El cambio de modelo resucitó a las acciones y provocó un salto en los bonos

El cambio de modelo resucitó a las acciones y provocó un salto en los bonos

Las idas y vueltas que aparecen en los nombramientos de Milei tienen a los inversores con los pelos de punta. El cambio de modelo resucitó a las acciones y provocó un salto en los bonos, pero los dólares libres también subieron, mientras el billete verde baja en el mundo.

Cumplida la primera semana con Javier Milei como Presidente electo, y cuando faltan todavía dos semanas eternas para el efectivo cambio de mando, las decisiones que giran en torno del líder libertario se toman con un ritmo frenético, con nombramientos de gabinete en un ida y vuelta permanente, algo que provocó una suba vertical en los valores financieros, con ahorristas e inversores siguiendo todo minuto a minuto, con cierta inquietud.

Sin que nadie sepa de manera concreta dónde estamos parados, pareciera que se está eliminando mucho de lo que fue “propaganda de campaña”. Según se desliza, la dolarización y la eliminación del BCRA quedan boyando en el éter, y hay un mareo generalizado porque el plan por ahora es que un financista como Luis Caputo vaya al ministerio de Economía, con un Banco Central que quema, iba a quedar en manos de Emilio Ocampo, después a cargo de Demian Reidel, pero la forma en la que Caputo quiere reconvertir el abismo de las Leliq tiene por ahora sin nadie definido en el timón de Reconquista 266.

El problema de las Leliq

El tema no es menor. La deuda en Leliq asciende a $23 billones y obliga a emitir pesos crocantes, con tinta fresca, por $2,3 billones al mes en intereses, y eso trastoca todo. Y para peor, mientras tanto, Massa va dejando regalitos en el arcón: permitió que las naftas suban 10%, soltaron los precios cuidados, hay subas de hasta 40% en los supermercados y de manera desconcertante el ministro que llenó todo de parches, hizo saltar el valor del dólar tarjeta nada menos que 29% en una semana, de $743 a $957.

Mientras la población asiste a todo esto boquiabierta y sin saber hacia dónde van las cosas, los más conocedores de las finanzas (los equipos técnicos de los bancos) van desarmando sus posiciones en Leliq a gran velocidad, se colocan en pases a un día, quieren estar bien sueltos para bajarse de manera instantánea frente a cualquier novedad de última hora, y los más arriesgados toman decisiones en dos tiempos: compran bonos indexados por tipo de cambio de corto y bonos indexados por inflación de largo.

La inflación se acelera

Con todo esto, la economía en general se puso en estado de ebullición. Las góndolas se llenan con precios que suben entre 20 y 40%, y la consultora EcoGo ya calculó que los alimentos subieron 15% en tres semanas de noviembre. Con este movimiento, la de interés de los plazos fijos quedó claramente negativa: paga 10,6% por mes y los que miden precios de alta frecuencia ven un IPC cercano al 13% en noviembre y arriba del 20% en diciembre.

Esto, por supuesto, no pasa inadvertido en ahorristas e inversores. Los depósitos en pesos están congelados en términos nominales, lo cual significa bajan en términos reales: desde las PASO a esta parte, el stock total de depósitos a plazo fijo quedó inmóvil en $ 15,6 billones, mientras que solo por numerales, multiplicación de tasa, sin agregar un peso más, hoy debería haber más de $20 billones, lo cual significa que se fueron de los bancos $4,4 billones una huida equivalente al 28% del dinero que había.

Y los depósitos en dólares siguen bajando, incluso después de los primeros datos oficiales post balotaje. En marzo había en el sistema US$ 16.500 millones y el miércoles pasado (último dato) quedaban US$ 14.214 millones, por lo que el 13,8% de lo que había se fue. ¿Por qué tanto movimiento? Simple: a pesar de la contundencia del triunfo de Milei, logrando 11 puntos más que Sergio Massa, todos los nombramientos que va realizando el líder libertario están siendo de manera obligada muy atados al desafío que va a tener en el Congreso. Además de buscar salidas de equilibrista para las Leliq, Milei debe buscar alianzas, con el PRO, con Schiaretti, con algunos peronistas, poder real, para no quedar aislado en Olivos o en la Casa Rosada.

