Carta de un banquero de Nueva York a los inversionistas

Carta de un banquero de Nueva York a los inversionistas

Durante siglos la correspondencia fue una vía de comunicación e intercambio de ideas y reflexiones entre las personas. Cuando alguien podría suponer que ese formato había perdido vigencia o quedado fuera de moda, al menos en el mundo del Gobierno de las Organizaciones una serie de cartas se han transformado en los últimos años en el elemento más importante de construcción de agenda en la materia.

Por Alejandro Rosa, socio de PwC Argentina del área de Gobierno Corporativo.

Se trata de las cartas que los mayores fondos de inversión del mundo envían anualmente a los CEO de las empresas en las que invierten transmitiéndoles su visión sobre las tendencias que deberían considerar a la hora de formular su dirección estratégica.

En las últimas semanas tomaron estado público dos de las más significativas cartas anuales, las correspondientes a BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo, con más de 6 billones de dólares en activos administrados (equivalente un tercio del PBI de Estados Unidos o más de 10 veces el de Argentina), y a State Street Global Advisors (SSGA), el tercer mayor administrador de activos a nivel mundial.

En su Carta a los CEO de este año, Larry Fink, CEO de BlackRock, les pidió a las compañías que se “comprometan con un enfoque de crecimiento de largo plazo considerando que la fragilidad del ambiente de negocios actual podría ser una tentación para comportamientos cortoplacistas”.

Retomando un tema que ya había tratado en su carta de 2018, también llamó a los CEOs a tomar un rol de mayor liderazgo en la búsqueda de soluciones para los problemas sociales.

En ese sentido, indicó que “los grupos de interés están pidiendo a las compañías que se involucren en temas sociales y políticos sensibles, especialmente porque ven que los gobiernos no los resuelven de manera efectiva.”

Anticipándose a eventuales respuestas que podrían indicar que se pretende cargar a las empresas de responsabilidades que no les corresponden, Fink agrega que “las compañías no pueden resolver todos los problemas de importancia pública, pero hay muchos de ellos – como los temas de retiro y jubilaciones, las necesidades de infraestructura o la reconversión y preparación de los trabajadores para los trabajos del futuro – que no pueden ser resueltos sin el liderazgo de las empresas.”

Su carta de este año también pone foco en la relación entre propósito y resultados. “El propósito guía la cultura de la empresa, brinda un marco de referencia para la toma de decisiones y, en última instancia, ayuda a sustentar retornos de largo plazo para sus accionistas”.

Fink también indica que “las compañías que cumplen con su propósito y responsabilidades hacia los grupos de interés obtienen recompensas en el largo plazo”.

Es importante no perder de vista que los millenials ya representan un 35% de la fuerza laboral, y que este grupo tiene nuevas expectativas sobre las empresas a las cuales compran productos y servicios, para las que trabajan o en las cuales invierten.

Al final de su carta, anticipa cuáles son los compromisos prioritarios sobre los que harán seguimiento durante este año en las empresas en las que invierten: Gobierno de la organización, diversidad en el directorio, riesgos ambientales y administración de recursos humanos.

En el caso de SSGA, la carta anual, que fue enviada a los directorios de 1.000 empresas cotizantes en los seis mercados más importantes en los que opera, indica que la cultura organizacional será uno de los tópicos más importantes al que prevén dar seguimiento en 2019.

También destaca que la cultura organizacional es un creciente generador de valor intangible respecto de la capacidad de la empresa para ejecutar su estrategia de largo plazo.

En otro pasaje interesante, la carta de SSGA a los directores de empresas indica que, si bien SSGA reconoce que la supervisión de la cultura organizacional es una responsabilidad de la gerencia, ellos creen que debe ser un tema fundamental de preocupación para los inversores. En consecuencia, informan a los directorios que será un tema de discusión durante las reuniones que mantendrán con ellos durante el año.

“De hecho, hemos encontrado que los directorios a veces fallan en asegurar adecuadamente que la cultura organizacional esté alineada con la estrategia de la empresa. Esto es especialmente importante en situaciones de crisis o cambio estratégico, como la transición a un nuevo CEO, fusiones y adquisiciones o redefinición del negocio de la empresa.

Se trata de puntos de inflexión en los cuales esa falta de foco o problemas culturales puede demorar o inclusive hacer fracasar el logro de objetivos estratégicos” escribió Cyrus Taraporevala, Presidente y CEO de SSGA.

Ambas comunicaciones nos demuestran la voluntad de los inversores, a través de los fondos que los representan, de influir de un modo tangible en la dirección estratégica de las compañías en las que invierten.

La naturaleza concreta de los temas planteados como clave, del mismo modo que el lenguaje utilizado y el énfasis de los conceptos, distan mucho de tener un carácter meramente formal o propositivo.

Estas cartas son una manifestación de principios y, al mismo tiempo, un llamado de atención de parte de los inversores que ni los CEO ni los directores pueden desoír. Se han posicionado como un faro para la construcción de las agendas organizacionales y, en definitiva, están marcando el ritmo de las tendencias mundiales en gobierno de las organizaciones.