“Tenemos claro que la Argentina necesita construir consenso para poder avanzar en las demandas que tienen la sociedad”, dijo Triaca al participar en una jornada sobre temas laborales que se realizó en la Universidad Torcuato Di Tella.
Triaca condicionó la reforma laboral a un eventual consenso social
El ministro Jorge Triaca ratificó la intención del gobierno de debatir la reforma laboral, aunque condicionó los eventuales avances a la posibilidad de establecer acuerdos con todos los sectores involucrados.
“Tenemos claro que la Argentina necesita construir consenso para poder avanzar en las demandas que tienen la sociedad”, dijo, y recordó que “las encuestas reflejan a 4,5 millones de personas en la informalidad laboral, a 1,5 millones de desocupados y a un tercio de la población en la pobreza”, dijo Triaca.
De todos modos, el ministro explicitó el interés del Gobierno en avanzar en un blanqueo laboral, en un sistema de capacitación que ponga en juego pasantías y modelos como “el sistema dual alemán”, así como “incentivos” para la contratación de los trabajadores más jóvenes, víctimas de una tasa de desocupación muy superior a la media.
Por otro lado, los panelistas explicaron por qué el tema salarial sigue siendo el eje privilegiado de cualquier discusión tripartita, aún cuando existen otros debates que importan a trabajadores, Estado y empresarios.
“Cuando tenés un nivel de inflación de dos dígitos, el salario se lleva toda la atención porque la recomposición salarial es la principal preocupación de los sindicatos. Por eso para nosotros es tan importante bajar el nivel de inflación”, sostuvo Triaca.
A su turno, Moyano señaló que en las discusiones salariales siempre se encuentran con la misma respuesta del sector patronal: “Nosotros no podemos dar tanto porque no tenemos reglas de juego claras, previsibilidad”. En ese sentido, consideró que “nadie cede si no sabe que mañana va a ganar, y si no hay condiciones de previsibilidad desde el Estado, que tiene las herramientas institucionales para hacerlo, difícilmente pueda lograrse que la discusión salarial no sea el eje”.
Respecto a la temática específica del panel, titulado “Robotización y el futuro del empleo”, y desde un punto de vista pragmático, Moyano consideró que no se puede ir en contra de un proceso de evolución que, al fin y al cabo, “mejora la experiencia de la gente”.
El dirigente de la CGT Juan Carlos Schmid fue quien sacó la discusión de los carriles: dijo que no hay que ver a la transformación tecnológica como “algo inevitable”. “No hay que pensar que como viene la tecnología todos tenemos que aceptar que llega irremediablemente, porque para eso está la política”, consideró.
Una de las posibilidades que se evalúa hacia el futuro, y que incluso ha tenido algunos intentos en países desarrollados, es la de complementar las ganancias recibidas por un trabajo cada vez más escaso (dado que en lo sucesivo no habrá trabajo para todos o al menos no lo habrá en la misma cantidad que lo hay ahora) con un ingreso universal.
Schmid rechazó esta idea al señalar que se basa en pensar a las personas simplemente como consumidores. “Yo no me puedo desprender de mi condición de sindicalista y para mí el trabajo es un valor: el valor de la persona humana, de la dignidad”, sostuvo. En este sentido, el titular de la CGT señaló que si bien celebra que el Gobierno haya “sostenido todos los programas sociales” y en algunos casos incluso los haya “mejorado y transparentado” no ha logrado generar suficiente trabajo.
“Ese es una cuestión pendiente de Argentina –dijo–, porque no solamente es un problema de naturaleza económica, sino de dignidad”.