El año nuevo repone temas y tensiones: coronavirus, Corte Suprema y recorte de fondos a la Capital

Apenas pasado el festejo de año nuevo, el Gobierno repuso tres temas fuertes que, además, irían en ascenso: la posibilidad de volver a las restricciones duras por el coronavirus –algo difícil en clima de verano y con largo agotamiento social-, la batalla contra la Corte Suprema y una nueva escalada en la disputa por el recorte de fondos a la Ciudad de Buenos Aires.

El mayor problema que se le presenta al Gobierno es el de los contagios por coronavirus. Existe temor a que el crecimiento de casos llegue a picos graves –rebrote, segunda ola- mucho antes de que se pueda avanzar con la vacunación, objetivo en sí mismo difícil y con incertidumbre sobre embarques y orígenes.

Alberto Fernández salió a advertir con el mensaje oficial, pero por primera vez lo hizo con foco en los jóvenes. El telón de fondo fueron las imágenes de concentraciones en los festejos de fin de año tanto en plazas y parques de la Capital y el Gran Buenos Aires, como en el interior del país y especialmente en la Costa Atlántica.

Eso alimenta la hipótesis de un  tipo de restricción nocturna, bajo el nombre de “toque de queda sanitario”, algo alentado sobre todo desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Nadie adelantó hasta ahora cómo podría ser aplicado.

Esa o cualquier estrategia demandaría otra vez niveles de estrecha colaboración entre el Gobierno nacional, la provincia de Buenos Aires y la Capital. Pero la relación del Presidente con Horacio Rodríguez Larreta, a quien de manera cada vez más abierta también cuestiona Axel Kicillof.

En ese contexto, creció la tensión por el recorte de fondos a la Ciudad. El Gobierno nacional intenta que Rodríguez Larreta asista a un encuentro en los términos de ley recién aprobada sobre los recursos para el área de seguridad metropolitana. Y el jefe de Gobierno porteño ya lo rechazó, porque no se muestra dispuesto a convalidar la norma.

Rodríguez Larreta ya había recurrido a la Corte por la primera poda que estableció el Presidente con un decreto. Y aguardó la promulgación de la ley para ampliar su demanda. Hasta ahora, el máximo tribunal evitó pronunciarse.

Los pasos de la Corte son medidos por el Gobierno. Y el Presidente advirtió durante el fin de semana pasado sobre la voluntad de “meter mano” en la Justicia, aunque aún no hay precisiones más allá de sugerencias de la llamada “Comisión Beraldi”.

La idea sería crear un tribunal superior en paralelo con la Corte, para hacerse cargo de los casos en que se produzcan reclamos específicos sobre “arbitrariedades”. Una manera de recortar atribuciones actuales del máximo escalón de la Justicia.