La tecnología afectará 16 millones de empleos hasta 2030

En el mundo, en el período entre 2015 y 2020, el Foro Económico Mundial prevé la pérdida de 7,1 millones de empleos, principalmente aquellos relacionados con funciones administrativas e industriales.
La evaluación de expertos del área es que el mercado de trabajo pasa por una gran reestructuración, semejante a la revolución industrial. La diferencia es que ahora todo sucede mucho más rápido: desde 2010, el número de robots industriales crece a una tasa del 9% al año, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El cambio es positivo en la medida en que libera profesionales de tareas monótonas, que a su vez pueden ser hechas con mayor rapidez y eficiencia cuando se automatizan. «La buena noticia es que queda claro que los trabajos para humanos tendrán que involucrar calidades humanas, como creatividad», afirma José Manuel Salazar-Xirinachs, director regional de la OIT para América Latina y el Caribe. «Eso suena muy bueno, pero la cuestión es: ¿cuántos trabajos para personas creativas serán generados?», Cuestiona.
El Foro Económico Mundial, por ejemplo, proyecta un aumento en la demanda en las áreas de arquitectura, ingeniería, computación y matemáticas, entre otras.
Este incremento de vacantes, sin embargo, no será suficiente para absorber quien perdió el trabajo en otros sectores, además de exigir alta calificación, evalúa la organización.

Desigualdad

En ese escenario de extinción grande de trabajos que exigen poca calificación y creación de un número menor que exige mucha, la tendencia es de aumento de la desigualdad, alerta la OIT.
El fin de funciones hoy ejercidas por la población de baja y media renta va a generar desempleo y presionar hacia abajo el salario de las que queden, ante la masa de personas buscando trabajo.
Incluso quien tiene una visión más positiva sobre el futuro, como McKinsey, sugiere la creación de una renta básica universal (principal bandera del petista Eduardo Suplicy) como una opción ante el enjugamiento de plazas de menor calificación.
Un síntoma ya perceptible de ese proceso es la caída o estancamiento de la renta fruto de salarios y capital en dos tercios de los hogares de las economías avanzadas entre 2005 y 2014, mayor retroceso desde los años 1970, dice la consultora.
Un camino para eludir el problema es entrenar a la fuerza de trabajo para que los de menor calificación profesional no queden atrás, dice el director de la OIT.
«Los nuevos empleos que se crean demandan habilidades matemáticas, analíticas y digitales, lo que significa que se necesita entrenamiento vocacional», afirma. Él cita como ejemplo el Senai, cuya propuesta es preparar mano de obra técnica para la industria.
El estudio en Unicef ??divulgado en diciembre alerta al riesgo de que la tecnología digital se convierta en un nuevo motor de desigualdad. Aunque 1 de cada 3 usuarios de Internet es un niño, todavía hay 346 millones de jóvenes sin acceso al mundo digital.
«Hay una fuerte preocupación con los trabajadores de menor calificación, en términos del impacto de la tecnología, esas personas no son realmente alfabetizadas digitales, y no tendrán oportunidad de aprender habilidades específicas, se dejará atrás y tendrán una empleabilidad muy pequeña», dice Salazar, de la OIT.
La velocidad con que los cambios ocurren demanda cambios también en la educación de los más viejos, ante la prolongación de la vida profesional, en la estela del aumento de la longevidad.
La automatización no es el único motivo de preocupación. La emergencia de nuevas relaciones profesionales fuera del contrato tradicional es otro factor … (Fuente: Folda de S. Paulo)