El sector crediticio continua estancado. Financiamiento a empresas el más afectado

El sector crediticio continua estancado. Financiamiento a empresas el más afectado

El stock se contrajo 2,7% promedio en marzo, después de mostrar retrocesos en los últimos cuatro meses; el financiamiento a empresas fue el segmento más afectado

El crédito al sector privado confirmó en marzo la tendencia al estancamiento que muestra desde hace cuatro meses: el stock se contrajo 2,7% promedio en términos reales (subió de $286.000 millones a $289.700, o 1,3%), marcando un condicionamiento más al rebote de la actividad tras el parate que produjo la estricta cuarentena iniciada hace un año.

El rubro más afectado

El rubro que se ve más afectado es el financiamiento a las empresas en pesos, que viene acelerando su caída respecto de los meses previos, por las caídas que muestran los adelantos en cuenta corriente (-6%) y la estabilidad que exhiben el descuento de cheques y los documentos de pago. También alcanza (en menor medida) a líneas vinculadas a consumo de personas, que estuvieron algo más dinámicas tras la retracción del 2,1% de febrero.

En los bancos describen que el fenómeno se debe a las limitaciones que muestra la economía, al no ofrecer (según evidencian las encuestas sobre opinión pública) un panorama que favorezca las inversiones y mantener una muy alta inflación, que pone límites al empuje que podría dar una demanda más firme.

Y advierten que la caída se ve alentada al haberse iniciado en los últimos meses el repago de créditos que habían sido refinanciados obligatoriamente el año pasado. «Hay cancelaciones relacionadas con eso, y al estar anestesiada la nueva demanda, hacen caer el stock», explicaron en un banco privado líder, igual que en otras entidades consultadas.

«En la evolución general del stock impacta mucho el proceso de desendeudamiento con respecto a 2020.

Pero el comportamiento es heterogéneo: hay rubros en los que la demanda se está recuperando e incluso sube de 3 a 4 puntos sobre la prepandemia.

Pero hay otros muy retraídos o quietos, pese a que las tasas no son altas en relación a la expectativa de inflación. Lo que sucede es que cuesta encontrar proyectos de inversión», explicaron en otra entidad.

El freno al crédito a empresas

«Sigue frenado el crédito a empresas, mientras que el crédito para consumo trepó, aunque también por debajo de la inflación, y se ve limitado por lo deprimido que se mantiene tanto el nivel de empleo como el poder de compra de los salarios», confiaron en otro banco.

Los analistas coinciden en las causas del fenómeno. Lo que se está viendo ahora, explican, es el «lado B» del impulso que las líneas de financiamiento bancario habían tenido hace un año como parte de las medidas para moderar el impacto de una cuarentena tan prolongada como estricta para muchas actividades.

«Hay varios factores que están impactando. Por un lado, estamos observando un ratio de repago que superó los $40.000 millones en los últimos 90 días en el caso de los préstamos para consumo, es decir, una cifra para nada despreciable que está presionando los stocks a la baja.

A eso se agrega que el crédito a empresas viene deprimido si lo comparamos con un 2020 en el que estuvo fuertemente impulsado por normativas», explica Lorena Giorgi, de la consultora EconViews.

Para el consultor pyme Alejandro Bonavita, parte del estancamiento del crédito «tiene que ver con que durante la pandemia se agotó para gran parte de la gente la capacidad de endeudamiento».

Sectores medios

«Durante 2020 los sectores medios recibieron como ayuda el diferimiento de cuotas y eventualmente algún crédito a tasa cero para paliar la pérdida de ingresos genuinos.

El efecto fue crecimiento del nivel de deuda, mayormente en tarjeta de crédito por desembolsos a tasa cero y porque los montos diferidos devengaban intereses, pero también porque se habilitaron planes de compra en cuotas con cuota inicial diferida, lo que agotó en muchos casos los cupos de financiamiento», explica.

«Esto eliminó esos segmentos del acceso a nuevo crédito, a la vez que los sectores con capacidad disponible no necesitan del financiamiento para subsistir y no lo buscan para emprender nuevas cosas», añade.

Bonavita recuerda que este fenómeno de crédito estimulado se repitió para las empresas con líneas subsidiadas para financiar capital de trabajo ante el parate provocado por la cuarentena. «Entonces, al igual que en el caso de las familias, creció el endeudamiento, lo que resta capacidad de tomar nueva deuda.

Por eso, esta combinación de instrumentos de ayuda con tasas subsidiadas en retroceso y aumento de capacidad crediticia ocupada constituyen un gran lastre que dificulta y seguirá dificultado el despegue del crédito, en un contexto de incertidumbre a mediano plazo que no favorece las inversiones», coincide.

En la misma línea, el economista y consultor Hernán Hirsch estima que el estancamiento deviene de limitaciones que enfrenta tanto la demanda como la oferta de créditos.

Baja en la demanda

«Por el lado de la demanda, hay muy pocos proyectos de inversión de las empresas y no se ve a las familias demandando crédito, algo lógico en un escenario incierto de actividad económica, empleo y salarios.

Y por el lado de la oferta, los bancos, tras la pandemia, están en proceso de revisión del riesgo crediticio: antes tenían conocimiento de la capacidad de pago del cliente, pero el violento cambio de escenario los afectó, lo que vuelve a los bancos menos propensos a ser expansivos», indica.

Para Giorgi, la cautela de los bancos no solo está relacionada con las limitaciones que les impone la macro, sino también con la pérdida de márgenes operativos que enfrentan.

«Actualmente, la tasa mínima nominal para plazos fijos de personas humanas hasta un millón de pesos está fijada en 37%, mientras que las tasas activas varían entre 32% para las líneas a empresas y un techo de 42% para tarjetas de crédito y 55% para préstamos personales. Es decir, los incentivos de precios de los bancos para dar préstamos se están viendo reducidos», explica.

Por esa razón, en EconViews prevén incluso que el crecimiento de los préstamos al sector privado será apenas marginal este año e impulsado por una «mayor incidencia de programas de promoción de crédito vinculados a políticas públicas, que podrían tener una compensación por el lado del costo de oportunidad de los encajes».

El crédito al consumo creció, aunque por debajo de la inflación

Fuente: La Nación