Putin continua con su escalada militar sobre Ucrania

Putin continua con su escalada militar sobre Ucrania

Envío de tropas a las regiones separatistas 

Alarma. En abierto desafío a Occidente, reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk

Tras 77 años de paz, Europa quedó enfrentada nuevamente al fantasma de la guerra después de que Vladimir Putin reconoció anoche la independencia de los territorios separatistas prorrusos del este de Ucrania, las autoproclamadas «repúblicas populares» de Donetsk y de Lugansk, y ordenó a sus Fuerzas Armadas entrar en estos territorios para «asegurar la paz».

Este gesto, de imprevisibles consecuencias, no solo significa una ruptura unilateral de los acuerdos de Minsk de 2015, sino también una «ocupación de facto» del territorio ucraniano, preludio de una eventual invasión a gran escala.

El desafiante anuncio de Putin disparó la alarma en la comunidad internacional, y los principales líderes, desde Joe Biden hasta Emmanuel Macron, lanzaron duras advertencias y anunciaron sanciones.

En abierto desafío a Occidente, reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk

Ese “acuerdo de amistad y cooperación” –que no dice su verdadero nombre–, firmado por el presidente ruso ante las cámaras de televisión, marca en efecto el fin de un proceso de paz moribundo bajo mediación franco-alemana, que preveía el retorno de esos territorios al control de Kiev, a cambio de una amplia autonomía. Pero, sobre todo, abre la puerta a un despliegue militar ruso en esas regiones, cuyas autoridades solo deberán solicitarlo, pues serán a partir de ahora reconocidas como legítimas por Moscú en nombre de los ciudadanos rusos que las habitan.

En su larga intervención desde el Kremlin, Putin acusó a Ucrania de ser “el títere” de Estados Unidos, al afirmar que los ciudadanos rusófonos eran “brutalizados” por el gobierno de Kiev. También enumeró una interminable lista de agravios occidentales desde la caída de la Unión Soviética y la pérdida de aquellos países que alguna vez la integraron.

Ucrania esa invención de Lenin

“Ucrania, esa invención de Lenin, es una marioneta de Occidente, una colonia norteamericana corrupta, que persigue a su minoría rusohablante e incluso podría, mañana, poseer armas de destrucción masiva. En pocas palabras, un peligro intolerable para Rusia. Aprendimos muy bien la lección de los errores norteamericanos en Irak”, dijo Putin.

Pocas horas antes, el presidente ruso había estimado que el proceso de paz entre Ucrania y los separatistas prorrusos no tenía “ninguna perspectiva” y anunció su intención de decidir durante la jornada si reconocía o no a esos territorios del este ucraniano, donde ambos adversarios se acusan mutuamente de violaciones de la tregua negociada en 2014. Según fuentes del Kremlin, Putin comunicó esa decisión a su homólogo francés, Emmanuel Macron, y al canciller alemán, Olaf Scholz, mediadores en el conflicto. Ambos, agregó la fuente, “manifestaron su decepción”.

Anoche, al término de una reunión urgente de su consejo de defensa, el presidente francés condenó la decisión de Vladimir Putin, que calificó de “violación unilateral de los compromisos internacionales de Rusia y un ataque a la soberanía de Ucrania”. Una frenética actividad diplomática mantuvo despiertos hasta altas horas de la noche a todos los líderes occidentales con el objetivo de coordinar sus acciones.

Tras una conversación extremadamente tensa con el jefe del Kremlin y ante la gravedad de la situación, Scholz también multiplicó sus contactos con el presidente francés y con el jefe del Estado ucraniano, Volodimir Zelenski, que solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La ONU lanzó a su vez un llamado a “todos aquellos implicados a abstenerse de toda decisión o acción unilateral susceptible de violar la integridad territorial de Ucrania”.

Reacciones

Denunciando el gesto del Kremlin, la Unión Europea (UE) calificó ese reconocimiento como una “flagrante violación del derecho internacional” y anunció su intención de reaccionar “con extrema firmeza”. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, anunció que someterá a los ministros de Relaciones Exteriores del bloque la aplicación de medidas previstas en el paquete de sanciones preparado en caso de agresión militar contra Ucrania.
“Si hay anexión, habrá sanciones. Y si hay reconocimiento, pondré las sanciones sobre la mesa y los ministros decidirán”, dijo. Esas sanciones, económicas y financieras, tienen como blanco, sobre todo, a los oligarcas allegados a Vladimir Putin.

Según la cancillería francesa, una reunión entre el canciller, Jean-Yves Le Drian, y su homólogo ruso, Sergei Lavrov, debe realizarse el viernes en París. Estados Unidos también anunció ayer sanciones contra las regiones separatistas ucranianas y advirtió que otras medidas están listas para ser aplicadas si fuera necesario (ver aparte).
El presidente Joe Biden “publicará un decreto que prohibirá toda nueva inversión, intercambio o financiamiento de parte de norteamericanos con destino, provenientes o en las regiones” prorrusas de Donetsk y Lugansk, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Ninguno de los múltiples llamados a la razón de los últimos días logró hacer mella en Vladimir Putin, determinado a continuar con su estrategia de desafío. Los occidentales ven, en todo caso, la mano de Moscú detrás de la intensificación de los combates de los últimos días en la línea de frente y temen que eso sirva de pretexto a Putin, que desplegó unos 150.000 hombres en las fronteras ucranianas, para lanzar un ataque masivo contra su vecino prooccidental.

Putin dijo que es pronto para una cumbre con Bíden

Después de algunos gestos de buena voluntad, realizados anteayer durante una conversación de 105 minutos con Emmanuel Macron, Putin hizo saber ayer por la mañana que era “demasiado pronto para hablar de una cumbre con su homólogo norteamericano Joe Biden” para tratar de desmontar la actual crisis. La noche antes, el jefe del Kremlin había dicho lo contrario al mandatario francés.

Pero, en medio de ese juego infernal de promesas y desmentidas, Moscú sigue rechazando todo proyecto de invasión de Ucrania. Exige, sin embargo, una promesa escrita de que su vecino no adherirá “jamás” a la OTAN y el retiro de la alianza de los países de Europa del este que ingresaron después del derrumbe de la URSS. Todas esas demandas han sido rechazadas por Occidente.

El 15 de este mes, el Parlamento ruso (Duma) había exhortado a Putin a reconocer la independencia de ambas repúblicas autoproclamadas del este ucraniano, y hace días que los responsables del Kremlin acusan a Ucrania de proyectar “un genocidio” de las poblaciones prorrusas del este del país. Los servicios de seguridad rusos anunciaron ayer que un obús disparado de territorio ucraniano destruyó un puesto fronterizo ruso, sin provocar víctimas, en la región de Rostov, a una distancia de 150 metros de la frontera.

Las fuerzas ucranianas desmintieron la información: “Imposible impedirles que produzcan falsas informaciones. Pero nosotros jamás disparamos contra infraestructuras civiles o contra la región de Rostov” en Rusia, declaró Pavlo Kovaltchouk, vocero de las Fuerzas Armadas de Ucrania en Kramatorsk.

Fuente: La Nación