El marco político

El apoyo o rechazo del Congreso a las reformas que Milei buscará implementar serán decisivos a la hora de conseguir (o no) gobernabilidad. Ya hay programados paros y piquete. En la CGT se manifiestan en estado de alerta luego de no hacerle ni un paro a un Gobierno que subió la pobreza y la indigencia a un nivel jamás visto. Sin dudas, va a haber ruido en las calles, y se verá cómo hace el Gobierno, incluso el de Jorge Macri en la Ciudad, para que las protestas se hagan sobre la vereda, sin pisar la calle.

En medio de todo esto, mientras las variables financieras mundiales estuvieron más en calma, se anotó un explosivo aumento para los títulos argentinos, más para las acciones que para los bonos. En el balance semanal, con un planeta que se frena y tiene menos inflación, las Bolsas del mundo tuvieron una moderada suba semanal: hubo avances del 0,1% al 1,8% en Madrid, Wall Street, Frankfurt, San Pablo, México e incluso en Tokio y Santiago de Chile. Pero lo que ocurrió en la Bolsa de Buenos Aires dejó perplejos a todos.

El índice S&P Merval de la Bolsa porteña saltó en la semana 42,2% en pesos ó 35,8% en dólares

El recordado tuit de Cristina de hace cuatro años y medio designando a Alberto como su candidato a Presidente había hecho bajar al Merval en dólares de casi US$ 1.000 a US$ 230, y el viernes cerró en impactantes US$ 922, su mejor nivel en 53 meses. Por supuesto, esta suba no es porque sí: sucedió porque se intenta pasar de una economía ultra regulada a una economía abierta. Y por eso en la semana hubo papeles ganadores y perdedores. Por ejemplo, el Banco Hipotecario, Camuzzi, Metrogas, Cablevisión, Edenor, Telecom y TGS anotaron aumentos asombrosos, de entre 65% y 80%. Y del otro lado hubo empresas afectadas, con cotizaciones que no se subieron a la ola, como Mirgor, Domec, Polledo, Rigolleau, Grimoldi, Introductora o Fiplasto.

Esta resurrección bursátil tuvo mucha espuma después del balotaje, pero ya en lo que va de este año muestra valores resucitados. De fines de 2022 a esta parte hay subas del 500% al 750% en Inversora Juramento, Capex, Havanna, Casado, Edenor e Importadora y Exportadora de la Patagonia. Y compañías cuyos valores cayeron duramente en términos reales como Insumos Agroquímicos, Laboratorio Richmond, Mirgor, Domec, Longvie y Polledo. Encima, la semana pasada entraron otros siete balances trimestrales con mayoría de aumento en las ganancias, algo que ayudó a darle más volumen al impulso.

Fuerte suba de los bonos

Del lado de los bonos argentinos también hubo una suba muy potente, vertical, pero más tranquila que lo sucedido con las acciones. Los títulos públicos resucitaron 24,8%. Para entender este movimiento debe decirse que desde que Alberto ganó las PASO de 2019 hasta el paso de Batakis por Economía (tras el portazo de Guzmán), los bonos habían bajado de 180 a 52 puntos, y el viernes cerraron a 104 unidades, su mejor nivel en 25 meses.

Ahora, con las empresas un tanto inquietas porque finalmente llenaron las góndolas con todo lo que tenían guardado, pero el consumo no está reaccionando como esperaban, y muchas cosas quedarán sin venderse con estos nuevos precios. Y hay algo que inquieta sobremanera a los empresarios: había marcas que habían logrado captar una gran parte del mercado, y la gente se vio obligada a compra segundas o terceras marcas.

Los caminos del dólar

Todo esto se dio, además, con una clara bifurcación cambiaria: en el mundo el dólar siguió hacia abajo, pero a nivel local el billete verde subió mucho y luego retrocedió, pero igual quedó bien arriba. En el exterior, a pesar de tasas largas de EE.UU. sostenidas (se pagó 5,3% anual a 1 año de plazo, 4,5% a 5 años, 4,5% a 10 años y 4,6% a 30 años), el dólar global se pinchó, con bajas de hasta el 1,7% semanal, sobre todo en Chile, contra la libra, en China, en México, contra el franco suizo, el euro, el yen e incluso el real brasileño.

