En menos de diez años, las tarjetas de crédito y débito desaparecerán

Diego Viglianco, gerente general de Procesamiento en Prisma Medios de Pago, escribe hoy una columna en Económico de Clarín, en la que exalta los cambios que atraviesa Argentina, en la industria de los medios de pago, apalancados por nuevos jugadores y la tecnología que permite sistemas novedosos como los pagos “sin contacto” – NFC -y los códigos QR. Estos últimos permiten pagar el combustible sin firmar un papel y con un innovador y ágil procedimiento de “check-in” que permite eliminar el tiempo de pago en la experiencia de carga de combustible.
Para Viglianco, se suman  “Fintech cada semana al mercado «en un ritmo vertiginoso nunca antes visto» y anticipa que habrá jugadores extranjeros que también querrán participar como lo hacen en otros mercados empresas como Apple, Android y Samsung Pay, entre muchos otros.»
El autor, ve una feroz pelea por la dominación de un espacio único y reducido. «Esto nos indica que no caben dudas de que el nuevo ecosistema se está transformando en un ambiente altamente tecnológico. En ese sentido, la muerte del plástico como medio de pago se estima aproximadamente en unos 10 años.»
Sin dudas, esto es una gran noticia tanto para los consumidores como para los comerciantes, ya que cuantas más formas de pago haya, más fácil, ágil y seguro será abonar los bienes y servicios que se consumen. En adición a todo esto, la penetración de los dispositivos móviles hizo que se evolucionara de las billeteras físicas a las billeteras digitales.
El ecosistema tradicional de los medios de pago como lo conocíamos -y que nació hace más de 60 años – está cambiando de manera rotunda, sobre todo en los últimos años. La pregunta del millón es si, como está sucediendo en la industria automotriz, quienes empujan los avances tecnológicos son empresas “tech” y no las fábricas de autos. La industria de los medios de pago lo sabe y está tratando de liderar la transición -y recreación- del nuevo ecosistema de medios de pago.
 
El dinero en efectivo tiende a caer en desuso, aunque se sigue innovando en los cajeros automáticos buscando darles más seguridad a los usuarios a través de herramientas biométricas como la huella digital o el reconocimiento facial. Eso evitaría el tedioso proceso de poner claves y contraseñas como hacemos hoy, vitales para la seguridad, al margen de proporcionar una identificación positiva del cliente mucho más seguro, conveniente y efectivo. Todo esto permitirá combatir fuertemente el hackeo de datos.
Respecto del uso que los usuarios hacen de la tecnología, hay quienes prefieren ante un problema hablar con una persona mientras que otros sólo buscan una solución más pragmática y “chatean” con “chatbots” (robots computarizados que chatean con usuarios reales en tiempo real).