Déficit fiscal creció 106%: Será muy difícil cumplir con la meta fiscal de 1,9%

Déficit fiscal creció 106%: Será muy difícil cumplir con la meta fiscal de 1,9%

El resultado se debió a que cayeron los ingresos por efecto de la sequía y aumentaron las prestaciones sociales y los gastos de capital

El Gobierno tuvo en julio un déficit fiscal de 106% en términos reales respecto de igual mes del año pasado, debido sobre todo a que cayeron los ingresos por efecto de la sequía, al tiempo que aumentaron las prestaciones sociales y los gastos de capital. Con este resultado, los analistas estiman que será muy difícil cumplir con la meta fiscal de 1,9% pactada originalmente con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Traducido a pesos, y según lo informado por el Ministerio de Economía, en julio, el sector público nacional registró un déficit primario de $334.366 millones y un déficit financiero de $754.243,2 millones. «De esta manera, se acumuló un déficit primario de $2.215.060 millones entre enero y julio», se agregó.

El economista Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), explicó que el incremento de 106% en términos reales respecto de igual mes de 2022 fue consecuencia de que los ingresos totales nacionales descendieron un 3,4% interanual real y el gasto primario subió un 2,6% real interanual. «En valor absoluto, el déficit primario fue de $334.000 millones. En términos del PBI equivaldría a 0,19%, lo que lo ubica por encima del déficit del año anterior y por debajo del de 2021», indicó.

Caída de ingresos

Es más, según el análisis de Argañaraz, a pesar de una caída real del gasto primario del 4,8% durante los primeros 7 meses del año, una caída real de los ingresos del 8% precipitó un aumento real del déficit primario del 23,5%.

De acuerdo con un informe de la consultora LCG, la mitad del aumento nominal del gasto se explicó por la partida de prestaciones sociales, que se expandió un 3,7% real anual. «Hacia el interior de esta, se destacó el aumento anual del 27% real en prestaciones del PAMI y del 56% real en otros programas sociales, donde se incluyen el Progresar, Argentina Trabaja y otros.

Por el contrario, Jubilaciones y Asignaciones Familiares presentaron una contracción anual del 6,2% (aun cuando se otorgó el primero de los tres bonos ofrecidos por el gobierno) y 18,7% real, respectivamente», detalló.

Además, los gastos de capital se aceleraron en julio. El informe de LCG destacó que crecieron 41% anual real. «También incidió la recuperación de las transferencias corrientes a las provincias (+21% a/a real), lo mismo que el gasto en salarios (+8% a/a real). Entre los tres explicaron casi 1/3 del aumento del gasto nominal respecto a julio 2022», agregó.

Por el lado de los que ítems que más bajaron, el Iaraf sintetizó:

«Dentro del gasto primario, los tres que más cayeron en términos reales fueron subsidios a la energía (41,9%), asignaciones familiares (18,7%) y pensiones no contributivas (9,5%)».

Asimismo, Argañaraz destacó que en los primeros siete meses del año el Gobierno redujo el nivel del gasto público de manera importante, pero no le alcanzó para compensar la pérdida de recaudación derivada de la sequía. «En efecto, tuvo un déficit primario de 1,27% del PBI, cuando el año pasado en igual periodo había tenido uno de 1,06% del PBI. Es decir que aumentó el déficit en 0,21 puntos porcentuales del PBI, a pesar que el gasto primario bajó en 0,56 puntos porcentuales del PBI. Los ingresos cayeron en 0,77 puntos porcentuales del PBI», dijo el economista.

Dado esto, para Argañaraz resulta interesante calcular el nivel de déficit, eliminando la caída de ingresos por sequía, aunque dejando igual el nivel de gasto. «Al hacer estos supuestos, se tiene que el déficit primario hubiese sido de 0,72% del PBI. Es decir, sin sequía el déficit podría haberse reducido en 0,34 p.p. del PBI respecto al año 2022″, concluyó. La sequía ha generado una fuerte caída de ingresos ya que, a pesar de la baja importante del gasto, el déficit se incrementó», concluyó.

Objetivo difícil

Consultado sobre si es posible que de esta manera el Gobierno pueda cumplir la meta fiscal comprometida con el FMI, el economista Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma, respondió. «No, viene mal, muy mal. El año quedó en 1,9%; y con estacionalidad está más para 2,5/3% que para ese 1,9%», opinó.

El panorama tampoco es el mejor desde la óptica de LCG. En el informe citado también proyecta que no se cumplirá con la meta fiscal pautada con el FMI. «Seguimos proyectando un déficit primario no menor a 2,5% del PBI para este 2023», se indicó.

Según LCG, la devaluación fiscal de finales de julio tendrá impacto sobre los ingresos fiscales (0,4% PBI estimado), pero la devaluación real, si bien elevará nominalmente lo recaudado por derechos, tendrá un efecto real menor en la medida en que el traslado a precios se está haciendo de manera más acelerada.

«En paralelo, la caída de la actividad pondrá un freno mayor a los ingresos a la vez que presionará por mayores necesidades de gasto, sobre todo en el contexto del desenlace de la campaña electoral», proyectó.

Fuente: La Nación