Levantamiento militar en Venezuela con muertos y heridos

El dirigente chavista Diosdado Cabello confirmó que las Fuerzas Armadas venezolanas sofocaron un levantamiento de un grupo de oficiales y suboficiales en Valencia, una ciudad ubicada a unos 170 kilómetros al oeste de Caracas, y ratificó la «absoluta normalidad en el resto de las unidades militares del país» y «el control del Fuerte Paramacay», el cuartel sublevado.
Más tarde, el comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), el almirante en jefe Remigio Ceballos, informó que siete personas fueron detenidas tras el levantamiento, al que calificó como un «ataque terrorista, delictivo, paramilitar».
Según escribió el oficial en Twitter, los arrestados «están aportando datos». Por su parte, la cadena oficial de noticias venezolana Telesur publicó que dos personas fallecieron y otras ocho fueron detenidas, entre ellas cinco civiles vestidos de militares. Esa información no fue confirmada por el Gobierno. Hasta ahora, la única versión oficial la ofreció Cabello en su cuenta de Twitter.
En la grabación se puede ver a unos 20 hombres vestidos de militares con armas largas, liderados por el vocero del levantamiento, un hombre que se identifica como «capitán Juan Caguaripano» y «comandante de la operación David Carabobo».
No es la primera vez que el capitán Caguaripano aparece vinculado a una rebeldía. El Tribunal Militar 3° de Control de Caracas había emitido una orden para detenerlo en 2014 por su presunta participación en un plan para derrocar a Maduro.

«El ataque terrorista no es más que un show propagandístico, una entelequia, un paso desesperado que forma parte de los planes desestabilizadores», según un comunicado firmado por el ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López.
A comienzo de la mañana se escucharon intensos intercambios de disparos dentro del fuerte militar. Al menos tres ambulancias ingresaron a la instalación. A las afueras del fuerte Paramacay se apostaron dos tanquetas de la Guardia Nacional y varias decenas de miembros de ese cuerpo, con escudos y otros equipos antimotines, para resguardar los alrededores.
El incidente ocurrido en la instalación militar se dio un día después que la Asamblea Constituyente destituyó a la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, por su «inactividad manifiesta conforme a los índices delictivos», lo que colocó al país «en situación de vulnerabilidad en su combate contra la violencia delictiva y la violencia con fines políticos».
La situación irregular ocurre en medio de una tensión política generada por fuertes protestas antigubernamentales que comenzaron hace cuatro meses y que han dejado al menos 121 muertos, casi 2000 heridos y más de 500 detenidos.
En tanto, el presidente del Parlamento venezolano, Julio Borges, exigió al gobierno la verdad sobre el denunciado «ataque terrorista» y abstenerse de una cacería de brujas contra la oposición.
«Queremos saber la verdad, que no nos vengan con cuento chino, con una cacería de brujas, que no nos vengan a culpar», dijo Borges, jefe de la mayoría opositora en el Legislativo, en un foro universitario.
El Ministerio de Defensa reportó la incursión de «tipo paramilitar», en la que según dijo está implicada la «extrema derecha venezolana», como el gobierno se refiere a la oposición.
Borges consideró que este hecho «tiene que llevar a una profunda reflexión del gobierno» y añadió que «es muy claro: la Fuerza Armada es un espejo de un país que quiere cambio».