El mercado prevé que la inflación sería de un dígito en junio

El mercado prevé que la inflación sería de un dígito en junio

Ve una inflación del 18% para febrero

El REM proyectó una desinflación lenta por los aumentos de tarifas y pese a la recesión, que ayudaría a domar precios; analistas ven el dólar oficial subiendo 165% en el año

La inflación habría cerrado el primer mes del año entre 21,3% y 21,9%. De esta manera, habría iniciado un camino descendente –tras el pico de 25,5% registrado en diciembre– que la colocaría entre el 16,5% y 18% este mes y que la llevaría a tocar un piso del 7,4% al 8% hacia junio.

Tales perspectivas surgen de la visión de los analistas consultados por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central (BCRA), según se tomen los datos promedio en general que arroja la encuesta o el promedio de los 10 que se revelaron como “más fiables” (top 10).

Esa tendencia a la baja, sin embargo, no evitaría que el año cierre marcando una suba de entre un 207,4% y 227%, es decir, con amplias chances de ubicarse por encima del 211,4% que terminó mostrando el año pasado, y que significara un récord desde 1990.

La mayor resistencia la enfrenta, según estas proyecciones, por el proceso ya abierto de ajuste en las tarifas de los servicios públicos (luz y gas) y algunos de los precios más referenciales de la economía.

De hecho, los analistas proyectan que el IPC Núcleo escalará un 231,8% durante el presente año.

El dato se conoció ayer porque la entidad a cargo de Santiago Bausili decidió volver a respetar el calendario original de publicación de estos pronósticos (primeros días hábiles de cada mes) sobre la evolución que tendrán en adelante las principales variables económicas.

De esta manera, puso fin a la maniobra puesta en marcha desde julio pasado por la gestión anterior, que encabezaba Miguel Pesce.

Vale recordar que, en plena campaña electoral, el BCRA de Pesce decidió divulgar los resultados de esta encuesta solo una vez que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) hubiera dado a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC), aunque los analistas consultados por el BCRA debían seguir informándole a la entidad sus proyecciones entre los últimos días del mes anterior y los primeros del mes siguiente.

Así se llegó al absurdo de obligar a las consultoras a hacer sus previsiones sin conocer el IPC del mes, aunque el relevamiento se publicaba con ese dato ya hecho público, “lo que le fue quitando valor referencial a este instrumento”, señalaron a desde el Central.

El pronóstico de los 37 analistas –predominantemente locales– es algo más optimista que la proyección de una inflación en torno al 250,6% lanzada días atrás por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tras una revisión del 157,1% que había calculado en noviembre.

Más críptico, el Fondo Monetario Internacional (FMI) habló en su último informe de un “pico” provocado por las correcciones de las distorsiones heredadas del gobierno anterior, pero estimó que desde mitad de año, el IPC sería de un dígito mensual, lo que lo ayudaría a bajar a un ritmo equivalente al 150% anual para fines de año.

Un proceso recesivo

El proceso desinflacionario que se habría iniciado, según estos pronósticos, tiene como aliada la fuerte recesión en que ya se hallaría inmersa la economía a partir de una fuerte baja en la demanda interna, en medio de una caída de ingresos que ya se venía dando, pero que se profundizó –los salarios en promedio perdieron 17,2 puntos contra la inflación solo en diciembre– ante la aceleración inflacionaria.

Esa mirada, en lo captado por el relevamiento realizado entre el 29 y el 31 de enero, queda a la vista cuando se observa que los analistas privados proyectan que la economía se terminará contrayendo el 3% durante este año, lo que revela que empeoraron la perspectiva en 0,4 puntos porcentuales respecto del relevamiento previo.

Todo a partir del deterioro que esperan para el trimestre, al que calculan en torno al 3,3% (+0,4% que hace un mes). La caída del PBI alcanzaría al 0,3% en el segundo trimestre del año, período en que resultaría amortiguada por la cosecha gruesa. En tanto, el conjunto de participantes del REM estimó un crecimiento promedio del producto bruto interno (PBI) de 2,8% en 2025 .

En consonancia con esta caída de la actividad proyectan un rebote al 7,7% de la tasa de desocupación abierta para el primer trimestre (+0,2 p.p. respecto al REM previo) que registraría leves variaciones desde allí en adelante para cerrar el último trimestre en el 7,8%.

Atraso cambiario

En cuanto a la evolución del tipo de cambio, el REM confirmó que el mercado espera que se acabe pronto el crawling peg al 2% mensual.

Imaginan ese despegue desde marzo (tal vez para asegurar las liquidaciones de la nueva cosecha), lo que haría que el dólar oficial se ubique ya por encima de los $1000 desde abril, momento en que empezaría a deslizarse al ritmo de la inflación o por encima.

“La variación interanual implícita se ubicó en 164,9%, +0,1% superior al REM previo”, dijo el informe.

Con ese movimiento, se buscaría asegurar un saldo de la Balanza comercial cercano a los US$16.000 millones, toda vez que los analistas proyectan que el país concretaría exportaciones por US$82.875 millones a la vez que solo haría importaciones por US$66.912 millones.

Fuente: LaNación