Un duro se perfila para conducir el FMI

Un duro se perfila para conducir el FMI

Jeroen Dijsselbloem cuenta con el apoyo de Alemania y se disputa el puesto con la búlgara Kristalina Georgieva. Dijsselbloem en 2017, acusó a los países del sur de Europa de gastar su dinero en licor y mujeres Fue inflexible al negociar con Grecia en nombre del Eurogrupo.

Los 28 países de la Unión Europea tendrán que elegir su candidato a dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre el neerlandés Jeroen Dijsselbloem, ex presidente del Eurogrupo y que tiene el apoyo de Alemania y la consejera delegada del Banco Mundial, la búlgara Kristalina Georgieva. Al contar con el respaldo de los alemanes, Dijsselbloem se perfila como favorito a encabezar el organismo multilateral que viene supervisando de cerca la economía argentina.

El ex ministro holandés de Finanzas tiene fama de inflexible. Fue uno de los encargados de monitorear a Grecia en el peor momento de su crisis y en marzo de 2017 llegó a decir que los países del sur de Europa no podían gastar todo su dinero en licor y mujeres y luego venir a pedir ayuda, exabrupto por el que se vio forzado a pedir disculpas en el Parlamento Europeo luego de cierta resistencia inicial.

La disputa quedó reducida a Dijsselbloem y Georgieva luego de que este viernes dieran un paso al costado el finlandés Olli Rehn, ex comisario de Asuntos Económicos en la Comisión, y la ministra española de Economía, Nadia Calviño. El jueves había resignado sus aspiraciones el presidente del Eurogrupo, el portugués Mario Centeno.

En las reglas no escritas que rigen el sistema financiero que nació de los acuerdos de Bretton Woods, la presidencia del FMI la ocupa un europeo y el Banco Mundial un estadounidense. Europa tiene que presentar un nombre antes del 6 de septiembre, mientras que el proceso de selección para el puesto de director gerente del FMI se cerrará el próximo 4 de octubre.

Licor y mujeres

«El pacto dentro de la Zona Euro se basa la confianza. En la crisis del euro, los países del euro del norte han mostrado su solidaridad con los países en crisis. Como socialdemócrata considero la solidaridad extremadamente importante. Pero quien la exige también tiene obligaciones. No puedo gastarme todo mi dinero en licor y mujeres y a continuación pedir ayuda. Este principio se aplica a nivel personal, local, nacional e incluso a nivel europeo», aseguró Dijsselbloem el 21 de marzo de 2017 al Frankfurter Allgemeine Zeitung, lo que motivó un fuerte repudio encabezado por España y Portugal.

Algunos parlamentarios europeos incluso llegaron a exigir su renuncia, pero Dijsselbloem se negó a dimitir e incluso llegó a justificar sus palabras. «Lamento si alguien se ofendió por el comentario. Fui directo y eso puede explicarse por la estricta cultura calvinista holandesa y el estilo directo holandés», dijo a través de un portavoz después del revuelo que generó. Luego agregó que entiende que «esto no siempre es bien entendido y apreciado en otras partes de Europa», pero afirmó que, al mismo tiempo, es «apreciado por mantener su propio estilo» y dirigirse a todos los ministros a veces de forma “un tanto estricta».

Al final, en abril de 2017 se mostró arrepentido y logró conservar su puesto hasta enero de 2018. “Me expresé de forma ofensiva y me arrepiento mucho”, declaró el jefe del Eurogrupo. De ese modo, la Eurocámara rebajó la presión sobre el burócrata holandés, quién pudo terminar el mandato.

Página/12