El desafío del próximo gobierno: La “bola de Leliq”

El desafío del próximo gobierno: La “bola de Leliq”
La “pared de pesos”, una traba para que el próximo gobierno quite el cepo

El exceso de moneda local, producto de la emisión, haría imposible concretar esa medida en los primeros días de gestión

El BCRA, ante el desafío de la “bola de Leliq”

Las promesas de la oposición de quitar el cepo cambiario en los primeros días de gestión, si resulta electa, choca con la dificultad de la herencia que recibirá en el Banco Central (BCRA). Si el año pasado la mayor preocupación entre los analistas económicos eran los vencimientos concentrados de la deuda en pesos, el Gobierno logró pasar el desafío con ayuda financiera de la entidad monetaria.

La consecuencia de esa decisión es que el Banco Central quedó más debilitado, sin dólares en sus reservas y con un excedente de obligaciones en pesos (llamada más comúnmente como “bola de Leliq”).

El próximo gobierno deberá enfrentar también vencimientos en pesos, pero la mayor parte de esas obligaciones está en manos del sector público, por lo cual no se esperan dificultades para renovar esa deuda.

“La compra de títulos en pesos que viene haciendo el Central en el mercado secundario licuó mucho la participación privada. Por lo tanto, ahora hay una estructura donde alrededor del 70% de esta tenencia está en manos del sector público.

Eso baja el riesgo de reestructuración que creía el mercado, porque el sector público renovará la tenencia de la deuda al momento del vencimiento, pero fue a costa de mayor emisión monetaria y de retroalimentar el desequilibrio de las Leliq, que ya equivalen a casi 2,8 veces la base monetaria”, analizó el economista de la consultora Anker Federico Furiase.

Deuda privada

Entre la deuda que quedó en manos del sector privado, la mayor parte de esos tenedores son bancos, fondos comunes de inversión (FCI) y compañías de seguro, que están regulados por el Gobierno. “A diferencia de lo que ocurría con la gestión anterior, cuando una parte importante de la deuda estaba en tenencia de inversores del exterior, que generaba más volatilidad financiera y cambiaria, los acreedores actuales son locales y están regulados.

Los vencimientos, además, equivalen a 8% del PBI, que es sostenible. El problema actual ahora es que no hay un nivel de reservas netas suficientes para afrontar una eventual salida de capitales, si se relajan los controles de capital el primer día. Ahí está el principal desafío”, dijo Furiase.

“Levantar el cepo con esta demanda potencial de pesos puede transformarse en un problema si la nueva administración no logra generar una fuerte credibilidad y disponer de un programa económico sólido y consistente. Que la mayor parte la deuda la tenga el sector público es un atenuante, pero la situación genera presiones para normalizar desde el primer día”, coincidió Fernando Baer, analista de la consultora Quantum.

La incertidumbre que genera el escenario político luego de las PASO desincentivó a los ahorristas privados a prestarle dinero al Tesoro con vencimientos posteriores a agosto.

Financiar al misterio de economía

El Ministerio de Economía sorteó esta dificultad con el guiño del Fondo Monetario Internacional (FMI), que permitió que el BCRA financiara de manera indirecta al Tesoro. El mecanismo funciona así: la entidad monetaria compra deuda que está en manos de entidades públicas, como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses. Estos organismos, a su vez, vuelven a financiar al Ministerio de Economía con los pesos obtenidos por parte del Banco Central.

“En los últimos meses, las compras del BCRA se vienen haciendo contra ventas por parte de entidades públicas, que luego utilizan los pesos obtenidos para participar en las licitaciones primarias. El BCRA luego estira los vencimientos del Tesoro, participando en los canjes con los títulos adquiridos. Es decir, con la liquidez obtenida, el FGS va a las licitaciones primarias del Tesoro y, con los títulos comprados, el BCRA ingresa a los canjes”, dice el último informe de la consultora Anker, que fundó el exsecretario de Finanzas Luis Caputo.

Desde junio de 2022 hasta el mes pasado, la emisión monetaria acumulada que el Central destinó a la compra de títulos del Tesoro en el mercado secundario equivalió a 2,4% del PBI, según proyecciones de Anker, que es prácticamente igual al financiamiento neto que obtuvo el Ministerio de Economía.

En el acuerdo con el FMI, el Fondo limitó el financiamiento directo del Central al Tesoro, al establecer cuánto es el máximo que la entidad puede transferir en forma de adelantos transitorios. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de que el BCRA financie a Economía de manera indirecta, comprando deuda en el mercado secundario para darles liquidez a los ahorristas.

Emisiones del BCRA

“En nuestras estimaciones, el próximo gobierno va a heredar una deuda con el sector privado en pesos que rondaría el 7% del PBI. Esto contrasta con nuestras estimaciones de 10% del PBI que proyectábamos un año atrás, básicamente porque el BCRA ya emitió 3% del PBI para recomprar deuda en pesos en el mercado secundario. Esto redujo parcialmente el riesgo de reestructuración a costa de una mayor inflación que ya estamos evidenciando”, indicó el economista Juan Ignacio Paolicchi, analista de la consultora Empiria.

La consultora 1816 estimó que, entre adelantos transitorios y compras de bonos soberanos en pesos en el mercado secundario, el Central financió al Tesoro por $2,4 billones en el año. “Solo una parte pequeña fue por adelantos ($0,7 billones), mientras que la principal fuente de emisión fueron las compras de títulos ($1,7 billones), en buena medida a entes públicos (para que fondeen las subastas del Tesoro). El gran problema es que, dada la estacionalidad del déficit, el fisco necesitará incluso más pesos en la última parte del año”, dijeron en su último informe.

Fuente: La Nación