Bonos soberanos en USD: empiezan a ser una alternativa interesante

Bonos soberanos en USD: empiezan a ser una alternativa interesante

Sin duda, quedan muchos desafíos en adelante para Argentina y su deuda, sin embargo, en estos valores, algunos bonos soberanos en USD empiezan a ser una alternativa interesante para integrar a la cartera del inversor de largo plazo y con apetito por riesgo.

La suba del tipo de cambio, el aumento en el costo de endeudamiento que implica la caída de la semana pasada (el 80% del stock de deuda en pesos es ajustable por CER) y la volatilidad en los mercados extranjeros, derivó en una nueva caída en los bonos soberanos en USD. El GD30, para nombrar uno, se aproxima a un nuevo hito, acercándose a una caída de casi 50% desde su reestructuración del 2020. Al cierre de ayer, este bono se encontraba en una paridad del 27%, es decir, se pagan USD 0,27 por cada 1 USD de capital a recibir, y un rendimiento del 33.8% anual en USD.

Un rendimiento que, en realidad, refleja la alta probabilidad una nueva reestructuración que pesa sobre estos instrumentos.

Y es, en este escenario, donde no se puede evitar plantear diferentes escenarios de posibles reestructuraciones -que, además, dependerán no sólo del cómo, sino del cuándo-.

Nuestro equipo de Research, sin ir más lejos, realizó cuatro posibles escenarios diferentes; y para cada uno expresó los potenciales retornos en TEA (Tasa Efectiva Anual) de cada bono. Las variables en estas simulaciones de reestructuración incluyen extensiones de vencimiento de 2 y 5 años, el año en el cual se produce el default y distintos recortes de capital. A su vez, se supone un “exit yield”, el rendimiento del bono post reestructuración, del 15% (una suposición conservadora si miramos la historia). Por último, contempla un período de negociación de cinco meses. Y también supone que no se modifican los cupones actuales.     

*Precio histórico GD30D

En conclusión, observando los cuatro escenarios, se puede observar que en términos de riesgo-retorno, el bono GD35 es el más atractivo. A los valores actuales, se tendría que dar un escenario de quita de +45% del capital y una extensión de cinco años en su vencimiento, realizándose la reestructuración en diciembre de 2023, para que se produzca un retorno negativo.

Dado que esta deuda ya fue reestructurada en 2020, luce muy difícil que los inversores estén dispuestos a aceptar condiciones tales. Por esto, el mayor riesgo que enfrentan estos bonos, y probablemente la explicación por sus valores actuales, es que se produzca un descalabro económico y/o político de tal magnitud que no se pueda producir una reestructuración en el próximo gobierno.  

Sin duda, quedan muchos desafíos en adelante para Argentina y su deuda, sin embargo, en estos valores, algunos bonos soberanos en USD empiezan a ser una alternativa interesante para integrar a la cartera del inversor de largo plazo y con apetito por riesgo.  

Fuente: PPI