El Gobierno evalúa alternativas para afrontar un faltante de dólares

El Gobierno evalúa alternativas para afrontar un faltante de dólares

Pese al acuerdo más flexible con el FMI, seguirá siendo crítica la falta de dólares

Ante las menores exportaciones por la sequía, el Gobierno evalúa alternativas para afrontar un faltante de caja que podría llegar a los US$ 10.000 millones. Los desembolsos del Fondo no alcanzarán este año para cubrir los pagos.

Entre hoy y mañana se oficializarán los ajustes en el programa con el Fondo Monetario, que implica una meta menos exigente para las reservas netas del Banco Central. Sin embargo, este alivio no será suficiente para aumentar el volumen de reservas, que cayeron US$ 5 mil millones en el último año. Los desembolsos previstos por el FMI para 2023 serán insuficientes para cubrir los pagos comprometidos con el organismo. En lo que va del año, el Central ya vendió US$ 1.130 millones para evitar una mayor disparada del dólar.

Las negociaciones con el FMI para aflojar las exigencias sobre las reservas establecidas en el acuerdo del año pasado representan un alivio para el gobierno. La expectativa oficial es que el cambio de metas reduzca la presión para cumplir el programa y permita seguir recibiendo dólares del organismo para despejar tensiones previo a las elecciones. Sin embargo, la flexibilización del acuerdo no resuelve el problema de fondo de la falta de divisas, que seguirá condicionando la economía.

Este fin de semana se anunció que se acordó con el FMI flexibilizar las metas de reservas netas que suponían que el Banco Central debía contar US$ 7.700 millones para fin de marzo, cuando está al menos US$ 3.500 millones abajo. Entre lunes y martes el organismo oficializará este cambio, que le da oxígeno al Gobierno en el corto plazo y le evita el golpe político de pedir un “waiver” por incumplir las metas.

Ante la brecha cambiaria y el impacto de la sequía, el Gobierno deberá buscar otras fuentes para apuntalar las reservas. Por ello, las alternativas en danza son un crédito REPO con bancos extranjeros por US$ 1.000 millones, buscar fondos en organismos multilaterales y lanzar un dólar soja 3. El swap con China y financiamiento de Brasil también figuran en el radar.

Los datos del mercado de cambios son preocupantes: el Banco Central acumuló un saldo negativo por US$ 1.130 millones en el año, en su peor arranque desde 2003. “Como resultado, las reservas netas bajo la metodología del FMI muestran una caída superior a los US$ 5.000 millones en el año”, estimó Ecolatina.

Ya en enero, el Gobierno elevó la tasa de pases pasivos y recompró deuda en dólares con reservas para contener las presiones sobre los paralelos. Las medidas moderaron la brecha cambiaria, pero el faltante de divisas se agudizó por la exigua liquidación del agro, producto del impacto de la sequía sobre la cosecha de trigo, el adelanto de exportaciones en diciembre y el incentivo del sector a retener a la espera de un tipo de cambio favorable.

“Ponele que ajusten la meta de reservas y consigan no hacerle pagos netos al Fondo y que algo del swap con China se active, haya un REPO y raspando el fondo de la olla les da para llegar a fin de año, la situación igualmente es de desequilibrio por la tendencia natural a desacumular reservas dado el tipo de cambio oficial y la elevada brecha cambiaria”, dijo Carlos Pérez, director técnico coordinador de la Fundación Capital.

En medio de las negociaciones en Washington, el ministro Sergio Massa sugirió posibles cambios de metas al asegurar que “el consenso con el FMI es que es mejor adecuar la programación del trabajo del año desde el inicio para dar previsibilidad y no tener que hacer waivers durante el año”. Y en su equipo sostienen que “la idea es que se sigan acumulando y creciendo las reservas, pero teniendo en cuenta la sequía y la guerra”.

Por lo pronto, la caída de la actividad por cuarto mes consecutivo en diciembre y el retroceso de las exportaciones en enero marcan un deterioro cada vez más notorio. “El BCRA deberá decir si vender las pocas reservas que le quedan (US$ 4.200 millones; y si no quiere, deberá ajustar más las importaciones con el SIRA, empeorando aún más la actividad, poniéndole más presión al dólar paralelo y a la inflación”, señaló un informe de FMyA.

Cuando se mira la “caja” que surge de estimar los ingresos y egresos de dólares, los economistas esperan este año un rojo de entre US$ 6.000 y US$ 10.000 millones. Hasta hace 10 días, el por el intercambio de bienes compensaba el déficit de servicios y el pago de deuda comercial privada. Pero las heladas en la soja sumaron un factor de estrés a la salida de divisas prevista por la deuda con bonistas privados y un cambio en los flujos del FMI en 2023.

Ocurre que desde fines de marzo, cuando Argentina reciba US$ 5.300 millones por cumplir las metas de diciembre, el país empezará a afrontar “pagos netos” con el organismo. Así, aunque cumpla los objetivos cuantitativos, los desembolsos del FMI ya no alcanzarán para cubrir los vencimientos de capital, como ocurrió en 2022. Y habrá que sumar los intereses, que sumarán US$ 2.900 millones.

El tipo de cambio será otro desafío. El BCRA aceleró la suba del dólar oficial a un promedio del 6,2% mensual, por encima del 5,1% promedio de enero y en línea con la inflación prevista en febrero, pero no sería suficiente. “Va a ser año difícil de transitar si no se corrije la política cambiaria, van a administrar una escasez constante y por más que suavicen la meta, vamos a vivir secuelas del dólar soja cada vez que haya alguna revisión”, dijo Matías de Luca, de LCG.

Fuente: Clarín