Los analistas recomiendan ingresar al canje local de deuda en dólares

– Vence el 1° de septiembre. Se ofrece un mix de títulos en pesos y dólar. Se espera alta adhesión.

Los analistas no dudan en recomendar entrar a la oferta del canje de la deuda en dólares emitida bajo legislación local. Pero a la hora de elegir con cuál oferta del Gobierno quedarse le bajan el pulgar por lo general a las opciones ligadas a la inflación. Los bonos hard-dollar, como se dice en la jerga, son la opción. Y cuanto más cortos, mejor.

Con un tratamiento igualitario al de la ley extranjera, la propuesta oficial incluye, a grandes rasgos, un mix de bonos en dólares (cuatro títulos a 2030, 2035, 2038 y 2041). Y también dos títulos en pesos ajustables por CER (2026 y 2028) pero que sólo están en el menú para algunos, como quienes tienen Bonar cortos o Letes.

Nery Persichini, head of Strategy de GMA Capital, lo explica así: “No entrar implica no recibir renta ni amortización hasta 2022 y posiblemente se postergue. No hay posibilidad de litigar internacionalmente ni todo ese bagaje legal”.

“Los CER, a los precios actuales, no convienen. La ganancia depende del exit yield (la tasa a la que cotizarán en el mercado los nuevos bonos). Con el Bonar 24, si lo canjeás por el bono en dólares a 2030, hay un potencial de suba de 6% si la exit yield es de 12% o bien 13% si es de 11%. En cambio con el tipo de cambio de hoy, con un bono CER la estrategia es neutra.

Es básicamente una apuesta para quien cree que el dólar va a bajar”.

Además, apunta que probablemente haya prorrateo por la cantidad que se emite. Es decir, que no habrá títulos para todos los que los soliciten.

“La estrategia es ir a bonos cortos, menor riesgo, más defensivos. Tendría que bajar mucho el riesgo país para que los bonos más largos sean más atractivos. Por ejemplo, salir con un 8% de exit yield para ganarle como alternativa, cuando se espera que esté en torno al 12-13%”, detalla.

En SBS, el economista jefe Adrián Yarde Buller coincide: “A los inversores que tienen Letes o bonos cortos en dólares como el Bonar 20 o el Bonar 24 les estamos recomendando ir al nuevo bono en dólares a 2030. Elegir las opciones más largas como el 2035 solamente tendría sentido en un escenario en el cual las tasas de largo plazo comprimen por debajo del 8%, pero eso no es algo que hoy estemos esperando”.

“Tampoco estuvimos recomendando activamente la opción de pasarse a pesos, más que nada porque la volatilidad del tipo de cambio implícito crea un riesgo de salida bastante considerable para quienes ven esto como una inversión dolarizada. Creo que es una alternativa que tiene más sentido para inversores que estén buscando instrumentos atractivos en pesos, ya que el gobierno está ofreciendo un buen premio con respecto a lo que está rindiendo la deuda CER en el mercado”, explicó.

Fernando Marull, economista de FMyA, plantea lo siguiente: “Si hoy el bono rinde 6,2% + CER, menos que los de dólares (12,5% anual), significa que el mercado está descontando que la inflación (CER) le va a ganar al dólar contado con liquidación en los próximos años”.

“Suena tentador si uno ve que hoy el contado con liquidación está en máximos desde la crisis de 2002. Ahora, no luce tan lógico si uno ve el frente fiscal, monetario y el riesgo de otra crisis cambiaria (reservas netas bajas). Por eso, quien elija la alternativa de bonos CER, tendrá que estar convencido de que no habrá otro shock en el mediano plazo”.

Por su parte, Martin Vauthier, director de Eco Go, dice que “si uno apuesta a que haya algún margen de compresión en los spreads, son más atractivas las opciones en dólares.Y ese margen de mejora en los precios de los nuevos bonos va a estar muy vinculado al propio resultado del canje”. Y agrega: “Si se despeja definitivamente la incertidumbre en torno a la deuda y el riesgo de eventuales litigios de holdouts eso va a ser un espaldarazo importante. Lo mismo ocurre con el programa económico y las señales sobre el sendero macro hacia adelante”.

La deuda en moneda extranjera bajo ley local que se busca reestructurar suma cerca de US$ 42.000 millones. Se estima que alrededor de la tercera parte de este monto se encuentra en manos del mercado.

En el caso de los inversores que no acepten el canje antes del primero de septiembre (primer límite) tendrán otras dos semanas para realizar la operatoria.

Fuente: Clarín