No hay forma rápida de salir del escenario de “sabana corta”: deuda y dólares

No hay forma rápida de salir del escenario de “sabana corta”: deuda y dólares

En 2024 habrá lluvia de dólares comerciales, pero largas colas en todas las ventanillas de demanda

Pese a un escenario comercial positivo, dice un trabajo de la Mediterránea, no hay forma rápida de salir del escenario de “sabana corta”, con dificultades para normalizar de inmediato los problemas de stock

El primer año de gestión de Javier Milei arrancaría con un superávit comercial bastante importante, según las estimaciones de la Fundación Mediterránea. Las previsiones de la entidad arrojan que en 2024, el superávit comercial llegaría a los US$ 25.000 millones.

Los cálculos que plantean la recuperación del saldo comercial no se deben únicamente a la recuperación de los volúmenes de cosecha de soja y de otros productos agrícolas, tras la sequía, sino que también están asociados a un mayor impulso de los sectores energético y turístico. Así, el saldo de la Balanza energética pasaría de un déficit de US$ 4.700 millones a un superávit de US$ 3.300 millones, lo que implica una mejora de US$ 8.000 millones en relación a este año.

El sector turístico, por su parte, también registrará una mejora a partir de la adecuación del tipo de cambio que se aplica tanto a los que viajan como para los que ingresan al país, lo que deriva en una disminución del rojo de esa Balanza.

Las agroexportaciones habrán de “mejorar en unos U$S 15.000 millones en 2024 respecto de 2023, pero aun así se ubicarían todavía US$ 7.000 millones por debajo de los registros de 2022”. Bajo esas condiciones, dice el trabajo firmado por Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez, podría comenzar a bosquejarse una dinámica de paulatina recomposición de las cuentas externas, con un flujo positivo de dólares que, de todos modos, sería insuficiente para “poner al día” las obligaciones pendientes en un único acto.

Stock de entradas y salidas

“Esto obligaría a diferenciar stocks (deudas comerciales, pago de dividendos, etcétera) de los flujos de entrada y salida de divisas por las operaciones a concretarse desde el 10 de diciembre en adelante, tanto en contrapartida de los movimientos de bienes como de servicios.

Así, en 2024 podría esperarse una reversión del déficit de cuenta corriente del balance de pagos y una paulatina recomposición de reservas”, dicen Vasconcelos y Gutiérrez, que proyectan un superávit de cuenta corriente del orden de los US$ 9.000 millones, dado el saldo negativo esperado de US$ 16.000 millones para los servicios reales y de la cuenta de intereses y dividendos.

Con un saldo neto de US$ 3.000 millones de los movimientos de capitales, podría proyectarse una variación positiva de las reservas del Banco Central del orden de los US$ 12.000 millones. Como se ve, dicen los autores, “pese a lo relativamente positivo del escenario, no hay forma rápida de salir del escenario de ‘sabana corta’”, con dificultades para normalizar de inmediato los problemas de stock (deuda de importaciones, remesas pendientes de dividendos)”.

Para un superávit mayor/ acumulación de reservas más acelerada, “sería necesario un tipo de cambio ultra elevado y una recesión más profunda, que recorte importaciones de forma adicional, con consecuencias severas en el plano social; o bien por un flujo de capitales más intenso, que sería una sorpresa por la falta de crédito del país”.

Un perdón fiscal

En esa línea, podrían conjeturarse con medidas destinadas a otorgar un “perdón” fiscal a capitales no declarados, no de las dimensiones del blanqueo realizado durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri, sino con características más acotadas y destinadas básicamente a robustecer los depósitos en dólares en el sistema financiero local. La situación de arranque (la “herencia”) es dramática y la desactivación no está asegurada.

“Los desafíos abruman. En cabeza del Banco Central hay reservas negativas por US$ 10.000 millones y ‘cuentas a pagar’ por unos US$ 35.000 millones, incluyendo los compromisos con importadores, las ventas de futuro en el Rofex y títulos dolarizados, caso de las Lediv.

Asimismo, en cabeza del Tesoro hay vencimientos de deuda interna por 20 % del PIB en 2024, de los cuales 7 puntos corresponden a tenedores privados (el grueso indexados a tipo de cambio y/o tasa de inflación), mientras que los compromisos externos suman US$ 4.000 millones (excluyendo FMI y organismos)”, dicen y aventuran que el régimen cambiario inicial tendría un mercado desdoblado “para que la demanda de dólares se canalice al CCL, sin afectar las reservas”.

La expansión de la oferta de gas y petróleo cobra relevancia en términos de comercio exterior, con un saldo neto que estaría pasando de un déficit de US$ 4.700 millones en 2022 a un superávit de US$ 3.300 millones en 2024, una mejora de US$ 8.000 millones

Fuente: El Economista