Los dólares libres volvieron a mostrar los dientes

Los dólares libres volvieron a mostrar los dientes

Rubinstein mostró poco y los dólares se inquietaron de nuevo

Con un segundo día consecutivo bueno para acciones y bonos, la suerte del mercado cambiario argentino fue diferente. El Central sigue sin juntar reservas y continúa endeudándose en Leliq lo que genera dudas a futuro.

Con ahorristas, inversores, operadores y economistas esperando anuncios de Gabriel Rubinstein, para saber si su llegada significará algún cambio para Argentina de los últimos tiempos, el mercado local del segundo día del “viceministro anti k” no fue tan bueno como el día de su debut: las acciones volvieron a subir bien, los bonos también mejoraron y el riesgo país bajó, pero los dólares libres pegaron un salto, y lo que más brincó fue el dólar Senebi, ya que los especuladores de alto rango creen que Rubinstein terminará con el tipo de cambio bifurcado, uno comercial y otro financiero, lo cual puede calentar el tipo de cambio pronto.

Por ahora, quizás por instrucciones directas de su jefe Sergio Massa, desde la cocina de Rubinstein lo que pareciera estar haciéndose es un lento traslado de los importadores, sacándolos del dólar oficial con más complicaciones para operar, por lo que si quieren abastecerse de partes tendrán que traer productos a precio de contado con liquidación, al tiempo que se instruyó a la Afip para que le ponga bien el ojo a todos los pagos en dólares que se realicen con tarjeta de crédito, con la idea de que lo que se traiga del exterior le quite cada vez menos reservas al Banco Central, y se pueda ir arrimando el bochín a lo acordado en su momento por Martín Guzmán con el FMI.

La pelea por las reservas

Y los números que mostró ayer el Banco Central fue de una pequeñez absoluta en cuanto a reservas (logró sumar US$ 10 millones al nivel bruto que muestra la autoridad monetaria al final del día, con compra por US$ 5 millones en el Mulc), pero lo que hizo girar la cabeza de los analistas más puntillosos fue el ventarrón de las Leliq: ayer la autoridad monetaria chupó de los bancos depósitos por otros $499.610 millones lo cual significa que la basura se sigue metiendo debajo de la alfombra, con la idea de que todo ese dinero se vaya licuando, ya que se paga una tasa del 69,5% anual, con una inflación que a la postre estaría según Fiel en la zona del 112% anual.

De ese modo, con escasez de productos importados de todo tipo, muchos de los que traen cosas desde afuera están acabando sus stocks, y si no tienen nada para vender sus negocios se terminan. Por esa razón, empujados por esa vía, los dólares libres volvieron a mostrar los dientes: mientras los dólares oficiales siguen anclados, el dólar blue saltó $5 hasta $297, el Senebi saltó $17,27 hasta $317,49, el MEP subió $3,24 hasta $290 y el contado con liquidación brincó $7,28 hasta $306,46. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 106% y la del CCL con el mayorista fue del 124%. Y esta debilidad del peso no es sólo contra el dólar, medidos en pesos oficiales, la libra subió ayer 1,28 hasta 162,05, el euro subió 62 centavos hasta 136,51 y el real subió 33 centavos hasta 26,78.

El camino a Jackson Hole

Con estos valores, el dólar local se movió a contramano de lo que pasó en el mundo. A dos días de la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole (Wyoming), las tasas largas de EE.UU. siguieron subiendo (hasta 3,2% anual a 5 años, 3,1% a 10 años y 3,3% a 30 años), pero la sorpresa fue que esta vez el dólar global no fue beneficiado. El billete verde ha subido ya demasiado y esta vez le tocó descomprimir algo su nivel de cotización y ayer en el exterior el dólar cayó 2,7% en Chile, 1,1% en Brasil, 0,8% en México, 0,6% contra la libra, 0,5% contra el yen y cedió 0,3% contra el euro.

