Monotributo, los factureros: Aportan por sí mismos a la Seguridad Social

Monotributo, los factureros: Aportan por sí mismos a la Seguridad Social

Los factureros, la forma de contratación laboral que más crece

Son trabajadores en relación de dependencia que aportan por sí mismos a la Seguridad Social.

El empleo que más está creciendo es el de los asalariados informales sin que el empleador efectúe los descuentos de Seguridad Social reglamentarios. Y también entre los que aportan por si mismos bajo la forma del Monotributo, pese a que tienen una relación de dependencia con su lugar de trabajo. Son los llamados “factureros”.

En la Ciudad de Buenos Aires, estos asalariados totalizan 121.500 personas, equivalente al 10,6% del total. Un año atrás sumaban 93.500, el 8,5% del total. Es una suba interanual del 29,7%.

Con relación a 2015, entonces con un total de asalariados levemente mayor, este grupo de empelados pasó de 79.500 (6,6%) a 121.500( 10,6%): 52,8% más.

Si a estos 121.500, se le suman los 170.500 asalariados sin descuento ni aportes jubilatorios, hay en total 292.000 asalariados y asalariadas o uno de cada cuatro asalariados/as que se encuentran en condición de precariedad laboral.

Todos son datos oficiales de la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires que mide los asalariados que aportan por si mismos a la Seguridad Social. Y que marcan una de las formas de la precariedad laboral y una de las razones del crecimiento del Monotributo en detrimento de los asalariados registrados privados.

Caída del salario real

De los datos nacionales también se desprende que, pese a la caída de los salarios reales (-25% desde 2017) y del costo laboral, hay un fuerte crecimiento de los asalariados informales, sin descuento jubilatorio, como de los aportantes al Monotributo, por encima de las otras modalidades de empleo..

Por su parte, según la Dirección porteña “un cálculo global de la población ocupada en la informalidad (en las categorías asalariada y cuenta propia) durante el tercer trimestre de 2022, oscila entre el 36,8% y el 30,1% ”.

Cynthia Benzion, Presidenta de la Asociación de Abogados Laboralistas (AAL) le dijo que “el trabajo no registrado ha sido lamentatista blemente un rasgo característico del mercado de trabajo en nuestro país. Se han diseñado diversas formas de eludir las obligaciones previsionales que van desde la total clandestinización de la relación laboral, pasando por el registro parcial, es decir posdatando la fecha de ingreso o registrando un salario inferior al que se paga efectivamente hasta la falta total de registro”.

Todo esto –añadió Benzion- “deja al trabajador sin seguridad social, sin cobertura ante las posibles enfermedades o accidentes o pensión o jubilación. Todas estas formas constituyen un fraude laboral. Pero existe una forma más perversa aún de fraude laboral que consiste en exigir al trabajador que se inscriba como monotribucomo condición para obtener y conservar el empleo.Las crisis económicas reiteradas y la reducción de la actividad económica y el aumento de la inflación, han creado las condiciones para que se extiendan cada vez más estas prácticas”.

Desde otro ángulo, Juan Luis Bour economista de FIEL considera lo siguiente:

El empleo asalariado formal en el total del país no crece desde 2012. En CABA la evolución es similar, con caída en pandemia y recuperación parcial (no completa) posterior.Pero el dato que resulta más relevante es que entre los asalariados, una proporción creciente aporta por sí mismos a la Seguridad Social. Eso es indicio de que demanda hay (desde las empresas), pero no para incorporar personal estable (relación de dependencia).

Esta parte de asalariados que en realidad son monotributistas que dan factura periódica a su único o principal empleador, crece porque las empresas prefieren el riesgo de un conflicto al costo de un contrato formal.

Los riesgos que toma la empresa son enormes, y aún así está forma de emplear crece. Es todo lo contrario de la formalidad que surgiría de contratos temporarios formales.

Fuente: Clarín