«Guerra» contra la inflación; fuetes internas y remarcaciones

«Guerra» contra la inflación; fuetes internas y remarcaciones
Este lunes arrancan las reuniones y los anuncios. Esperan que en abril aparezcan señales positivas.

La guerra entre Rusia y Ucrania que arrancó a fines de febrero. Y la guerra contra la inflación que anunció Alberto Fernández el último martes desde Tucumán. En el Gobierno aseguran que las dos situaciones funcionaron como mojón para un habitué de la economía argentina: remarcaciones de precios por lo que hay, pero sobre por todo por lo que viene. O puede venir.

«Hubo un descontrol de remarcaciones», reconoció una alta fuente oficial este domingo. Se refería a los alimentos. El número del Indec de febrero generó espanto: 4,7% de incremento general y 7,5% en alimentos y bebidas, con pico de 8,6% en el Conurbano. Dato intragable para un gobierno que se define como nacional y popular, y tiene allí, en el Gran Buenos Aires, su principal enclave político.

Cuando se conoció la cifra todas (o muchas de) las miradas apuntaron al secretario de Comercio Interior, el cristinista Roberto Feletti, que asumió hace seis meses en ese lugar para frenar los incrementos, hasta ahora sin resultados. Viene de reemplazar a otra economista de ese espacio, Paula Español. Pese a esos hechos, en el kirchnerismo siguen mirando para otros sillones para explicar el fracaso.

Feletti anunciará entre martes y miércoles una ampliación de Precios Cuidados y también reeditará la idea de «Súper Cerca», una suerte de Precios Cuidados para chinos, almacenes y comercios de barrio.

«Es un tema clave. Si vos mirás la inflación en los supermercados, que tienen Precios Cuidados, las subas tienen más que ver con el índice general. Si bien hubo aumentos, no hubo descontrol. Pero los super sólo explican un tercio de las ventas. Los otros dos tercios ocurren en los chinos y los almacenes, y ahí las remarcaciones fueron enormes. La dispersión es muy grande», reconoce un funcionario. El «ahí» incluía este mismo fin de semana.

Otra curiosidad del modelo de los Fernández: pese a que en su discurso sobresalen «las pymes», en el caso de los alimentos, las grandes cadenas de supermercados están con excelente nivel de ventas. En épocas de crisis, la gente se refugia allí justamente para aprovechar los pocos precios que el Gobierno logra cuidar. «A nosotros nos están yendo bárbaro», reconocía el vocero de uno de los híper pioneros en el país.

Respecto a la reedición del «Súper Cerca», la pregunta es obvia. ¿Por qué si ya fracasó el intento anterior ahora va a funcionar?, consultó este diario. «Bueno, en su momento, la situación de Paula Español ya era complicada desde lo político, vinieron las elecciones, ella se terminó yendo y el plan quedó ahí», resumió un dirigente, sin sonar demasiado entusiasmado respecto a lo que viene.

Feletti también se aferra a esa diferenciación entre grandes cadenas y comercios de cercanía para defender su trabajo. Y hasta algunos se tentaron en cuestionar la tarea de Marco Lavagna, a cargo del Indec, porque aducen que índice oficial no reflejaría la parte positiva de los controles. ¿Deja vú con Guillermo Moreno, cuando intervinieron el organismo como receta (falaz) para bajar la inflación?

Más allá de este crítica metodológica, el secretario también se suma a la teoría K de que con este nivel de precios internacionales, la única manera de desacoplar los precios internos es aplicar una suba generalizada de retenciones. Idea que ya lo enfrentó al ministro de Agroindustria, Julián Domínguez. Por ahora, este último ganó la pelea. Pero son dos cargos para seguir con atención según evolucionen los precios y las medidas para contenerlos.

Los primeros anuncios

Antes de los reanuncios de Feletti, el Gobierno detallará otra medida. Será este lunes, a cargo del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, otra de las cabezas que la Cristina Kirchner pide hace rato, pero uno de los que ganó mayor confianza de Alberto Fernández. Kulfas es el jefe de Feletti y la tensión es permanente.

De arranque, el ministro logró que el presidente no oficializara en su cargo a una asesora clave del secretario, Débora Giorgi. Iba a secundar a Feletti en Comercio Interior pero ni siquiera llegó a asumir formalmente.

Post PASO, Kulfas se atrincheró con Martín Guzmán (Economía) y Claudio Moroni (Trabajo) para resistir el embate ultra K. En una entrevista con Clarín, cruzó a la vicepresidenta y dijo no sentirse aludido cuando ella hablaba de «funcionarios que no funcionan».

Hasta ahora, sobrevivieron los tres ministros en el Gabinete, pero esto no aplacó críticas a Guzmán por las demoras en cerrar el acuerdo con el FMI. Como contó este diario, una suerte de interna dentro de la interna del albertismo.

El ministro de Desarrollo Productivo se reunirá este lunes con directivos de la Copal (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), cuyo titular, Daniel Funes de Rioja también está a cargo de la poderosa UIA (Unión Industrial Argentina). Además, participarán referentes de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU).

A las 15, el mismo Kulfas explicará el funcionamiento del fideicomiso para compensar las subas internacionales en trigo y maíz. El fondo se alimentará de la suba de retenciones a las exportaciones de harina y aceite de soja, y se utilizará para que el aumento del precio del trigo y maíz no se traslade, por ejemplo, a la bolsa de harina que pagan las panaderías.

«En febrero, por una tonelada de trigo un productor cobraba entre 22.000 y 25.000 pesos. Ahora está entre 35.000 y 37.000. El objetivo es que esa diferencia no se traslade y sea compensada por el Estado», explicó un funcionario.

«Cuando bajamos dos puntos las exportaciones de harina y aceite de soja, Miguel Etchevehere, desde La Rural, decía que otra vez perdían los productores y ganaban los grandes exportadores, como Cargill o Aceite General Deheza. Ahora que son los exportadores los que aporten a los fideicomisos esperamos que elogie la medida», completaban (con chicana) desde el Gobierno.

¿Y cuándo van a empezar a bajar los precios?, preguntó este diario a un economista del oficialismo. «Esto hay que frenarlo ya. Pero marzo va a seguir alto. En abril debería parar. Me refiero a alimentos, obvio».

Fuente: Clarin