios de oposición y oficialismo.