Las reservas líquidas ya son negativas en más de u$s 2000 millones

Las reservas líquidas ya son negativas en más de u$s 2000 millones

Luego de perforar la barrera de los u$s 40.000 millones, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central ya están en terreno negativo

Por Mariano Gorodisch

Las reservas internacionales brutas finalizaron el mes por debajo de u$s 40.000 millones, y las reservas netas (descontados el Swap, los DEG y encajes) ya se ubican cerca de los u$s 1200 millones, mientras que las reservas líquidas netas son actualmente negativas en poco más de u$s 2000 millones, por lo que el margen de acción es cada vez menor, según estima un informe de Invecq.

“La foto nos dice que el BCRA cuenta con u$s 3300 millones de reservas netas (es decir, reservas que no tienen como contrapartida un pasivo) y un nivel de reservas netas líquidas que ya está en terreno negativo (descontándole el oro y los derechos especiales de giro (DEGs), por USD 3.700 y USD 1.600 M, las reservas netas líquidas son de menos de u$s 2.100 millones”, conincide un paper de Consultatio.

El BCRA cuenta con reservas que no tienen como contrapartida un pasivo

Motivada por la falta de confianza, en los últimos meses la demanda de dólares le ganó ampliamente a la oferta en el mercado oficial. En respuesta, el Banco Central sacrificó más de u$s 1600 millones de reservas para contener a la divisa en septiembre -de los cuales u$s 600 millones fueron en la segunda mitad, luego del endurecimiento de cepo- y más de u$s 900 millones en octubre.

“Como resultado, las reservas de libre disponibilidad perforaron u$s 5400 millones en la última semana, alcanzando un mínimo desde comienzos de 2016. Para peor, descontando los u$s 4.000 millones de oro y los u$s 2.400 millones de DEG´s encajados en el FMI, las preocupaciones se vuelven todavía más urgentes, obligando a la autoridad monetaria a usar otras fuentes”, alertan desde Ecolatina.

Desde Quantum apuntan que el Gobierno apuesta a una devaluación alineada con la inflación, menor que la expectativa de devaluación del tipo de cambio oficial reflejada en Rofex, cuyo contrato más largo disponible es septiembre de2021 a una tasa implícita de 85% a un año
“De esta forma el gobierno busca quitar presión en el mercado de cambios y evitar que la escasez de reservas convalide las expectativas actuales, a la vez que obtiene recursos financieros a plazos relativamente más largos para reducir su dependencia del BCRA”, precisan en la consultora de Daniel Marx.

El gobierno busca quitar presión en el mercado de cambios y evitar que la escasez de reservas convalide las expectativas actuales

Desde Ecolatina no ven descabellado pensar en una devaluación del tipo de cambio oficial en los próximos meses. Es cierto que un salto del dólar oficial aceleraría la inflación y profundizaría todos los problemas que arrastra nuestra alicaída economía, a la par que demoraría la incipiente recuperación de la actividad luego del deterioro histórico que provocó la pandemia y la cuarentena.

“Sin embargo, no es menos cierto que las reservas de libre disponibilidad están en mínimos desde 2016 y que, si no aparece una fuente adicional de dólares para quemar en el mercado o la demanda de divisas no se relaja rápidamente -dos cosas que parecen poco probables-, un salto del tipo de cambio será inevitable”, completan desde Ecolatina.

El problema es que la devaluación no solo agravaría los problemas preexistentes, sino que, además, no garantiza frenar la corrida. En un contexto de reservas tan bajas, el punto de equilibrio entre la oferta y la demanda de dólares es incierto, aun cuando el ajuste por precios sea significativo y no haya razones “reales” para seguir devaluando.

Por lo tanto, una corrección del dólar oficial sin un plan que genere confianza es más parte del problema que de la solución. No obstante, si nada cambia es un desenlace que se terminará imponiendo, casi de manera inexorable.

Una corrección del dólar oficial sin un plan que genere confianza es más parte del problema que de la solución

En consecuencia, desde Ecolatina prevén que una devaluación agravaría los problemas, pero extremar el cepo también: un círculo vicioso, del cual parece imposible salir por arriba a esta altura.

El mercado cambiario se encuentra al filo de la navaja: si la demanda de divisas no cede en el corto plazo, un salto del dólar podría ser tan costoso como inevitable. Luego de la reestructuración de la deuda, el gobierno sacrificó demasiadas reservas en un contexto de elevada liquidez, apostando a una mejora de la confianza casi “mágica”, que lamentablemente no llegó.

En octubre, licitaciones del Tesoro y aumento de la tasa de interés de pases mediante, se adoptaron algunas medidas que buscaban achicar el exceso de oferta de pesos actual. Sin embargo, estos cambios llegaron tarde y en magnitudes acotadas. El tiempo corre y el poder de fuego del Banco Central sigue agotándose. No hay razones para devaluar; tampoco reservas para contener una corrida.

Fuente: Mariano Gorodish