La contracción de la actividad económica resiente la recaudación de enero

La contracción de la actividad económica resiente la recaudación de enero

La recaudación nacional de impuestos de enero reflejó que la incipiente contracción de la actividad económica (-1,4% entre agosto y noviembre) se habría extendido al 2023. El total de los recursos tributarios recaudados alcanzó $2,27 billones, subiendo 93,4% anual.

En términos reales, asumiendo que la inflación de enero sea 5,6% como indicó el REM de diciembre, se registró una contracción de 2,4% anual. Este guarismo llega tras una tímida expansión real anual de 0,4% en diciembre, que aislando el efecto dólar “soja” 2.0 fue -2,4%, y una contracción de 1,9% en noviembre.

Todo indica que lo mejor de la actividad económica y, en consecuencia, de la recaudación fiscal quedó en 2022, debiendo prepararnos para un 2023 de, por lo menos, estancamiento. Tomando mayor perspectiva, se observa que la recaudación de enero es la menor de los últimos doce años, a excepción de 2020, exhibiendo una conjunción de menor actividad económica y mayor informalidad.

En la apertura por impuestos se observa que la caída estuvo vinculada principalmente al comercio exterior

El IVA apenas creció 2,5% real anual debido a una profunda contracción de 16,8% anual del IVA DGA (grava las importaciones) que compensó gran parte del crecimiento del IVA DGI de 17,7%. En la misma línea, los derechos de importación tuvieron un desplome de 19,8% anual.

La evolución de ambos impuestos son la evidencia de las fuertes restricciones sobre las importaciones instauradas desde la llegada del ministro Massa, en general, y, en particular, desde la implantación del nuevo sistema SIRA a mediados de octubre. Puesto en números, la suma de ambos tributos cayó 4,8% mensual (con estacionalidad) y 6,8% anual, pasando de recaudar US$2.014 millones en agosto a US$1.543 millones en enero (-23,4%).

Por su parte, los derechos de exportación colapsaron 51,7%, mostrando tanto los efectos del dólar “soja” 2.0 (que adelantó liquidación del verano a diciembre) como de la sequía (ver abajo “La liquidación del agro tocó mínimos en enero”). Por otro lado, del resto de los tributos relevantes, se destaca un crecimiento neutro del Impuesto a las Ganancias y un crecimiento de los Ingresos de la Seguridad Social de 3,4% anual, que estaría vinculado a cierto crecimiento del empleo registrado frente a salarios que, en el mejor de los casos, pueden empatarle a la inflación.

Enero con el pie izquierdo

En síntesis, enero arrancó con el pie izquierdo para el oficialismo en términos de ingresos fiscales. 2023 tiene la paradoja de ser al mismo tiempo un año electoral y uno en el que el Fondo Monetario pedirá ajuste fiscal. Vale recordar que el FMI estableció una meta de déficit primario de 1,9% del PBI, lo que implicaría un recorte formal de 0,6 puntos porcentuales frente al 2,5% del PBI de 2022 o de 1-1,5% según se descuenten los recursos extraordinarios del año pasado.

Que la recaudación comience a resentirse no puede ser peor noticia para el gobierno, dado que deberá contrarrestarlo con un mayor recorte del gasto (en un año electoral) o, en su defecto, incumplir con el FMI. Esa será una de las historias que habrá que seguir con especial atención en este año que comienza.

Fuente: PPI