Plan Melconian: crear un superministerio, hacer una reforma laboral y que el peso y el dólar convivan

Plan Melconian: crear un superministerio, hacer una reforma laboral y que el peso y el dólar convivan

Melconian presentó un plan integral para el próximo gobierno

Junto a economistas de la Fundación Mediterránea y ante empresarios, propuso crear un superministerio, hacer una reforma laboral y que el peso y el dólar convivan y el equipo de economistas que lo acompaña en la Fundación Mediterránea presentaron ayer los principales puntos del plan económico «integral» que pondrán a disposición del próximo gobierno. «No sé si llegamos; no sé si nos llaman dijo en referencia a ocupar el Ministerio de Economía. Trabajamos con gente con los pies sobre la tierra, gente muy aplomada, y eso hace que sea difícil equivocarse. No hemos seleccionado quién en cada lugar, pero casi.

Tenemos cultura del trabajo, de la honestidad, del profesionalismo».

Con sus habituales ironías, Melconian desgranó las premisas en las que se fundamentan los proyectos de ley que deberían presentarse de arranque y subrayó que avanzarían, en el mediano plazo, hacia un bimonetarismo.

«Estamos estudiando la bimonetariedad, que tiene atrás un régimen cambiario», explicó primero ante los periodistas. Al mediodía salió de una reunión con la casi totalidad de los 70 economistas del equipo mediterráneo y poco después compartió un almuerzo con 250 empresarios. Toda la jornada fue en la estancia Belgrano, en Jesús María, propiedad de la familia Astori, una de las fundadoras de la Mediterránea.

En diálogo con la nacion, Rodolfo Santangelo explicó que un esquema bimonetario significa la «convivencia, no la competencia» entre el peso y el dólar. «Primero hay que estabilizar, bajar la inflación. Es una apuesta a mediano plazo que también implica que los dólares que están afuera o debajo del colchón vuelvan al circuito por canales institucionales», detalló. No descartó que pudiera avanzarse en un régimen de exteriorización.

Ante los empresarios, cuando empezó a analizar los diferentes puntos del plan, Melconian precisó que él y sus colaboradores están diseñando un régimen cambiario que elimina «todo el laberinto regulatorio actual». Advirtió que en buena parte, las primeras medidas dependerán de las condiciones iniciales, pero el objetivo es converger en regulaciones macro prudentes como las que existen en Latinoamérica para «evitar el hot money y la volatilidad del tipo de cambio». Varios de los economistas indicaron a la nacion que el Banco Central que viene será «peor que el de 2015».

Insistió en que el bimonetarismo ya existe en la Argentina

«Desde hace años» y lo que se requiere es «institucionalizarlo» para que «fluya nuevamente un mercado de capitales en dólares, que permita el crédito y la inversión local». Para que los contratos se puedan realizar en cualquiera de las dos monedas, se necesita una reforma del Código Civil, además de modificaciones de normas en el régimen cambiario y financiero.

La nacion lo consultó sobre cuán importante sería la reformulación del acuerdo con el FMI para definir la herencia que recibirá el próximo gobierno: «Servirá para que los melones no vuelen por el aire. Siempre es mejor tener un acuerdo con el Fondo que no tenerlo, aunque hay una complicidad silenciosa del organismo en este tiempo. Ahora se discutirán los desvíos de los desvíos aunque el ministro pidió algo más simultáneamente. Veremos».

Sobre si apenas asuma una nueva administración se instrumentará un plan de estabilidad, siguió con la misma figura. «Primero hay que acomodar los melones, que significa equilibrar las principales variables de la economía; después se estará en condiciones de largar un plan de estabilidad». Varias veces reiteró ante los empresarios que no se trata de «una medida; es una simultaneidad de cosas».

Suma de poder A los empresarios había representantes de todos los sectores y de grandes y medianas compañías les dijo que son muchos los que están trabajando y muchos los que quieren venir por lo que «necesitan más nafta». La referencia es al financiamiento que aportan los hombres de negocios. Las preguntas que fueron planteando las respondieron distintos economistas del equipo.

Melconian repasó todas las áreas que deberían estar dentro del Ministerio de Economía para la coordina- ción y las reformas a realizar. «No es superministerio, pero no pueden estar afuera», apuntó en referencia a aspectos como seguridad social, energía, infraestructura o planes sociales. «Si todo eso no lo controla un ministro de Economía, ¿qué hace? ¿Coloca deuda?», se preguntó.

La idea es un esquema como «el del Mingo» [en referencia a Domingo Cavallo] o «como el que en parte tuvo [Roberto] Lavagna».

El economista no dudó de que se podrán poner en marcha las medidas que analizan porque considera que ya hay un ajuste en marcha y no hay gente «en la calle». «Las tarifas entre abril y junio aumentaron 271% el valor de distribución y todavía falta. ¿Por qué van a salir a la calle después». Mandó al psicólogo aunque después usó la expresión «mejor que se informen» a quienes plantean «no quiero ajuste y quiero un programa antiinflacionario».

Casi al final de la exposición, presentó los proyectos de ley «del primer día de gestión», entre los que se cuentan la ley de presupuesto si antes no hay consenso; la de reforma de las relaciones laborales; una reforma previsional estructural («pero también sería una señal de sostenibilidad fiscal a largo plazo»); una del Estado (dotación de personal, contratos, empresas públicas, fondos fiduciarios, entes cooperadores, organismos descentralizados, desregulación) y una tributaria, de la AFIP y de Aduana (Ganancias, cargas laborales, monotributo, acuerdo fiscal con las provincias).

En esa línea de largada también está el nuevo organigrama de ministerios, una nueva Carta Orgánica del Banco Central, leyes vinculadas al sector energético y una ley de emergencia económica si no se la puede incluir en el presupuesto.

Por último, Melconian sostuvo que el déficit primario cero es «inmediato», reconoció que hay poco margen para bajar impuestos apenas asumir, pero afirmó que «sacando 0,1 acá, 0,3 allá y 1 punto de más allá se puede llegar al 4% del PBI».

Fuente: La Nación