El oficialismo enfrenta su primera prueba tras el acuerdo con el FMI, en medio de conflictos propios que no cesan

El oficialismo enfrenta su primera prueba tras el acuerdo con el FMI, en medio de conflictos propios que no cesan

El aval legislativo al acuerdo con el FMI no logró serenar las aguas en el oficialismo y, por el contrario, marca el punto máximo de tensión. En la Casa Rosada concentran ahora el foco en la “guerra contra la inflación”, el tema económico sin dudas más sensible para la sociedad, pero no pueden abstraerse del desgaste que produce la interna. Lejos de ser superada, esa batalla genera interrogantes sobre el curso político que adoptará Alberto Fernández. En medio de versiones inquietantes, una primera prueba se producirá en el Senado, que debe apurar ahora el debate sobre la nueva ley del Consejo de la Magistratura.

Ese proyecto cuenta con presión adicional: la Corte Suprema declaró inconstitucional la reforma del Consejo de la Magistratura impuesta en 2006, aún vigente, y dispuso que antes de mediados de abril debe ser sancionada una nueva ley. El tema no fue tratado hasta ahora, a pesar de haber sido incluido en las pasadas sesiones extraordinarias, que transcurrieron sin debate alguno.

El Senado comenzará a tratar el proyecto este martes. Para ese día fue convocado el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia. El trámite en la Cámara alta y luego en Diputados será un test para el oficialismo después de la fractura expuesta por el acuerdo con el FMI.

El Frente de Todos deberá resolver cómo actúa en medio de sus sostenidas tensiones internas. Y cómo se posiciona frente a la oposición. Juntos por el Cambio definirá en los próximos días la unificación de sus proyectos, que se contraponen a los del oficialismo sobre todo en el lugar que le asigna a la Corte Suprema dentro del organismo encargado de la selección y remoción de jueces.

Durante todo el fin de semana volvieron a circular versiones sobre el impacto del muy mal estado de la relación entre el Presidente y Cristina Fernández de Kirchner, hoy cortadas de hecho. Desde el entorno de CFK apuntaron contra la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, por haber puesto en el centro de atención que la ex presidente no había atendido los llamados de Alberto Fernández, luego del ataque con piedras al Congreso.

En la otra vereda interna, funcionarios cercanos al Presidente le demandan una estrategia más firme y cortante con el kirchnerismo duro, que ocupa posiciones de peso en el aparato del Gobierno.

En ese contexto, el Presidente busca poner en marcha una serie de medidas, muchas repetidas, para tratar de frenar la trepada de la inflación, que en febrero registró 4,7% y este mes proyecta un número bastante mayor.

El primer paso, oficializado en la madrugada del sábado, fue la creación de un “Fondo de Estabilización” para tratar de contener el precio interno de la harina de trigo. Estaría sostenido con la suba de las retenciones al aceite y a la harina de soja. Esta medida causó rechazo en entidades agropecuarias, sectores de la industria, la oposición y gobernadores como Juan Schiaretti.

El resto de las medidas apuntarían en especial a los precios de los alimentos. El ministro Matías Kulfas mantendrá reuniones con supermercadistas y empresarios de la alimentación. Se espera además que quede en claro el alcance de la convocatoria a una mesa multisectorial, anticipada por el Presidente en su mensaje del viernes pasado.

El Gobierno aguarda además que el directorio del FMI apruebe el viernes próximo el acuerdo de refinanciación de la deuda. El Fondo prorrogó hasta fin de mes los vencimientos que se avecinaban, para evitar una situación de default.