A nivel local, con salida de depósitos y toma de posición en diferentes activos, el valor del dólar tuvo un gran ida y vuelta, con pico en la apertura del jueves y luego retroceso, pero que igual dejó un balance semanal con los dólares libres encendidos: el dólar MEP saltó 11,5%, el CCL 6,1% y el blue 4,7%. Muchos de los que desensillaron optaron por montarse en papeles indexados por el tipo de cambio oficial, porque está atrasadísimo. Por eso en el Rofex lo negocian contratos a $360 por dólar para fin de noviembre (es decir 0,7% arriba para el jueves próximo), pero a $800 para fin de diciembre (123% más arriba que el valor actual) y a nada menos que $1.740 para fin de setiembre (con un inquietante salto del 386%).

¿Cómo puede seguir todo esto?

Seguramente va a haber mucha presión de gremios, empleados estatales de empresas advertidas de que serán privatizadas o entregadas a manos de sus empleados. Y también habrá secuelas porque en el mundo hay economías frenadas, por lo que hay un gran desbarajuste con las materias primas: los granos se sostienen en el mes por la sequía de Brasil, pero hay precios amenazados en algunos metales básicos y sobre todo en el petróleo. En noviembre hay subas de entre 3% y 5% para la soja y el cobre, pero el trigo y el maíz no se mueven, el aluminio baja, el petróleo cae fuerte y el níquel directamente se hunde.

Con el dólar global debilitándose, las posiciones tomadas como refugio están marcando diferencias importantes. En lo que va de noviembre el Bitcoin salta 9,3% y la onza de plata sube 6,4%, pero la onza de oro apenas crece 0,9%, porque el grueso de reservas en metal amarillo está en manos de los grandes Bancos Centrales, que lo utilizarán como pivote para sus políticas monetarias.

Los próximos pasos

Nadie puede asegurar qué pasará hasta que Milei asuma. En principio, se espera un salto cambiario, sobre todo del dólar importador (que hoy vale $358), porque el dólar exportador ya cotizó el viernes a $644. Pero la macro está detonada, la economía no crece desde hace trece años. Nadie quiere pesos y Massa autorizó esta semana un salto en las naftas y subió 29% el dólar tarjeta, deja un rojo fiscal del 5% y un bache cuasifiscal en el BCRA del 10%, con todo lanzado, con gran riesgo de que la altísima inflación pase a una híper. La herencia es una mochila llena de piedras.

Massa deja reservas negativas por US$ 11.000 millones, una deuda con importadores por US$ 50.000 millones, una deuda en pesos equivalente a US$ 46.000 millones en los próximos dos años (US$ 28.000 millones en dollar linked y US$ 25.000 millones ajustado por CER). Esto plantea la posibilidad de que haya una devaluación del 80% y un salto similar en los bonos atados al dólar.

Fuertes subas

Seguramente habrá fuertes subas en todos los precios regulados, es decir las tarifas de luz, gas, agua, transporte. Y como no queda ni una moneda en el Gobierno Nacional, Milei eligió como su primer ministro de Economía a Luis Caputo, uno de los argentinos con más acceso a los fondos de inversión internacionales.

Caputo se reunió con los bancos y estaría buscando una solución acordada, no compulsiva, para que no haya otro plan Bonex, algo que no parece estar a la vista y los argentinos, de tener ahorros equivalentes al 15% del PIB en el último corte de manga, ahora hay un equivalente a apenas 3% del producto, es casi todo dinero transaccional, que si es tocado se trabarían todo los pagos de la economía.

La deuda en Leliq asciende a $ 23 billones y obliga a emitir pesos crocantes, con tinta fresca, por $ 2,3 billones al mes en intereses, y eso trastoca todo. Y para peor, mientras tanto, Massa va dejando regalitos en el arcón.

Fuente: El Economista