El arduo camino de las pymes, entre amenazas y oportunidades

El auge del negocio financiero, el desafío de sostener la actividad a pesar de los crecientes costos y la falta de políticas industriales sostenidas y claras,marcan un escenario complejo pero no imposible.

Las altas tasas de interés que ofrece el Banco Central y la rentabilidad interesante de las acciones en los mercados, genera una situación controversial para el empresario pyme dedicado a la producción de bienes y servicios, que tiene que tomar la decisión de inmovilizar dinero en bienes de capital y dejar de lado la oportunidad financiera.

Al mismo tiempo que las rentables oportunidades de colocación abundan, el costo financiero de las empresas no deja de crecer. En especial con la determinación del Banco Central (BCRA) de dar por terminadas las líneas de crédito a tasa subsidiada que aun sobrevivían. Y aunque la ley de promoción de las micro, pequeñas y medianas empresas aprobada en 2016 dispuso varias medidas para alentar la actividad y reducir cargas impositivas; sin embargo, los altos costos de servicios, como la logística, y las importaciones complican las operatorias.

“La Argentina necesita 300.000 pymes más, y según las estadísticas, de 10 que arrancan, sobreviven dos o tres. Para poder tener esas 300.000 más, necesitamos que se creen un millón”, afirma en diálogo con diario La Nación Mariano Mayer, secretario de Emprendedores y Pymes de la Nación.  Las intenciones del Gobierno para promover estas empresas –tanto para agilizar su creación como para reducir sus costos o ayudarlas a acceder a préstamos– chocan con obstáculos relacionados con la informalidad y las que logran instalarse y subsistir, se ven obligadas a repensar su estrategia financiera y a buscar otras herramientas que permitan fondear el funcionamiento del negocio.

En este sentido, las obligaciones negociables garantizadas ( ONG) se presentan hoy como una opción verdaderamente atractiva para quienes buscan capital de trabajo. La garantía ope- ra a través de un tercero que respalda la colocación en el mercado de capitales, permitiendo acceder a tasas sensiblemente más bajas que las que se consiguen en el sistema bancario.

“El gobierno busca un esquema de tasa de interés única, y la convivencia de tasa alta y dólar barato se va a mantener”. Roberto Rapazzo Cesio, consultor financiero

Además, el 62% de las colocaciones corresponden a empresas del interior del país, lo que deja entrever el carácter federal de la herramienta.

El instrumento en moneda nacional permite colocar un máximo de $ 100 millones a un plazo no mayor a cinco años y opera con un spreed por sobre la tasa Badlar. En las colocaciones observadas hasta mediados de enero, el spreed promedio fue de 6,7% logrando una tasa final de 29,4% en promedio.

“Más del 90% de las pymes depende del mercado interno, y muchas han hecho un esfuerzo enorme en estos dos años para mantener niveles de actividad y ventas en detrimento de la rentabilidad”, añade Eduardo Fernández, presidente de la Comisión Directiva Nacional de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme). Y añade que “falta orientación estratégica” del Estado para saber cuáles son los sectores que se impulsarán y cuáles no, para poder definir qué sucederá en los próximos años con cada actividad. “No tener claro cuál es la política industrial nos desorienta”, agrega el dirigente.

Fuentes. La Nación, Río Negro