Ganancias: el alivio no compensa el efecto negativo de la inflación

Ganancias: el alivio no compensa el efecto negativo de la inflación

Medidas. Subió el piso salarial para tributar y se reajustaron las escalas de la tabla de alícuotas; la mejora es dispar y, para muchos, muy acotada

Un asalariado que empezó 2023 con una remuneración bruta de $600.000 y que va recibiendo reajustes que lo llevarán a percibir, en todo el año, un sueldo promedio de $868.535 tendrá descuentos por Ganancias por el equivalente al 18,1% de su ingreso neto. Es un porcentaje casi un punto y medio inferior al que hubiera pagado por el impuesto en caso de no existir los cambios que rigen desde este mes (bajo esa hipótesis, la tasa efectiva del tributo hubiera sido de 19,5%).

Pero claro, si no se hubiera dispuesto ninguna modificación, pero tampoco hubieran ocurrido los aumentos de precios, es decir, si no hubiera inflación o si todo su efecto quedara compensado por actualizaciones del esquema de Ganancias, entonces el descuento equivaldría a un porcentaje mucho menor del sueldo neto: al 12,3%. Así, con un sueldo bruto total anual de $10.422.427, un empleado que declara deducciones por dos hijos a cargo tendrá en todo 2023, y en caso de no mediar más cambios normativos, un descuento de $1.659.335.

Los números surgen de un estudio realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf)

Y demuestran que las modificaciones anunciadas días antes de las PASO y dispuestas por decreto son insuficientes para evitar todo el efecto distorsivo que provoca la inflación, que en los primeros siete meses del año acumuló un 60,2% y que, según se estima, se acelera en estos días. Ese efecto no evitado implica que, aun cuando tienen menor poder adquisitivo que antes, los ingresos de muchos trabajadores se ven impactados por un incremento del porcentaje efectivo que representa el descuento por Ganancias. Dicho de otra manera, a igual o incluso a menor poder de compra, crece la presión fiscal sobre los ingresos.

En quienes menos impacto tienen las modificaciones, especifican los economistas del Iaraf, es en los empleados que no se ven alcanzados en todo este año por el esquema de deducciones especiales incrementadas. Ese mecanismo fue creado con el objetivo de evitar que por tener un salario un poco más alto que el piso para empezar a tributar alguien perciba menos dinero en mano que otros empleados que, dado del nivel de sus remuneraciones, quedan liberados de la carga fiscal.

Desde este mes, el salario bruto más bajo alcanzado por Ganancias es de $700.875, una cifra que se corresponde con un sueldo de $581.726 neto de aportes a la seguridad social. Y las mencionadas deducciones especiales (las deducciones son montos que se descuentan del ingreso antes de calcular el impuesto) alcanzan, también desde este mes, a las remuneraciones de hasta $808.101.

Más ejemplos

Para un empleado que también tiene dos hijos declarados a su cargo, que empezó el año con un salario bruto mensual de $500.000 y lo termina con una remuneración total (sin contar el aguinaldo) de $8.685.356 ($723.780, promedio mensual), la tasa efectiva de Ganancias será en 2023 de 12,7% del sueldo neto, en tanto que hubiera sido de 16,4% si no se hubieran dispuesto los cambios de este mes ni el incremento del piso para tributar que se concretó en mayo último.

En este caso, el efecto es algo más significativo que en el anterior. Eso se explica porque se trata de un asalariado para quien sí se aplicaron las deducciones especiales incrementadas ya explicadas, que se rigen por un esquema que se reajusta cada vez que se actualiza el piso salarial para pagar el impuesto. Claro que, en caso de no haber habido inflación, el descuento hubiera sido mucho menor: de 8,2% del salario neto. Es decir, la medida reciente tampoco evita el incremento de la carga impositiva que se da en la práctica y que perjudica a los trabajadores.

Además de la suba del piso para tributar, de $506.230 a $700.875 (algo que rige solo para los ingresos de agosto a diciembre y no modifica los umbrales vigentes en los meses previos), se estableció un incremento de 35% del valor de los ingresos mínimos y máximos de cada uno de los escalones de la tabla que, en función de cuál es el ingreso imponible, determina qué alícuota se aplica.

Impuestos y salarios

Esta nueva tabla sí tiene vigencia desde el inicio de este año y, por tanto, los empleadores deben recalcular el impuesto correspondiente a los salarios de enero a julio, y reintegrar los montos descontados de más; es decir, se devolverá la diferencia entre lo efectivamente retenido y la cifra que surge de hacer el cálculo con la tabla actualizada. Ese reintegro deberá concretarse en dos partes iguales, con los salarios de este mes y de septiembre.

Lo dispuesto por los decretos 414 y 415 y por la resolución 5402 de la AFIP no incluye el cambio en los valores ni de la llamada ganancia no imponible ni de la deducción especial, como explicó la nación días atrás. Esos dos conceptos definen qué montos quedan liberados del impuesto y, por todo 2023 y según lo vigente desde enero, suman $2.619.762.

En el ejemplo explicado en el primer párrafo de la nota se consideró una deducción total (un descuento al salario neto antes de calcular el tributo) de $2.619.762 más $424.713, monto este último que corresponde a la deducción por dos hijos. Los importes que se descuentan de la base imponible por familiares a cargo o por determinados gastos (como alquileres o pagos al servicio doméstico) tampoco tienen actualización. El congelamiento de las cifras deducibles en un contexto inflacionario produce un alza de la presión impositiva.

Baja reducción de alícuotas Así como la actualización del menor salario alcanzado por Ganancias «se muestra eficaz para mantener a la mayoría de los trabajadores fuera del impuesto -concluye el papel de trabajo del Iaraf-, las otras medidas reducen poco el crecimiento de las alícuotas efectivas que sufrirán los trabajadores alcanzados por efectos de nominalidad [subas de salarios en términos de cantidad de pesos] y no por un crecimiento de sus ingresos reales».

Sueldo

Otro de los ejemplos elaborados por el citado centro de estudios refleja la situación de alguien que dejó de estar alcanzado por el impuesto, dadas las actualizaciones del piso imponible. El caso es el de alguien con un sueldo bruto en enero de $405.000 (un monto apenas superior al menor salario gravado en los primeros meses de 2023, de $404.062) y que también deduce dos hijos.

Con una remuneración bruta promedio mensual en todo el año de $586.261,5, tiene un impuesto anual de $175.434 (ya no tributa ahora, pero sí lo hizo en algunos meses). El monto equivale al 2,8% del salario neto. En caso de no haberse dado los cambios que hubo, esta tasa efectiva del descuento hubiera sido bastante más alta: de 11%.

Y un ejemplo con un salario más elevado, en tanto, supone un ingreso bruto promedio mensual de $1.158.047, con una remuneración en enero de $800.000. En este caso, también agregando deducciones por dos hijos a cargo, el impuesto de todo 2023 será de $2.726.433, cifra equivalente al 22,4% del ingreso neto de aportes. De no haberse dispuesto la suba de los valores de la tabla de alícuotas, el tributo se hubiera llevado el 23,4% del sueldo neto. Pero, si no hubiera habido cambios ni tampoco inflación este año, entonces la tasa efectiva de descuento hubiera sido más baja: de 18%, según detalla el informe del Iaraf.

Fuente: La Naciòn