El sobrante de pesos no está en la masa salarial sino entre los empresarios

El sobrante de pesos no está en la masa salarial sino entre los empresarios

Los plazos fijos aumentaron en total 61% en lo que va del año difícilmente identificables como pertenecientes a asalariados. Las cuentas corrientes, por su parte, crecieron 71% en total, mientras que las de saldos mayores a $20 millones

El Plan Guzmán ayuda a ganar tiempo pero los sueldos como ancla implican un problema estructural. La emisión durante el ASPO ya fue a parar a las grandes empresas. La inestabilidad cambiaria es hija de los bajos niveles salariales.

La fuerte emisión monetaria pandémica llenó de pesos a sectores empresarios con alta capacidad de ejercer presión sobre el mercado cambiario. El programa que encaró el Gobierno para intentar que la mayor cantidad de hogares y empresas posible sobrevivieran a la pandemia, en línea con las políticas aplicadas en el resto de los países del mundo, encontró a una economía con salarios relativamente bajos y altos excedentes empresarios. Eso permitió que los pesos llegaran velozmente a manos acostumbradas a ahorrar y dolarizarse.

Así, la economía se encuentra en un complejo círculo vicioso. El salario en caída es un ancla nominal fundamental y evita la posibilidad de una disparada cambiaria e inflacionaria. Al mismo tiempo, la mala distribución estructural genera que la emisión monetaria por la vía fiscal, incluso a través de ATP e IFE, termine generando mayores presiones cambiarias.

A los datos que permiten llegar a estas conclusiones los publicó el investigador del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) y docente de la Universidad de San Andrés, Damián Pierri. En comparación con el 2007, un año similar al 2020 en términos de niveles de actividad económica, algunos indicadores dan cuenta de baja participación de los asalariados en la distribución de la masa monetaria, en un contexto de sobrante de liquidez.

Por caso, el M2 privado, que mide todo el circulante, más las cuentas corrientes, más las cajas de ahorro, medido sobre el PBI, creció respecto a 2007, lo que da cuenta del sobrante de pesos. Mientras que en 2007 ese ratio se encontraba en 13%, en 2020 está por encima del 14%.

En cambio, el M2 privado sobre la masa salarial se desplomó, dando cuenta de una peor distribución: era de 57% y pasó a ser de entre 34% y 37% en 2020. “Hay sobrante de pesos pero al mirar la masa salarial vemos que no están entre los que cobran un sueldo sino concentrados en el sector empresario”, explicó Pierri

Algo similar se observa si se miran otros agregados, como los plazos fijos y las cuentas corrientes. Mientras que los primeros aumentaron en total 61% en lo que va del año, los de más de $20 millones, difícilmente identificables como pertenecientes a asalariados, crecieron 97%. Las cuentas corrientes, por su parte, crecieron 71% en total, mientras que las de saldos mayores a $20 millones lo hicieron al 103%, más que duplicaron.

Pierri explicó: “Si el salario real está alto, sus perceptores tienen que estar demandando mucho dinero. El M2/masa salarial muestra que no es el caso. Y los datos de plazos fijos y cuentas corrientes lo muestran incluso mejor. Se ve ahí que no sólo hay más plata sino que está mal ubicada.

Y uno tiende a pensar que las empresas son más complicadas en términos de desestabililzar a la economía, porque son más sofisticadas, tienen más capacidad de presión, pueden tumbar el mercado de cambios. Son unas pocas, de las más grandes, las que pueden hacerlo. Son firmas que tienen mucho dinero y también se ve en el crecimiento de los fondos de money market, que es explosivo. Eso no va a inversión ni consumo”.

Y agregó: “La pandemia generó demanda de dinero muy alta porque todos se quedaban inicialmente con ese dinero, por las propias restricciones a la movilidad. Cuando aflojó la cuarentena, esa demanda cayó. Se empezó a mover la rueda y esos pesos fueron a las manos que concentran el ingreso, los que tienen los productos.

Y que tienden a buscar cobertura. Podés ganar algo de tiempo redistribuyendo desde los que te piden dólares, es decir las empresas, a los que piden pesos. Al que quiere cobertura le das dólar linked y al que quiere consumir le das pesos vía política fiscal. Ahora, cuando ese señor vaya y efectivamente consuma, a los pesos los toma el supermercado que le vendió. Y va a venir a buscar cobertura. Eso, con tasa de interés en pesos demasiado bajas”.

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