La inflación de septiembre será alta. Fragilidad macroeconómica, de anclas e incertidumbre electoral

La inflación de septiembre será alta. Fragilidad macroeconómica, de anclas e incertidumbre electoral

“Esperamos que la nominalidad se mantenga elevada e inestable frente a la fragilidad macroeconómica, la ausencia de anclas y la incertidumbre electoral”, dijeron desde Ecolatina y proyectan 170% para 2023

La inflación de septiembre viene muy alta. Tras el 12,4% de agosto, no hay alivio por el momento. Lo dicen desde Ecolatina: “Para septiembre esperamos un segundo mes con inflación de dos dígitos. El fuerte arrastre de la segunda quincena resultante del shock que significó el sorpresivo resultado de las PASO, junto con un elevado pass-through del salto discreto del tipo de cambio oficial y la agudización de la incertidumbre que trajo aparejada el cambio de escenario implicarán que la dinámica de aumentos de precios se mantenga elevada e inestable”.

Ecolatina

El Nivel General del IPC GBA Ecolatina marcó, en la primera quincena de septiembre, una suba de 15,3% respecto al mismo período de agosto, registrando el máximo nivel desde que inicia la serie y dando cuenta del arrastre que dejó la segunda mitad de agosto.

Los diversos congelamientos aplicados en las últimas semanas (tipo de cambio oficial, tarifas de transporte, luz, gas, medicamentos, parcialmente en prepagas, combustibles), sumado a una mayor tranquilidad de la brecha en el marco del “dólar soja 4.0” deberían “contribuir transitoriamente”, dice Ecolatina, a una moderación inflacionaria en lo que queda de septiembre y al menos una parte de octubre.

Sin embargo, los riesgos al alza son muchos, “teniendo en cuenta una inercia que se consolida en pisos más altos, la inestabilidad que genera la ausencia de anclas, la escasez de divisas, la inexistencia de un plan integral para bajar la inflación, la distorsión de precios relativos y la falta de confianza del Gobierno para coordinar expectativas en medio de la incertidumbre que genera el panorama electoral actual”.

Tipo de cambio

En ese sentido, una vez finalizado el “dólar soja 4.0” a finales de mes, las presiones sobre los dólares paralelos podrían volver a acentuarse, en un marco en que coincidirían la menor oferta de divisas del agro en el CCL con una mayor dolarización de carteras ante la incertidumbre electoral. “Asimismo, la mejora del tipo de cambio real proveniente de la devaluación pos-PASO se agotaría hacia finales de octubre, regenerando las expectativas devaluatorias, lo cual podría ejercer presión sobre la oferta neta de divisas en el MULC.

Estas dinámicas generarían combustible para una nueva aceleración de los precios en las últimas semanas del año. Por esto motivos, más allá de alguna moderación en el margen en corto plazo, estimamos para 2023 una inflación acercándose al 170%, aunque con cimientos débiles que estarán sujetos al devenir de los acontecimientos políticos y económicos de las próximas semanas”, detallaron en Ecolatina.

Econviews

En Econviews dijeron: “Otro factor que debemos considerar para el número de septiembre es el efecto arrastre de agosto. Como la inflación es un promedio mensual, y las subas de agosto se dieron mayormente en la segunda quincena, eso deja un piso muy alto para este mes. Estimamos que puede ser de entre 5% y 7%. Es decir que si no aumentara nada (algo que no va a pasar) igualmente tendríamos esa inflación. La respuesta del Gobierno hasta ahora ha sido congelar o limitar las subas de todo lo que pueda. Tipo de cambio, tarifas, combustibles, prepagas, medicamentos, autos y productos de consumo masivo son los principales rubros en la lista.

