La eterna disyuntiva argentina

La eterna disyuntiva argentina

Los analistas coinciden en que el incremento de precios será más difícil de controlar que el tipo de cambio en los próximos meses. Bonos y FCI ajustados por CER, recomendados para inversores conservadores

La frazada corta. El síndrome contra el que los argentinos estamos acostumbrados a lidiar en materia de finanzas e inversiones personales. Si nos cubrimos de las posibles subas del tipo de cambio, podemos dejar al descubierto el efecto de la inflación sobre el bolsillo. Si vamos al revés, una devaluación brusca nos arrebata el capital.

¿Hacia qué lado tironear de la frazada en los próximos meses?

Los analistas consultados por Apertura coinciden en que el efecto de la inflación, a corto plazo, sería más erosivo que el de la devaluación.

Pero no hay que descuidar ningún frente y una estrategia mixta y diversificada siempre manda. «Dólar o tasa en pesos es el eterno dilema inicial que enfrentan los inversores argentinos. Como regla general, y más aún dado el complejo contexto, tanto local como internacional, preferimos optar por un mix donde hoy otorgamos mayor ponderación dentro de la cartera a las colocaciones en pesos», define de entrada Pablo Waldman, estratega senior en Inviu.

«La ratificación final del acuerdo con el FMI reduce sensiblemente los riesgos de un desbande de la brecha cambiaria en los próximos meses», postula.

Javier Casabal, estratega de Renta fija de Adcap Grupo Financiero, se inclina también por recomendar a los inversores cubrirse de la inflación con instrumentos en pesos pero aclara que «el problema del carry trade (tasa en pesos) es que tiene una enorme fragilidad y los problemas subyacentes (de la economía Argentina) siguen sin resolverse». «Sacando los DEGs (Derechos Especiales de Giro del FMI) recientemente recibidos, las reservas netas del BCRA siguen por el suelo, y la capacidad de acumular dólares del Banco Central sigue siendo muy limitada.

A su vez, el conflicto en Ucrania destapa la fragilidad de la Balanza comercial argentina, siempre muy dependiente de la liquidación de exportaciones del agro. En cuanto se empezó a hablar de aumentar retenciones, las liquidaciones bajaron y el Banco Central dejó de poder comprar dólares consistentemente», analiza.

Generar confianza

«De todos modos -avanza el estratega de AdCap-, es más fácil generar confianza y lograr contraer la brecha cambiaria que bajar la inflación, que se mueve con una inercia mucho más resiliente.

Desde este punto de vista, aun cuando los fundamentals sean similares, tiene sentido considerar una apuesta a que los bonos linkeados a la inflación le terminen ganando a la brecha cambiaria en el mediano plazo», concluye.

Maximiliano Donzelli, jefe de Research en IOL invertironline, va en línea similar: «para los excedentes de liquidez en el 2022 recomendamos mayor participación de instrumentos en pesos por sobre los que ajustan al tipo de cambio oficial. Esto se basa en que no esperamos saltos devaluatorios del tipo de cambio oficial». «Si miramos la evolución del tipo de cambio en lo que va del año, la tasa de devaluación si bien aumentó, se mantiene muy por debajo de la inflación y de las tasas de interés», detalla el analista.

«Para un horizonte corto recomendamos inversiones en pesos ajustables por inflación», postula concreto Tomas Rebagliati, Head Portfolio Manager de Allaria Fondos, una de las gestoras líderes en patrimonio administrado. «Los próximos meses -avanza- son muy favorables estacionalmente para la acumulación de reservas del Banco Central debido a la cosecha gruesa y suele ser un periodo de calma para el dólar en el cual las inversiones en pesos se ven beneficiadas».

«Dentro de los distintos tipos de ajustes en pesos ponderamos los que ofrecen cobertura contra la inflación ya que consideramos que seguiremos en niveles elevados por los próximos meses», concreta Rebagliati y recomienda para esta cobertura el FCI Allaria Renta Fija, posicionado en ajuste por inflación.

Tasa fija

En este punto, es importante destacar que las colocaciones a tasa fija, como el tradicional plazo fijo bancario, no llegan a cubrir el aumento de precios proyectado.

Aunque el Banco Central aumentó las tasas de interés de referencia y la Tasa Efectiva Anual (TEA) llega al 53,3 por ciento, la expectativa de inflación hoy en la Argentina es mucho más elevada.

Según las estimaciones privadas rondaría el 60 por ciento este año, o incluso más, lo cual deja al inversor que se posicione en este tipo de instrumentos con una tasa real negativa.

Así, Waldman, de Inviu, delinea su estrategia con activos ajustados por inflación. «Si bien el Banco Central inició tibiamente un ciclo de suba de tasas, los títulos atados al CER continúan ofreciendo un resultado superior de acuerdo con el consenso de los analistas.
Además, estos títulos nos brindan cobertura frente a una potencial espiralización de los precios», explica.

