La inflación de diciembre cerró un año con fuertes alzas y el Presidente intentó minimizar el impacto

Tal como anticipaban las mediciones privadas, los precios anotaron un nuevo pico en diciembre, a pesar de las medidas de canasta regulada y de la contención en tarifas y combustibles. El IPC registró un 3,8% de aumento y el 2021 sumó así 50,9%. Poco después de difundida la información del INDEC, Alberto Fernández se mostró con su equipo económico e intentó darle un sentido diferente a la cifra. Dijo que mostraba una baja respecto del mismo mes de un año antes, cuando llegó al 4%.

Esa comparación generó sorpresa porque se trata de una diferencia menor. El dato, que inquieta al propio Gobierno, es que volvió a dispararse el IPC y que 2021 expuso un recalentamiento fuerte: en 2020 había acumulado 36,1%. El otro contraste significativo fue en relación con el Presupuesto oficial, con una pauta de 29 puntos.

“Ya tuvimos un mes de diciembre con una inflación más baja que en diciembre del año anterior. Esperemos que esta senda descendente de la inflación se sostenga y eso depende de todos”, dijo el Presidente desde Olivos al presentar un nuevo capítulo de Precios Cuidados.

Alberto Fernández apuntó especialmente a la necesidad de mantener “acuerdos” y reiteró que la inflación es un fenómeno multicausal.

Más allá del discurso, el Gobierno buscó mostrar reacción frente al nuevo salto inflacionario que se esperaba. Y, aunque pesaron los tiempos de las negociaciones con sectores de la producción y de la comercialización, el acto fue postergado hasta ayer a la espera de la difusión oficial del INDEC.

El Presidente estuvo acompañado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y por el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. También participó el secretario de Comercio, Roberto Feletti.

El mensaje formal fue diferente al de los últimos meses del año pasado, que mostraban a Feletti -de línea directa con el kirchnerismo duro- con un gran nivel de autonomía, mientras trascendía el rechazo de Guzmán al congelamiento de precios y el malestar creciente de su superior jerárquico, Kulfas.

La cuestión de los precios también es un renglón destacado en las negociaciones con el FMI, que destaca en primer lugar la política monetaria y el déficit. Preocupan ahora el arrastre para el año que acaba de comenzar y los ajustes en tarifas y combustibles.