Con todo esto puede hacer que la inflación de septiembre (mantenemos nuestro 12%) y octubre baje alguna décima, pero a la vez complica más la salida”. Desde que comenzó esta gestión de Gobierno, “atrasar precios regulados ha sido una regla”. Por ejemplo, señala Econviews, “el nivel de precios de comunicación está 40% debajo del índice general, servicios públicos 34% o educación 12%”. Por otro lado, hay rubros como vestimenta y calzados, alimentos o restaurantes y hoteles que fueron grandes ganadores y tuvieron subas de precios muy por encima del IPC general. “Para destapar esta olla a presión sin salir heridos aparte de un buen cocinero vamos a necesitar mucha suerte”, concluyeron.

Fundación Capital

En la Fundación Capital dijeron que la publicación con periodicidad semanal del índice de precios refleja la realidad de una inflación que tiende a duplicarse año a año, desde 2022 y también en 2023. “En efecto, tras el máximo de agosto (12,4% mensual), y más allá de la desaceleración semanal, con un arrastre estadístico de 6,8 puntos, el noveno mes no quebrará la barrera de los dos dígitos mensuales (10,8% estimado). Así, casi la totalidad de la competitividad ganada tras el salto cambiario del 14 de agosto se habría consumido en dos meses, dejando a la economía con una nominalidad superior y sin corregir ningún precio relativo.

En este marco, el proyecto de Presupuesto presentado la semana pasada vuelve a subestimar la dinámica de los precios, al estimar una suba del 135% para el presente año, lo que implicaría reducir el ritmo de aumentos al 5,5% mensual en el último trimestre, un registro que no hemos visto en todo el 2023. Hacia delante, más allá de una posible moderación en octubre, tanto la fuerte emisión monetaria, como una brecha cambiaria tensionada en un marco de débil posición de reservas netas, seguirán presionando al alza a la inflación en lo que resta del presente año, dejando una pesada herencia para el próximo gobierno”, dijeron, categóricos desde la consultora que capitanean Martín Redrado y Carlos Pérez. Así, la inflación acumulada del bimestre ascendería a 24,6%, “registrándose un pass through (PT) o traslado de la devaluación a precios del 90% en sólo dos meses (el deslizamiento cambiario fue del 27% en el período sumando el salto discreto y el crawling peg previo)”, detallaron.

Este sería el traspaso a precios más elevado de los últimos 20 años:

El episodio de 2014 había exhibido el mayor PT hasta el momento, y alcanzó el 85% recién seis meses después de la devaluación. Por su parte, tras los saltos del 2016 y 2019, el PT rondó el 60% al cabo de un semestre. Finalmente, el del 2002 mostró el menor PT, aunque en un contexto de aguda crisis económica que limitó el contagio a precios (13%). “Queda claro, en la actual economía argentina, la rapidez con la que los precios se acomodan tras una devaluación sin credibilidad ni programa económico integral. En efecto, la economía se estacionó en un nivel de nominalidad superior y sin haber logrado corregir ningún precio relativo”, dijeron.

Inflación y la presión sobre el mercado de cambio

La política económica continuará fogoneando los registros de inflación y la presión sobre el mercado de cambios volverá tras la finalización de las liquidaciones del dólar soja 4.0. Además, la emisión monetaria para financiar tanto el rojo primario de los próximos meses ($2,7 billones septiembre hasta diciembre) como los próximos vencimientos de deuda pública ($2,8 billones) por vías directas e indirectas, “continuará presionando sobre la brecha cambiaria y la inflación”. Así, “proyectamos que la inflación se ubique en los últimos meses del año bien por encima del promedio verificado entre enero y julio (7% mensual)”.

Así, en el escenario base, “el IPC acumularía un incremento de 157% en 2023, aunque no puede descartarse un escenario más negativo, donde la inflación mensual se sostiene en los dos dígitos y el año concluiría con una nominalidad del 181%”. Cualquiera sea el signo político del próximo Gobierno, desde la F. Capital advierten que recibirá una economía con una inflación que más que triplicará la del promedio de la década previa y “las autoridades que asuman deberán tener una precisión quirúrgica en la implementación de un programa integral con credibilidad y respaldo político para evitar una mayor aceleración de la inflación”.

Fuente: El Economista