El BCRA ajustó las tasas en 250 puntos básicos

El BCRA ajustó las tasas en 250 puntos básicos

La noticia de la semana financiera fue la reacción monetaria del BCRA ante otro dato decepcionante de inflación. En Reconquista 266 desempolvaron los manuales de la ortodoxia y ajustaron las tasas en 250 puntos básicos. Se disfrazó el cambio diciendo que “el BCRA comenzaba a dejar atrás el periodo de políticas excepcionales generado por la pandemia y retomaba los lineamentos enunciados en enero de 2020”.

¿Qué cambió realmente?

No fue la inflación ni un cambio “friedmaniano” en la mente del Directorio del BCRA. El FMI pide tasas reales positivas. Como además se decidió desanclar el dólar oficial (que ya navega arriba de 35% anual), se precisa una tasa de interés más alta para que el “farmer selling” no se atrase y el BCRA pueda sumar reservas.

“El BCRA volvió a subir la tasa de política monetaria (TPM) y acumula un aumento de 450 puntos básicos en lo que va del año, que es bastante comparado con los casi dos años en los que la mantuvo invariante, pero que es muy poco si se observa lo que está pasando en otros países”, dijeron desde Econviews. Su pronóstico es claro: “Esto recién empieza”. O bien: “Es decir, todavía falta, en principio, unos cuantos puntos más de suba”.

“Subir la tasa de política monetaria tiene costos y por eso la entidad monetaria lo hace a cuenta gotas y acompañada por otras medidas”, dice Econviews. Además del efecto que genera sobre el nivel de actividad, el costo inmediato pasa por los intereses de los pasivos remunerados, que durante 2021 sumaron $1,35 billones (2,9% del PIB), un nivel similar al del déficit fiscal primario (que cerró en 3%).

Con el stock de pasivos monetarios en $4,53 billones (8,8% del PIB), con la suba de ayer los intereses se acercarían a los $2,4 billones en 2022 que, dependiendo de la inflación y el crecimiento, superarían largamente el 3% del PIB. “El BCRA de a poco se aproxima a niveles de tasa de interés real más razonables, posiblemente lo hace también procurando no ‘regalar’ pesos a los exportadores que les permitan demorar la liquidación, incentivados por la aceleración de la tasa de depreciación oficial. Todo hace pensar que el ‘delivery’ del programa con el FMI empezó y se acelera”, resumen en Econviews.

Pero faltan elementos y no precisamente menores. “Como siempre sostenemos, la política fiscal, que es la principal responsable de la encerrona macroeconómica, todavía tiene final abierto, ya que la política de subsidios energéticos que se abordará sigue siendo incierta”, dicen.

Brecha y carrera

“Creemos que las subas de tasas (en especial las cortas) reducirán la brecha cambiaria en el corto plazo sin grandes efectos en el frente inflacionario”, dijeron en Delphos. El traslado a otras tasas de mercado (BADLAR y TM20) potencia el arbitraje entre los dólares financieros “desinflados” por las buenas expectativas que despertó el acuerdo con el FMI y tasas de interés más competitivas.

Sin embargo, dicen que “no se observa que estemos convergiendo a tasa reales positivas en el corto plazo porque la inflación se mantendrá en torno al 4% mensual (60% TNA) hasta marzo o abril”. Luego, concluyen, “podríamos observar una mejora en las tasas reales que las acercaría a la neutralidad, a menos que ocurran nuevos aumentos de precios regulados hacia mitad de año”.

Desde FMyA esperan mayores subas de tasas y avizoran la de referencia en 48% a fin de 2022. Con mayores tasas de interés, el BCRA podrá acelerar la devaluación hasta 3,3% (el nivel de Badlar) sin comprometer la estabilidad, agregan.

Sobre el balance del BCRA, creen que no se verá comprometido porque si bien los intereses suben con la tasa, por cada $1 que sube el dólar oficial, los ingresos suben casi $100.000 millones por los activos (Letras del Tesoro en dólares y reservas brutas, que suman US$ 100.000 millones) que tiene el BCRA.

Fuente: El Economista