Decisión política: el gobierno frenó ante el abismo del default

Decisión política: el gobierno frenó ante el abismo del default

El cálculo sobre las graves consecuencias económicas y políticas de un default finalmente volcó la decisión del Gobierno hacia un acuerdo con los acreedores externos. La decisión anunciada formalmente en la madrugada significó un giro en la posición oficial: Alberto Fernández había transmitido durante el fin de semana la amenaza de congelar las negociaciones y buscar un entendimiento con el FMI sin cerrar trato con los bonistas. Pero los costos de esa alternativa hicieron revisar la posición.

«Muy contento por el país. Resolvimos una deuda imposible en la mayor crisis económica que se recuerde y en el medio de una pandemia. En estos siete meses nos dijeron que no entendíamos nada y que estábamos camino al fracaso porque no aceptábamos las ofertas de los acreedores. Resulta que finalmente cerramos un acuerdo que le permite a la Argentina ahorrarse 33 mil millones de dólares de la deuda asumida en los próximos diez años. Ahora tenemos despejado el horizonte a donde queremos llegar», dijo Fernández tras la confirmación de la noticia. 

El Presidente mantuvo contactos durante el domingo y ayer, según trascendió, con Cristina Fernández de Kirchner y también con Sergio Massa. Hubo consenso en la necesidad de ceder algo más en las posiciones y llegar a un entendimiento. Finalmente, eso ocurrió con los principales grupos de bonistas sobre la cifra real de la reestructuración, aunque faltarían ajustar detalles jurídicos.

La propuesta, que ahora debe ser oficializada ante la SEC y extenderá los plazos por quince días más, muestra la mejora de la oferta: el valor de los bonos llega finalmente a US$ 54,8 por cada lámina de US$ 100, casi un dólar y medio más que hasta el fin de semana. Se modifican fechas de pago y se adelantan los vencimientos de capital.

La tensión había crecido con el mensaje según el cual esta vez el Gobierno no buscaría acordar una nueva extensión de las conversaciones. En ese contexto, volvió a circular la hipótesis de un entendimiento para congelar el tema por algunos meses hasta que haya un panorama económico post pandemia más claro a escala mundial.

Sin embargo, después de contactos con los bancos contratados para articular la negociación, desde el gobierno dejaron trascender ayer el acercamiento de posiciones.

La decisión provocará fuerte impacto inicial en los mercados y cierto alivio político en medio de la crisis agudizada por la pandemia. Y abre un nuevo desafío para el Gobierno: un plan económico concreto y negociaciones con el FMI, que esperaba esta salida con los privados para negociar la deuda con la Argentina en base a lineamientos económicos hasta ahora no expresados.