El megaproyecto de Milei, tema excluyente: tensa negociación, fuerte señal de JxC y escalada peronista

El megaproyecto de Milei, tema excluyente: tensa negociación, fuerte señal de JxC y escalada peronista

El proyecto de ley ómnibus enfrenta horas realmente decisivas. El oficialismo busca asegurar que haya dictamen de comisión y si es posible, debate en el recinto de Diputados. El cuadro, de todos modos, sigue mostrando tensión a pesar de los avances registrados la semana pasada en las negociaciones. La oposición “dialoguista” reclama precisiones y compromisos sólidos, mientras que el peronismo con impulso kirchnerista y detrás de la protesta de la CGT endurece posiciones, en un clima político recalentado.

De manera inesperada, los gobernadores de la UCR y el PRO -que se mantienen como único ámbito en común de Juntos por el Cambio- mantuvieron un encuentro virtual con los jefes de los bloques de diputados allegados. Fue una videoconferencia en día inhabitual, el domingo, algo que le dio mayor relevancia como hecho político.

Fue un paso para tratar de enviar un mensaje más unificado al Gobierno. Los puntos centrales tienen que ver con retenciones y otras cuestiones fiscales que afectan a las provincias y economías regionales. Los jefes provinciales buscaron así cerrar coincidencias con los bloques del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal.

Sin el respaldo de esos bloques -en conjunto, cerca de cien legisladores-, para el oficialismo sería imposible aprobar el megaproyecto de reformas. Las definiciones se acelerarían en las próximas horas. El Gobierno fue cediendo frente a un a realidad legislativa complicada para sus planes, que se fueron corriendo: se trataría de sacar dictamen el martes y votar en el recinto, el jueves.

Sin embargo, los trascendidos que se hace circular sobre posiciones de máxima provocan incertidumbre. En la oposición “dialoguista”, se especula con un dictamen propio y en el oficialismo vuelven las advertencias sobre “más” decretos si no hay ley, un camino difícil y con derivaciones judiciales como ocurre con el DNU.

El peronismo, por su parte, mantiene el rechazo total y apuesta al paro y movilización de la CGT como jugada para contener su interna y mostrarse como única oposición al gobierno de Javier Milei.

La protesta organizada por la CGT para el miércoles ya recibió el apoyo de la mayoría de los sectores que integran Unión por la Patria. El kirchnerismo motorizó adhesiones de algunos gobernadores, intendentes y las organizaciones sindicales más alineadas con Cristina Fernández de Kirchner, además de La Cámpora y otros espacios K.

La disputa con el Gobierno levantó más temperatura por algunos cruces entre funcionarios y jefes sindicales. Y el punto más delicado lo marcó uno de los secretarios de la central sindical, Héctor Daer: sostuvo que “los dialoguistas no van a poder caminar por la calle” si acuerdan con el Gobierno.

La frase de Daer generó malestar incluso entre quienes impulsan la protesta y plantean transformarla en una expresión no sólo sindical, sino también política. En el principio de la semana, están previstos contactos de los organizadores para definir cuestiones prácticas. Será una prueba callejera, también para los protocolos del Gobierno.