Con 21 presos K, la Justicia acorrala a otros ex funcionarios

Además de Cristina Kirchner, a quien el juez Bonadio pidió el desafuero, avanzan en causas contra Scioli, Aníbal Fernández, Capitanich, Echegaray, Manzur y Brito.
«Navidad sin presos políticos», fue la bandera del kirchnerismo en estas fiestas. Lejos de cumplirse sus deseos, con 21 dirigentes y empresarios ligados al gobierno anterior tras las rejas, la Justicia avanza con causas sobre otros eventuales compañeros de celda, con la propia Cristina Fernández de Kirchner a la cabeza. Su desafuero aún debe tratarse en el Senado el próximo año, pedido por el juez Claudio Bonadio que la acusa por el memorándum con Irán: la Cámara desestimó el delito de traición a la Patria.
Otro que goza de fueros y que podría complicarse judicialmente es el ex presidenciable Daniel Scioli. Incluso su faltazo en la Cámara de Diputados para rechazar la reforma previsional fue leído como un gesto hacia la Casa Rosada para evitar más complicaciones en una causa por supuesto lavado de dinero por la venta de terrenos a una firma proveedora de la administración provincial durante su gobernación bonaerense.
Sin resguardo legislativo, el ex multifuncionario Aníbal Fernández también tiene casi todos los números en Comodoro Py. Junto a otro ex jefe de Gabinete K, el actual intendente Jorge Capitanich, está siendo investigado por el supuesto desvío de fondos en el extinto programa Fútbol para Todos (FPT). Lo mismo que el ex vicegobernador de Scioli, Gabriel Mariotto. A quien le dictaron la falta de mérito fue a Juan Manuel Abal Medina, justo cuando aún era senador del peronismo «dialoguista».
Fernández también está en la causa del Plan Qunita, acompañado por el ex ministro de Salud y actual gobernador tucumano, Juan Manzur. El peronista fue de uno de los mandatarios que se apuró en respaldar las reformas pedidas por el presidente Mauricio Macri.
Uno que parece tener un chaleco anti-causas es Ricardo Echegaray. El ex titular de la AFIP, echado de la AGN, sobrevive al escándalo de la ex Ciccone, por la que cayeron el ex vicepresidente Amado Boudou y su socio José María Núñez Carmona, además del presunto testaferro Alejandro Vandenbroele. Por manejos de su compañía, The Old Fund, fueron citados a declarar Echegaray junto al mandatario formoseño Gildo Insfrán y el banquero Jorge Brito. No fue éste último quien cayó preso este fin de año, cuando se lo esperaba en Tribunales, sino otro empresario más K, por una deuda con la AFIP: Cristóbal López y su socio Fabián De Sousa.
El derrotero de kirchneristas presos comenzó en los albores de la administración de Cambiemos con la dirigente y parladiputada Milagro Sala el 16 de enero del año pasado. En abril la siguió el ex ministro de Transporte Ricardo Jaime, ya complicado judicialmente antes del cambio de Gobierno. El mismo mes fueron detenidos el empresario patagónico Lázaro Báez, el contador Antonio Pérez Gadín y su abogado Jorge Chueco. En junio, frente a un convento, José López. En septiembre, el sindicalista Omar «Caballo» Suárez.
Este año, en febrero, fue el turno del ex jefe militar César Milani; en julio el contador de la familia Kirchner, Víctor Manzanares; en agosto, luego de estar prófugo, el cuñado de Julio De Vido, Claudio «Mono» Minnicelli; en septiembre Juan Pata Medina (Uocra de La Plata); en octubre Roberto Baratta, el segundo de De Vido, quien fue desaforado días después. Noviembre fue para Boudou. Y este mes para Héctor Timerman (ex canciller), Carlos «Chino» Zannini y el ex piquetero Luis DElía. El último fue Carlos Kirchner, primo del ex presidente.
FUENTE: El Cronista