Esta movida, con el dólar debilitado sobre todo en América Latina, obedeció fundamentalmente a la oscilación que se registró en la cotización de los commodities. Ayer en el mundo hubo una fuerte suba del 3,3% para el petróleo, los metales básicos estuvieron mixtos, los granos estuvieron en general muy firmes sobre todo en Chicago por malos datos de cosechas futuras en EE.UU., al tiempo que como Jerome Powell tendrá problemas para evitar una recesión, e irá quizás a una estanflación complicada, las reservas usuales tuvieron ayer un día de recuperación: hubo subas para oro, plata y criptomonedas, tras varias ruedas con precios en descenso.

Materias primas

El movimiento de las materias primas obedece a varios factores. El principal es que lentamente se va acercando la época del año con clima más frío en el hemisferio norte, por lo que se necesitará más gas y petróleo, las sequías o los problemas climáticos están en todas partes. Alemania y Francia, como China, confirmaron que sus economías se desaceleran. Y hay proyecciones de una inflación insólita del orden del 18% anual para Gran Bretaña en 2023, ya que los problemas en las islas inglesas son cada vez más complicados, con huelgas y otro tipo de complicaciones.

En medio de todo eso, los inversores consideraron que todo el sainete de juicio por vialidad, y la posterior exposición en redes de parte de Cristina Kirchner, esta vez con menos seguidores que los esperados frente al Congreso, mientras ella los arengaba para que canten la marcha peronista, pretendiendo arrastrar a algo así como que “todo el mundo hizo cosas así con la obra pública”, aumentaron entre los financistas altamente especulativos con que ya está lanzado el rally electoral, con el FdT con pretensiones cada vez más reducidas, por lo que se va a un gobierno más amigable con los mercados.

Massa, ni su particular secretario de Agricultura, siguen sin lograr encontrar el “dólar soja” que conforme a los productores para liquidar, pero hubo una declaración del campo en la que desde el sector indicaron que en el 1° semestre de este año Argentina tuvo la mayor exportación agropecuaria de toda la historia: US$ 31.000 millones, con US$ 5.300 millones dejados en retenciones. Y las exportaciones que más crecieron este año fueron de trigo, cebada, girasol, legumbres, limón, maíz, sector avícola y sector lácteo.

Los bonos para arriba

Con todo esto, muchos están convencidos de que el rally electoral está lanzado, por lo que los bonos argentinos volvieron a anotar una suba del 1%, con buen volumen de negocios. Y detrás de eso el riesgo país de Argentina cedió ayer en 45 unidades hasta 2.396 puntos básicos, el menor nivel de la última semana, por lo que Rubinstein ganó otro punto en su segundo día al mando cierto del Ministerio de Economía.

En el negocio bursátil también hubo buenas noticias para el hombre que Roberto Lavagna le recomendó a Sergio Massa. Hubo otro día débil en la Bolsa de Nueva York, a la espera de lo que pueda decirse en Jackson Hole desde este jueves, y hubo una baja promedio del 0,3% en Wall Street, mientras la Bolsa de México no se movió, pero la de San Pablo saltó 2,1% por los mejores precios del petróleo y los granos, pero también porque van apareciendo encuestas que no lo dan a Bolsonaro tan fuera de juego contra Lula, en la presidencial que se celebra dentro de cuarenta días.

El kirchnerismo quedó atrás

Y con un mercado que se va convenciendo de que el kirchnerismo quedó atrás, con precios de las acciones que son de remate, la Bolsa de Buenos Aires volvió a sonreír. Con $2.749 millones operados en acciones y $6.032 millones en Cedears, hubo una fuerte suba del 3,6% en el índice S&P Merval. Al tiempo que las ADR argentinos en Nueva York tuvieron un día mixto, con subas de hasta el 8,6% con YPF, Supervielle, Cresud y Central Puerto bien arriba, y con apenas una baja Despegar, un movimiento que no mueve el amperímetro.

Ayer, un analista que le mide el aceite al mercado todo el tiempo quizás encontró el justo punto del lugar donde estamos. El analista Nicolás Chiesa, de Portfolio Personal dijo “en el mundo el lunes fue malo, pero para la Argentina bueno, siempre somos un caso aparte, y es un poco atribuible a la expectativa por lo que pueda hacer Massa ahora con Rubinstein como su número dos. Pero esto no es definitivo, lejos estamos de poder hacer una fiesta, parecen ser movidas en dirección correcta, pero hay que ver que se terminen efectuando”.

Fuente: El Economista