El BCRA mantiene la tasa y pone más presión al dólar

El BCRA mantiene la tasa y pone más presión al dólar

Finanzas. A pesar de que el índice de precios de agosto marcó la cifra más alta en tres décadas, la entidad monetaria decidió mantener en 118% nominal anual la remuneración de los depósitos

En agosto, los plazos fijos minoristas perdieron por 2,6 puntos frente a la inflación. Se trata del peor rendimiento, en términos reales, de los últimos cinco años. Pese a ello, esta semana el Banco Central (BCRA) decidió mantener inalteradas las tasas de interés, una decisión que los economistas advierten que podría sumar una mayor presión dolarizadora de cara a las elecciones de octubre.

Actualmente, las tasas de interés se encuentran en el nivel más alto de los últimos 32 años. Esta inversión, que se consolida como una de las más populares entre los ahorristas más conservadores, paga una tasa de rendimiento del 118% nominal anual. En caso de que el inversor reinvierta todos los meses el capital inicial más los intereses ganados, se convierte en una tasa efectiva anual del 209%.

Entre mayo y julio, estos valores lograron proteger los pesos frente al avance de los precios de la economía.

Sin embargo, con la reciente aceleración inflacionaria, el escenario volvió a darse vuelta. Mientras que el plazo fijo a 30 días ofrece una tasa de interés equivalente al 9,8% mensual, en agosto la inflación fue del 12,4%. Implica una tasa nominal anual real negativa del 27,3%, según cálculos de Nery Persichini, de GMA Capital.

Retornos reales

«No obstante, indicadores de alta frecuencia reflejan una desaceleración del ritmo de incremento del nivel general de precios desde el pico de la tercera semana de agosto, que se habría profundizado en lo que va de septiembre. La política de tasa de interés del Central busca propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local con el fin de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria», justificó la decisión el Banco Central, a través de un comunicado oficial.

Pero ese optimismo no se ve reflejado en las proyecciones de inflación futura de los economistas. De acuerdo con los diez analistas que más aciertan en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), informe que elabora mensualmente el Banco Central, septiembre terminaría con una inflación del 11,4%. En octubre, en tanto, los precios subirían un 9,2% promedio; en noviembre volverían a acelerarse hasta un 10,5% y en diciembre -con cambio de gobierno incluido- saltarían hasta un 15,6%.

A excepción de octubre, de cumplirse estas estimaciones y de no haber ajuste en las tasas, en los próximos meses el plazo fijo perdería claramente en la carrera contra los precios. «El Banco Central dijo que la inflación se estaba desacelerando y, por esa razón, decidió no mover las tasas. En paralelo, el viernes la Secretaría de Hacienda salió a mostrar la inflación semanal. Todos estos anuncios buscan calmar las expectativas inflacionarias que todos tenemos, algo que se vio reflejado en lo real con el dato de agosto.

Quieren demostrar que los precios se están desacelerando y, de esa manera, que la tasa no quede tan desarbitrada.

Pero es un movimiento peligroso, incluso a pesar de que subir las tasas de interés significa un mayor costo por los intereses que pagan los pasivos remunerados [Leliq y pases]», advirtió el analista financiero Christian Buteler.

Para el economista, esta decisión podría llegar a sumarles más presión a los dólares libres. No solo porque la inflación volvería a ganarle al plazo fijo en los próximos meses, sino porque también faltan menos de 40 días para las elecciones generales y los argentinos suelen preferir esperar el resultado de las urnas refugiados en moneda dura.

«Encima quedó el antecedente de lo que sucedió en las PASO, cuando hubo una devaluación que terminó justificando la dolarización previa», agregó. En agosto, el blue trepó 33,6% y el MEP, un 31,5%. Tres veces más que el plazo fijo.

«Frente a este panorama de inflación creciente y política fiscal inconsistente, consideramos que la política de tasas es inocua para contener la escalada de precios. A su vez, siempre que no se esterilice la emisión exógena, esta dinámica reduciría el peso real de los pasivos remunerados del Banco Central [a costa de una mayor licuación de los plazos fijos]», sumó Persichini.

Depósitos a plazo

Desde la sociedad de Bolsa Delphos Capital, señalaron que la decisión del Banco Central «debilitó el atractivo de los depósitos a plazo» y esto podría impulsar la dolarización de carteras en la previa electoral, con la vista puesta en el próximo 22 de octubre. Sobre todo a la espera de que la inflación de dos dígitos en agosto no haya sido únicamente una rareza.

«Habrá que monitorear de cerca el comportamiento de los plazos fijos. Nosotros incrementamos nuestras estimaciones de inflación para fin de año a entre 180% y 190% anual, con una aceleración inflacionaria adicional a partir de noviembre o diciembre de este año.
Nuevos deslizamientos del tipo de cambio oficial, el descongelamiento de precios regulados, la indexación general de la economía y el ?plan platita? del Gobierno seguirán empujando la nominalidad de la economía», advirtieron.

¿Todos los pesos que estaban posicionados en un plazo fijo a 30 días se irán al dólar aumentando la demanda? Para Buteler, no necesariamente, ya que el Gobierno cuenta «con ?la ventaja? de que estamos encepados». En caso de desarme de plazos fijos, los pesos también podrían ir a parar a un bono CER o un plazo fijo UVA, dos opciones que ajustan por inflación.

Pero, tras la decisión del Banco Central, queda una certeza: en el contexto actual, los plazos fijos tradicionales dejaron de ser atractivos.

«Dado que el mercado estima que en septiembre los precios avanzarán 12% [según el REM], la tasa de interés debería ajustarse al alza en 28 puntos porcentuales hasta 146% (TNA) para quedar neutra frente a la inflación esperada», cerró el economista de GMA Capital.

Fuente: La Nación