Analytica: empleo y consumo permitirían una estabilización

Analytica:  empleo y consumo permitirían una estabilización

Durante el tercer trimestre de 2020 (último dato oficial disponible), la desocupación fue de 11,7%, según informó el Indec. No obstante, el dato está “subestimado” por cuestiones estadísticas (la tasa de actividad es baja por la pandemia) y los especialistas señalan que la tasa “real” estuvo en torno al 20%.

Durante el segundo trimestre, cuando se aplicó la cuarentena más estricta en el país, la desocupación informada por el Indec fue de 13,1%, aunque la tasa “real” se estima en 29%.

La disminución de la desocupación durante el tercer trimestre respecto al segundo se dio en parte como consecuencia de la flexibilización de la cuarentena y la reapertura progresiva de los sectores productivos.

A la vez, esta recuperación de puestos de trabajo se produjo mayoritariamente en el sector informal y en los trabajadores autónomos, lo que indica que aumentó la precariedad laboral.

Analytica señala que los datos oficiales muestran un hecho excepcional: el aumento de la Población Económicamente Activa (PEA) durante el tercer trimestre fue igual al de la ocupación.

Es decir, todos aquellos que regresaron al mercado de trabajo encontraron empleo, una tendencia que estima que seguramente haya disminuido un poco durante los últimos tres meses de 2020. “Típicamente, sólo el 40% de los desempleados encuentra ocupación durante los primeros tres meses de búsqueda”, señaló.

La visión de Analytica

“En nuestra visión, la evolución del empleo resulta fundamental para la suerte que correrá la actividad económica en 2021. Más aún, a partir de la pandemia, con los ingresos reales tan castigados”, afirmó Analytica en un informe. “A diferencia de lo observado en otros períodos recesivos, la variación del consumo está siendo directamente proporcional a la de los puestos de trabajo. Por caso, durante el tercer trimestre el empleo aumentó 12%, mientras el consumo privado lo hizo 10%”, agregó.

La consultora plantea por qué no esperar que la recuperación de la actividad provenga de una mejora de los salarios, lo cual permita elevar los niveles dconsumo.

En ese sentido, señala que las remuneraciones formales finalizaron 2020 con la tercera retracción anual consecutiva, esta vez del 2%, y, hasta ahora, los cierres de las paritarias no anticipan una mejora en 2021.

Si bien hay heterogeneidad al interior de los distintos gremios, los aumentos acordados promedian el 33% frente a una inflación que tiene un piso del 45%, según se estima para este año.

Un camino factible

“Un camino factible, no deseable, es que el Gobierno recomponga los salarios reales congelando las tarifas de servicios básicos (agua, luz, gas, telecomunicaciones) y atrasando el tipo de cambio. El costo es una menor reducción del déficit primario (se presupuestó en -4,2% del PIB para este año, desde -6,5% en 2020), y mayores expectativas de devaluación, ergo más brecha cambiaria, hoy en 70%”, sostuvo.

El informe señala que autorizar aumentos en los precios regulados muy por debajo de los del resto de los bienes es una estrategia que se aplicó desde la salida de la convertibilidad, inicialmente como una medida de emergencia pero que se mantuvo hasta 2015 y se retomó luego del primer trimestre de 2019. Y durante 2020 se profundizó: los precios regulados aumentaron 15%, mientras que la inflación núcleo fue del 39%. En consecuencia, para compensar a las empresas, los subsidios aumentaron casi en un punto del PIB.

“El congelamiento de tarifas en el pasado también demostró impactar en el mercado de cambios. Ante la falta de inversión aumentaron las importaciones de energía.

Por caso, entre 2011 y 2015 el déficit cambiario de los sectores de electricidad, petróleo y gas aumentó en US$ 20.000 millones respecto a los cuatro años anteriores”, indicó.

Congelamiento de tarifas

En consecuencia, impulsar el consumo congelando tarifas y atrasando el tipo de cambio “no es sostenible en el mediano plazo, pero ahora tampoco lo es en el corto”. Analytica afirma que el Gobierno no tiene margen para profundizar el déficit fiscal y aumentar la salida de dólares, por lo que le quedaría, entonces, impulsar la recuperación estabilizando la economía, “un camino que requiere generar consensos para implementar políticas de largo plazo”.

La consultora resalta que la herramienta más eficaz para crear puestos de trabajo siempre es una economía estable y en crecimiento. Por lo tanto, “la fuerte correlación que evidencia la creación de puestos de trabajo con la recuperación del consumo le permitiría al Gobierno compatibilizar una estrategia de estabilización con una mejora en la situación de las familias más golpeadas por la crisis”

Fuente: El Economista