La cumbre de naciones amazónicas afronta discrepancias sobre el petróleo y la deforestación

La cumbre de naciones amazónicas afronta discrepancias sobre el petróleo y la deforestación

Ocho países de la selva amazónica se enfrentarán el martes en su primera cumbre en 14 años a las divisiones que suscitan las propuestas de bloquear las prospecciones petrolíferas y acabar con la deforestación.

La reunión de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) congregará durante dos días en la norteña ciudad brasileña de Belém a los jefes de Estado de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.

Su objetivo será forjar políticas, objetivos y posiciones unificadas en las negociaciones internacionales sobre unos 130 temas que van desde la financiación del desarrollo sostenible hasta la inclusión de los indígenas.

Pero en una reunión previa a la cumbre celebrada el mes pasado, el presidente colombiano, Gustavo Petro, presionó a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para que bloqueara toda nueva explotación petrolífera en la Amazonia. Brasil está sopesando la posibilidad de explotar un enorme yacimiento de petróleo en alta mar cerca de la desembocadura del río Amazonas.

«¿Vamos a dejar explorar hidrocarburos en la selva amazónica? ¿A entregarlos como bloques de exploración? ¿Está ahí la riqueza o está ahí la muerte de la humanidad?», preguntó Petro en un discurso junto a Lula.

Días después, Petro subrayó la cuestión en un artículo de opinión en el Miami Herald, escribiendo: «Como jefes de Estado, debemos asegurar el fin de nuevas exploraciones de petróleo y gas en la Amazonía».

El debate sobre las prospecciones petrolíferas cerca de la desembocadura del Amazonas ha desatado fuertes luchas internas en el Gobierno de Lula, que lleva siete meses en el poder, enfrentando a los defensores del desarrollo regional con los ecologistas.

A la pregunta de si el petróleo influiría en el acuerdo de la cumbre, diplomáticos brasileños dijeron a los periodistas la semana pasada que aún se estaba negociando una declaración conjunta y que se estaba debatiendo el desarrollo económico en general.

Un responsable del Gobierno brasileño, que no estaba autorizado a hablar con los medios, dijo que Colombia se encontraba en una posición fácil para proponer que no se realizaran nuevas perforaciones en la Amazonia porque no tenía reservas significativas de petróleo allí, a diferencia de Brasil o Perú.

Por su parte, Lula presionó en la reunión previa a la cumbre, celebrada en Leticia, Colombia, para que todos los países de la región se comprometieran a poner fin a la deforestación antes de 2030. Sólo Bolivia y Venezuela no han asumido aún tal compromiso.

Bolivia podría ser un obstáculo para ese pacto regional para 2030, según la fuente gubernamental brasileña. La pérdida de bosques primarios aumentó un 32% el año pasado debido a los incendios y a la rápida expansión agrícola, según Global Forest Watch.

El Gobierno boliviano no respondió a las peticiones de comentarios.

Otras diferencias que podrían surgir en la cumbre son desacuerdos más sutiles sobre las prioridades. Colombia fue el país anfitrión de la reunión previa a la cumbre, en la que la colaboración transfronteriza para hacer frente a la creciente amenaza de los narcotraficantes que cometen delitos medioambientales en la Amazonia ocupó un lugar destacado en la agenda.

Brasil, por el contrario, ha hecho hincapié en las oportunidades de desarrollo sostenible, reflejando la plataforma de campaña de Lula centrada en la reducción de la pobreza y la conservación.

Fuente: Reuters