El sector fabril se contrajo un 3,9%. Las pymes advierten sobre el costo de a energía

El sector fabril se contrajo un 3,9%. Las pymes advierten sobre el costo de a energía

El indicador del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) mostó una caída desestacionalizada del 3,9% en julio, que la ubica por debajo de los niveles previos a la segunda ola; es decir, por abajo de marzo del 2021, con un porcentaje de 0,5%.

Los datos indican que la segunda ola todavía no fue del todo superada y que generó un efecto subibaja en la actividad industrial luego del extraordinario rebote que había registrado en junio, por arriba del 11%.

La segunda ola todavía no fue del todo superada y generó un efecto subibaja en la actividad industrial: luego del extraordinario rebote que había protagonizado en junio, el sector fabril sufrió durante el mes pasado una contracción del 3,9% mensual desestacionalizado.

Con todo, el sector sigue operando por encima de los niveles de la prepandemia y, de hecho, desde el Gobierno destacaron que julio fue el tercer mejor mes desde 2018. La segunda ola había generado un fuerte parate, pero junio dejó un crecimiento extraordinario, de 10,5%.El dato fue publicado por el Centro de Estudios para la Producción.

IPI-Cammesa,

La publicación presenta todos los meses el IPI-Cammesa, el indicador que realiza una reponderación de los datos de consumo enérgetico de las empresas del sector. Cabe destacar un detalle: si el IPI del Indec confirmara una contracción similar a la adelantada por el indicador del CEP XXI, de 3,9% desestacionalizada en julio, entonces la industria operó algo por debajo de los niveles previos a la segunda ola; es decir, por abajo de marzo del 2021.

La caída con respecto a aquel momento sería de apenas 0,5%. Una vez superada la recomposición de stock de junio, y con vacaciones en las automotrices, la actividad sectorial sigue marcando un virtual empate respecto de la previa de la segunda ola, si se toma en cuenta que el Indec corrige mes a mes sus mediciones libres de estacionalidad.

En cambio, respecto de la prepandemia (es decir, febrero del 2020), habría una mejora del 4,3%. Se trata de dos indicadores distintos, está claro, aunque uno, el de CEP XXI, intenta prever los movimientos del otro. La recuperación de la industria, más allá del efecto serrucho al que obligó la segunda ola, que todavía no fue superada del todo, tiene una velocidad bastante extraordinaria si se compara con el resto del mundo.

Antes de la moderación que dejó julio, la mejora en junio en relación con el mismo mes del 2019 había sido de 11,7%. Muy por arriba de los principales países de la región, de Europa y de Estados Unidos, solo superada por la del 13,5% que marcó China, país que, por cierto, juega en otra liga.

El informe del CEP XXI detalló:

“Los datos preliminares de julio son positivos, en líneas generales, aunque merecen algunas consideraciones. De acuerdo con el consumo de energía en las principales plantas industriales, la actividad manufacturera operó un 3,9% por encima de julio de 2019 y un 5,2% por arriba del promedio de 2019. De 1.020 plantas industriales, el 52,8% consumió más energía que en julio de 2019.

Ahora bien, la evolución fue dispar entre sectores:

De catorce ramas, siete incrementaron su consumo de energía desestacionalizado frente a junio (entre ellos, textiles, metalmecánica o minerales no metálicos) y las otras siete lo redujeron (destacándose la automotriz, la química o caucho y la del plástico)”.

Además del efecto generado por la comparación con un junio extraordinario, en el que las empresas recompusieron stock luego del parate de abril y mayo, también hubo impacto de las vacaciones en las empresas automotrices: “Produjo 8.100 vehículos  menos que en junio por las paradas por las vacaciones de invierno en las cuatro principales terminales y, también, por el faltante de insumos (semiconductores) a nivel global”.

Fuente: BAE