«La gente reaccionó a la apertura del negocio y algo vendimos”, dijo un comerciante.

La gente trata de guardar el efectivo y encontrar el mejor precio, pero no por eso deja de comprar lo indispensable. Aunque, por lo menos mientras no haya transporte público ni confiterías, los comerciantes no esperarán una concurrencia masiva. “Dentro de todo, fueron días positivos -evaluó Gabriela Coronel, titular de la Cámara de Comercio de la capital-. Pensábamos que no iba a salir nadie por el paro de colectivos, pero al final se acercó bastante gente y vimos mucha consulta de precios y mucha tarjeta de crédito”.

Así, las dos primeras tardes de apertura comercial en cuarentena les trajeron alguna satisfacción a comerciantes tucumanos ya agobiados por el parate de la economía, las deudas y los impuestos. Por caso, Daniel Ledesma, dueño de un negocio de ropa de la calle 25 de Mayo, resumió: “fueron más de 50 días sin facturación, 50 días de gastarnos los ahorros, endeudarnos y no poder pagar ni el alquiler ni los impuestos; ahora la concurrencia fue mínima, pero la gente reaccionó a la apertura del negocio y algo vendimos”.

Por su parte, Marcos Acosta, dueño de una perfumería, auguró que, con este horario comercial de cuatro horas más el conflicto del transporte, mayo podría ser otro mes perdido para el comercio. “Además, a muchos se nos está terminando el stock y no tenemos para reponer”, lamentó.

Y tanto Ledesma como Acosta protestaron por lo que consideran una nula ayuda estatal. “Los créditos del Gobierno nacional son inaccesibles y es increíble que ni el Estado provincial ni el municipal ayuden”, se quejaron.

Fuente: La Gaceta