Recesión y restricciones provocan el desplome de importaciones. Y los dólares aun no alcanzan

Recesión y restricciones provocan el desplome de importaciones. Y los dólares  aun no alcanzan

Por la recesión y trabas al ingreso de productos las compras externas llegan al 10% del PBI, lejos del 15% de 2008.

Las importaciones que realiza Argentina está en un piso histórico: alcanzan al 10% del PBI, lejos del 15% al que llegaron en 2008 y de los niveles de compras externas de países vecinos o de la Unión Europea.

La recesión y las restricciones al ingreso de productos del exterior con el argumento de proteger a la industria local hicieron que las importaciones se fueran derrumbando.

En los primeros once meses de 2020 cayeron cerca del 16%, por encima del 14,7% de baja de las exportaciones.

Pero pese a que el país cada vez compra menos en el exterior, los dólares siguen sin alcanzar.

Detrás de la llamada restricción externa está el derrumbe las exportaciones, pero también el efecto de la brecha cambiaria, la demanda de dólares para atesoramiento y el pago de deudas.

Y el agravante de que Argentina tiene los mercados financieros globales cerrados, por lo que no hay otra vía de acceso a los dólares que las exportaciones.

Las estimaciones

Este año se estima que el superávit comercial rondará los US$ 12.000 millones, tras los US$ 14.000 millones con los que habría cerrado el 2020.

“Si bien hoy Argentina tiene superávit comercial, aun así los dólares no alcanzan para abastecer la demanda de turismo, pagos de deuda en el exterior y dólar ahorro.

¿El culpable? El dólar oficial sigue “barato” y la brecha cambiaria rompe el funcionamiento del mercado”, sentencia Fernando Marull, director de FMyA.

“Desde hace casi 10 años la participación de las importaciones no para de bajar”, sostiene.

En la Unión Europea el coeficiente importaciones/PBI es del 27%.

Brasil la excepción

Con excepción de Brasil, que con su voluminoso mercado interno importa menos del 10% del producto una situación similar a la de Estados Unidos- el coeficiente de importación de nuestros vecinos es superior al argentino.

Uruguay importa el 15% de su PBI y Chile el 23%. El promedio mundial es del 21%, exactamente el doble que el nuestro.

El 50% de las importaciones son insumos para la producción de bienes o servicios; le siguen las compras de Bienes de Capital, por 30% del total de importaciones.

En los dos casos están en mínimos de 10 años.

Por último están los bienes finales o de consumo, que explican el 20% del total y están lejos de representar el 26% de las importaciones totales que alcanzaban en los ‘90.

“A pesar de que los bienes finales están en mínimos de 12 años, el Gobierno sigue buscando limitar las compras.

Freno del BCRA

A través de la Comunicación A7201 el Banco Central intenta frenar importaciones de lujo y de algunos bienes finales por un monto de US$ 4.000 millones anuales, casi el 10% de las importaciones totales”, detalla FMyA.

El Gobierno justifica los controles a las importaciones y el cepo cambiario bajo el argumento de que Argentina no exporta lo suficiente.

“La restricción externa no existe”, retruca Marull.

El argumento del economista se basa en que con la soja a US$ 520 la tonelada, “los precios de los commodities están en niveles altos y esto aporta mayores dólares, mientras la brecha cambiaria afecta al comercio exterior”.

A esto se suma que en el mundo “sigue elevada la liquidez, pero Argentina no lo aprovecha. El riesgo argentino sigue alto”, advierte el experto.

De acuerdo a su visión, “con otro dólar oficial y mejores perspectivas a mediano plazo, el Gobierno podría aprovechar mejor el viento de cola global”.

No resuelve la escases de dólares

Además de que no resuelve la escasez de dólares, “restringir importaciones pone presión sobre la oferta doméstica y puede ser otro foco inflacionario; en recesión este efecto no apareció, pero si se alcanzan niveles aceptables de actividad hay que tener un punto de atención allí”, sostiene la consultora LCG.

“La sustitución de importaciones lejos está de ser la causa de la inflación”, aseguran los analistas de LCG. Pero enseguida advierten que en “un esquema de crecimiento basado en este tipo de políticas implica resignar ganancias del comercio internacional con un impacto en precios relativos que deriva en aceleración inflacionario”, afirman en LCG.

Fuente: Clarín