La renuncia de Highton de Nolasco a la Corte agrega otro elemento inquietante a un frente judicial complejo

La renuncia de Highton de Nolasco a la Corte agrega otro elemento inquietante a un frente judicial complejo

La Corte Suprema de Justicia vuelve a generar un mensaje preocupante para el oficialismo. A dos semanas de la elección del nuevo presidente del tribunal, renunció la jueza Elena Highton de Nolasco. Lo hizo con una carta dirigida al presidente Alberto Fernández y luego de haber permanecido 17 años en el cargo.

La Corte estará integrada desde ahora por cuatro miembros y quedará vacante el sillón ocupado por la única mujer. Se abre un proceso incierto sobre los tiempos para definir su reemplazo. Y se trata sin dudas de una pérdida para el Gobierno, ya que la jueza era el principal vínculo de la Corte con la casa Rosada, por su relación con el Presidente.

«Tengo el agrado de dirigirme al Señor Presidente de la República con el objeto de presentar mi renuncia al cargo de Jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con efectos a partir del 1 de noviembre del corriente año«, señala la nota fechada el 30 de septiembre pero difundida ayer martes por el Centro de Información Judicial (CIJ).

La Corte enfrenta un clima interno complejo, agravado por la designación de Horacio Rosatti como su nuevo presidente. La noticia causó malestar en el oficialismo: Rosatti fue ministro de Justicia con Néstor Kirchner, pero renunció a raíz de una licitación que rechazaba.

La designación del nuevo titular de la Corte fue impulsada y sostenida por Carlos Rosenkrantz, que pasó a ser vicepresidente del cuerpo, y por Juan Carlos Maqueda. Highton de Nolasco rechazó la movida junto a Ricardo Lorenzetti, que hizo trascender una fuerte crítica al recambio de autoridades del tribunal.

La Corte puede funcionar con cuatro miembros y llegado el caso de algún empate a la hora de tomar emitir un fallo, existen mecanismo para designar suplente. La cuestión que ahora sobreviene es política.

La designación de jueces para la Corte debe contar con el respaldo de dos tercios de los integrantes del Senado. Obliga a una negociación del oficialismo con la oposición. Pero en pleno proceso electoral, es inimaginable un primer tanteo.

El resultado de los comicios de noviembre será crucial. Y habrá que ver su efecto en la interna del oficialismo, cualquiera sea el resultado. Juntos por el Cambio espera ese resultado para ver cómo se recompone el Congreso.