La caída en la actividad pone techo a la inflación

La caída en la actividad pone techo a la inflación

Anticipan que este año la actividad caerá cerca del 3% y esto le fijaría un techo a la escalada de los precios.

Negocios con menos gente. Por la pérdida de poder adquisitivo, el sector comercial es el que más sufre.
Detrás de la leve desaceleración que mostró la inflación en mayo con un registro de 7,8% empieza a aparecer la sombra de la caída de la actividad económica. Con señales de que el consumo de productos básicos se viene enfriando, la velocidad a la que se actualizan los precios comienza a frenarse. Así, la retracción de la actividad que perfila al 3% para este año podría convertirse en un «ancla» que lleve a la inflación mensual más cerca del 7% que del 8%.

«El dato de mayo publicado esta semana por el INDEC confirma que la inflación viaja a velocidad crucero de entre el 7% y el 8% para la medición mensual», indica el IERAL.

«En el cortísimo plazo la recesión podría jugar un rol de ancla ‘por las malas’, y algo de esto está sucediendo, de forma incipiente en mayo y más rotundo en junio», indica el economista Jorge Vasconcelos.

El instituto vinculado a la Fundación Mediterránea apunta que «las ventas de productos de consumo masivo habrían entrado en terreno negativo en mayo en la medición interanual, fenómeno que se está profundizando en junio, ante la pérdida de poder adquisitivo de la población».

La razón principal de la desaceleración de la inflación de mayo fue que el rubro alimentos subió menos que los meses previos. Para el IERAL, el alza de “sólo” 5,8 % de alimentos y bebidas en parte se estaría explicando por «el enfriamiento de la demanda, fenómeno que no tiene chances de revertirse en el corto plazo».

El stock de crédito

Otra señal de enfriamiento es que el stock de crédito en pesos al sector privado se achicó un 16,2% en términos reales en los últimos 12 meses.

Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas a precios constantes de los pequeños y medianos comercios registraron en mayo último una contracción interanual 2,8%, encadenando cinco meses de retracción.

En la comparación mensual, los negocios también vendieron 1,2% menos que en abril. El informe de CAME detalla que «el sector comercial viene sintiendo cada vez más la pérdida de poder adquisitivo de las familias en manos de la inflación».

Otro dato se sumó esta semana para confirmar el freno en las actividad. Las ventas por el Día del Padre 2023 bajaron 1,2% frente a las del año pasado, según la medición de CAME.

El relevamiento de actividad que realiza el Estudio de Orlando Ferreres, (IGA), detectó una caída interanual del nivel de actividad de 3,8 % para abril, «fenómeno que apunta a profundizarse en los datos que completen el segundo trimestre».

En esa línea, el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central (REM) anticipa una caída del PBI del 3% para este año. Para este trimestre que está terminando esperan una contracción de 3,1% del nivel de actividad, lo que implica un pronóstico peor al anterior, que apuntaba a una reducción menor, de 1,9%.

La consultora LCG pronostica que la actividad caerá alrededor de 2,7% este año

«Esta caída podría dar un respiro a la inflación, pero se contrapone con el efecto de una menor disposición a demandar dinero por parte del sector privado una vez que la inflación mensual se instaló en el orden del 8%».

De todos modos, la recesión no alcanzará para cortar el proceso inflacionario. «Aunque la falta de demanda pueda ponerle un límite a la escalada de los precios, por debajo de la superficie siguen operando factores fuertemente expansivos del lado monetario», apunta Maximiliano Gutiérrez, del IERAL.

En la lista de factores expansivos parece en primer lugar la emisión. El IERAL precisa que la base monetaria se mantiene bajo relativo control, evolucionando a un ritmo del 45,4% interanual, «pero el M3 (el dinero circulante más los depósitos) se expande a un ritmo de casi 105% interanual».

Esto refleja el aumento del llamado «multiplicador bancario», derivado de los incentivos incorporados por el Banco Central para que las entidades financieras utilicen bonos del Tesoro como parte de sus encajes

LCG agrega otro factor que podría disparar los precios más allá de la recesión: el dólar. «Para los próximos meses vemos que la inflación estará determinada por la evolución del tipo de cambio, libre y oficial. El tipo de cambio oficial vemos que correrá por detrás de la inflación en un intento por anclar la tasa mensual de aumento de precios. Sin embargo, el dólar libre puede aún tener recorrido alcista en las próximas semanas».

Fuente: Clarín