El caso de las protestas en Cuba suma un tema internacional inesperado a la agenda política del Gobierno

El caso de las protestas en Cuba suma un tema internacional inesperado a la agenda política del Gobierno

Las protestas y la represión en Cuba agregaron un tema inesperado a la agenda política, dominada por el coronavirus y por las internas para cerrar listas de candidatos para las PASO. Alberto Fernández evitó pronunciarse abiertamente sobre lo ocurrido en La Habana y otras ciudades y reiteró que no puede intervenir en asuntos de otros países, aunque envió otra señal de condena a los bloqueos. En paralelo, el canciller Felipe Solá tomaba contacto con representantes de la embajada cubana en la Argentina.

 “No conozco exactamente la dimensión del problema en Cuba. No es Argentina ni ningún país del mundo el que tiene que decir qué debe hacer Cuba”, dijo el Presidente en una entrevista radial. De todos modos, afirmó que es necesario terminar con los bloqueos e hizo extensivo el mensaje al caso de Venezuela.

«Los bloqueos le están haciendo un daño incalculable a Cuba y Venezuela», sostuvo. Y destacó que en las últimos dos reuniones del G20 pidió «por favor que se terminen los bloqueos en el mundo, porque cuando bloquean a un país bloquean a una sociedad, y eso es lo menos humanitario que existe».
El Presidente se apoyó en el criterio de no injerencia en los asuntos internos de otras naciones, aunque ya en otras oportunidades la oposición lo cuestionó porque sí se pronunció sobre situaciones de otros países, como Colombia. Y criticaron que la posición cambie según el color político de cada gobierno.

«No soy yo quien debe decirle a los pueblos lo que tienen que hacer; ni la Argentina ni ningún país del mundo», dijo Alberto Fernández y agregó: «Sí tenemos que favorecer la paz de los pueblos y que los pueblos encuentren el diálogo y el camino de salida».
Finalmente, se refirió a la posición oficial frente al régimen de Nicolás Maduro. Y rechazó las críticas por la falta de condena a la represión y la persecución política en Venezuela. «Siempre he acompañado los informes de Michele Bachelet cuando fueron muy severos en materia de Derechos Humanos, pero eso no significa que pueda permitirse la intervención de terceros países en un país para resolver cómo debe ser el Gobierno», concluyó.