Macri, otra vez al frente del PRO: un acuerdo interno difícil y también un mensaje sobre la relación con el  Gobierno

Macri, otra vez al frente del PRO: un acuerdo interno difícil y también un mensaje sobre la relación con el  Gobierno

Mauricio Macri fue consagrado otra vez como presidente del partido que fundó hace casi veinte años. La decisión fue tomada después de largas y tensas negociaciones con el sector que responde a Patricia Bullrich. La nueva conducción será integrada por representantes del ex presidente y de la ministra, pero además pesarán los gobernadores “amarillos”, un elemento nuevo y que también hace a la relación con el oficialismo.

Macri será acompañado por la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, de relación directa con Jorge Macri, que dio un salto político al competir y ganar la elección de jefe de Gobierno porteño. También será secundado por el diputado Damián Arabia, alineado con Bullrich.

El esquema de integración entre los dos principales sectores internos se repetirá en la asamblea del PRO. El cargo de titular será para Bullrich, que así formalizó su salida de la presidencia partidaria, y estará acompañada por dirigentes del círculo de Macri.

Un dato novedoso lo constituye el peso que tendrán los jefes de distrito: Jorge Macri, jefe de gobierno de CABA, y los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut). También ocuparán lugares destacados varios intendentes.

Frigerio se convirtió en una pieza clave de las negociaciones con el Gobierno, sobre todo en el marco de las conversaciones sobre el pacto político y un acuerdo de alivio fiscal a las provincias. Y Torres ganó protagonismo a partir del fuerte choque que mantuvo con el Ejecutivo nacional por el recorte de fondos a Chubut.

La decisión sobre la nueva conducción del PRO marca también posiciones en la relación con la gestión de Milei. Bullrich representa la línea de mayor integración con LLA y mantiene de hecho la señal de alineamiento, al punto de haber salido a dar pelea abierta contra Torres en el momento de mayor tensión con el Gobierno.

La posición de acompañamiento a la gestión libertaria viene afirmándose en la práctica, sobre todo en el Congreso. Eso requiere equilibrio con la demanda de los gobernadores sobre las necesidades de sus distritos.

El PRO se manejaría entonces como aliado del Gobierno, pero sin planteo de cogobierno, según destacan desde las filas “amarillas”.