¿Con qué bonos abrir el paraguas contra la inflación?

«TX24, con vencimiento en marzo del 2024 y cupón semestral del 1,5 por ciento, ofrece aún tasa real positiva en el mercado secundario y es un buen punto de partida», recomienda el estratega de Inviu.
Diversificación «Una opción que recomendamos desde IOL invertironline es un mix de instrumentos cuya tasa de interés de los cupones es variable en base a tasa Badlar», dice Donzelli y desgrana la estrategia para el inversor que quiera seguirla: 40 por ciento en bono soberano TB23P y 60 por ciento en el bono de CABA BDC24.

«Creemos que invertir en activos Badlar es una buena alternativa dado que se espera que la tasa siga aumentando hasta converger al nivel de inflación», analiza.

El TB23P es un bono emitido por el Gobierno Nacional que vence en febrero del 2023 y paga cupones de manera trimestral, el próximo el 6 de mayo, con una tasa de Badlar+525pb. El BDC24 (Ciudad) vence en marzo del 2024 y paga cupones de manera trimestral, el próximo pago es el 29 de junio, con una tasa Badlar+325pb. «Este mix de bonos tiene una tasa interna de retorno (TIR) anual promedio del 52,10 por ciento, con un riesgo bajo dado su plazo corto de vencimiento de un año y medio», dice Donzelli. Otra alternativa que plantea es «armar una canasta con un instrumento Badlar y adicionar otro indexado por CER, permitiendo resguardar parte del capital contra la inflación de manera directa».

Para esta segunda estrategia propone que «el 40 por ciento de la cartera se construya con TB23P logrando captar los beneficios de los aumentos de las tasas y suma el bono TX24».

Diversificación

Para inversores que busquen imprimirle más diversificación a su portafolio, Pablo Waldman suma ideas de cobertura.

«Dependiendo del perfil del inversor, Obligaciones Negociables (ON) en dólares de empresas de primera línea, bonos soberanos en dólares (con GD35 y GD41 como nuestros top picks), Letras atadas al CER en el mercado primario e incluso equity, es decir acciones, industriales y de servicios a nivel local y empresas value e índices vía CEDEARs, son alternativas interesantes a seis meses de plazo».

María Moyano Hidalgo, estratega de deuda corporativa de Adcap Grupo Financiero, deja algunas alternativas para posicionarse en bonos privados. «Para perfiles moderados son una buena opción los bonos corporativos hard dollar, cuya curva tiene rendimientos muy diferentes en función de la calidad del crédito y de la posibilidad que las regulaciones del Banco Central afecten los pagos de capital de las empresas y éstas puedan afrontarlos», explica primero.

«Para el mercado local, recomendamos bonos hard dollar de compañías que sean productoras de gas, como Pampa Energía, que tiene ingresos por extracción de gas que significan el 95 por ciento del total de sus ingresos por explotación de petróleo y también los bonos de las compañías que no tienen ningún riesgo por el insumo que utilizan para producir.

Genneia

Es el caso de Genneia, que produce el 100 por ciento de energía renovable.» Finalmente Javier Casabal, también de AdCap, hace foco en las perspectivas de la deuda soberana en dólares.

«Vemos mucho valor es en los bonos provinciales en dólares. Provincias como Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Entre Ríos exhiben excelentes números fiscales que continúan mejorando, al tiempo que reducen el tamaño de sus deudas. Además, los bonos provinciales tienen vencimientos mucho más cortos y cupones sustancialmente más altos que los nacionales».

En cambio, la deuda nacional la ve con más fragilidades que oportunidades por el momento. «El acuerdo (con el FMI) fue votado y pasado con amplia mayoría, pero desafortunadamente el apoyo al acuerdo está ahora menos presente que en 2018. Por un lado, una parte del oficialismo votó en contra del acuerdo y el propio presidente Alberto Fernández dijo despreciar al FMI días antes de la votación.

Por el otro lado, la oposición votó a favor, pero se desentendió abiertamente de los términos técnicos. Sobre esta base, parece difícil imaginar un escenario constructivo en el que ambas coaliciones articulan políticas de Estado de largo plazo, un escenario con el que nos podíamos ilusionar hasta hace poco», desgrana Casabal y concluye que en este contexto, «los bonos soberanos están muy baratos, pero pueden seguir estando baratos mientras no veamos avances desde el lado de la política».

Así las cosas, los inversores deberán echar mano a varias herramientas para construir u.na estrategia defensiva del valor de sus ahorros a mediano plazo.

Diversificar entre pesos y dólares, entre distintos tipos de emisores y de plazos, es el mix más recomendado

Fuente: Fortuna Argentina